A un año del crimen de Fernando Báez Sosa

19 de Enero de 2021

Pablo Ventura, el joven zarateño que fue acusado injustamente por la sociedad, los medios y la justicia

Tras ser mencionado por uno de los homicidas de Fernando y por decisión de Walter Mercuri, el primer Fiscal que tomó la causa, el joven fue trasladado hacia la DDI de Villa Gesell en donde permaneció por casi una semana incomunicado, sin entender lo que ocurría. Un amplio sector de la sociedad lo tildó de "asesino" sin siquiera conocerlo.

Una de las historias satélites al brutal crimen de Fernando Báez Sosa fue la del joven Pablo Ventura, cuyo caso también conmovió a la opinión pública por el proceso que tuvo que atravesar el joven remero tras ser acusado falsamente por los autores del homicidio.

Horas después de que el grupo de jóvenes oriundos de Zárate atacara a golpes a Fernando, personal de la DDI de Zárate Campana se hizo presente en el domicilio de la familia Ventura, ubicado en el radio céntrico de esta ciudad, para darle aprehensión al joven remero del Club Náutico Zárate.

Su nombre había circulado durante un procedimiento policial en Villa Gesell, en el que resultaron detenidos los 10 sujetos sindicados por el ataque al estudiante de abogacía. Con una aberrante impunidad, uno de los involucrados en el crimen había señalado que unas pertenencias que se encontraban en el domicilio allanado pertenecían a Ventura. Y por eso, el fiscal Walter Mércuri, quien estuvo a cargo de la investigación en las horas siguientes al hecho, ordenó que el personal policial retuviera al muchacho y lo trasladara de inmediato a la localidad balnearia para responder a los requerimientos de la Justicia.

Y así fue. Dos automóviles de la DDI arribaron al domicilio del deportista con órdenes de tirar la puerta abajo, si era necesario. Pero antes, decidieron llamar y fue José Ventura quien los atendió.

Los investigadores pidieron hablar con su hijo y el hombre, de inmediato, volvió sobre sus pasos para despertar a Pablo, quien sin entender lo que ocurría se puso a disposición de los uniformados. Primero pensó que estaba siendo convocado como testigo de algún hecho, pero con el correr de los minutos supo que su situación era bastante más compleja y que se encontraba envuelto en un problema mayor.

Luego de ser arrancado de su vivienda por la fuerza pública, el joven Ventura fue trasladado a la sede de la DDI en Campana y posteriormente, partió junto a los efectivos hacia la costa.

Durante los días siguientes, los medios de comunicación federales sembrarían innumerables hipótesis. La más peligrosa: que Pablo Ventura había participado del ataque a Báez Sosa y había huido de la ciudad asistido por su padre.

Lo cierto, es que los elementos de la Justicia para mantenerlo detenido fueron sumamente pobres, y dejaron expuesto el pésimo accionar judicial por esos días, ante un caso que avivó una impresionante voracidad por parte de la población que necesitaba un culpable y exigía justicia, porque no había prueba alguna que ubicara al remero en la localidad de la Costa Atlántica en la hora y lugar en que sucedieron los hechos. 

Por el contrario, circularon imágenes de él y su familia cenando en un restaurante de Zárate esa misma noche, había testimonios de amigos que estuvieron con él esa madrugada y hasta una vecina lo vio ingresar a su domicilio casi a la misma hora en la que en Villa Gesell ocurría el atroz homicidio.

Los días posteriores fueron un verdadero calvario para quien tuvo que soportar no sólo el asedio judicial, sino también mediático. Según contó días posteriores a su liberación, se sintió impresionado cuando buscó su nombre en los motores de búsqueda de internet y lo vio junto a palabras como “asesino” y “homicida”.

 

La situación judicial de los asesinos de Fernando

El día 17 de noviembre del pasado año, la Fiscal del caso Verónica Zamboni dio por finalizada la investigación y requirió al Juez de Garantías David Mancinelli la elevación a juicio de los rugbiers acusados de matar a golpes en el cráneo a Fernando Báez Sosa frente a la disco Le Brique en enero de este año.

La fiscalía solicitó la citación a juicio respecto de los imputados detenidos Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz.

Por otra parte, la letrada pidió el sobreseimiento de Juan Guarino y Alejo Milanesi, que no pudieron ser ubicados en la trama del hecho ni acusados como encubridores. El joven señalado como el “rugbier número 11”, Tomás Colazzo, tampoco fue imputado o ubicado en la trama del hecho. La situación de Pablo Ventura se mantiene: no hay nada para involucrarlo en el caso. 

Las imputaciones contra los acusados son no solo por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, que comprende la pena de prisión perpetua: también incluyen las acusaciones de lesiones leves por los golpes propinados a los cinco amigos de Báez Sosa presentes en la noche del crimen.

Zamboni detalló el plan asesino en su requerimiento, con una división de roles para atacar a traición:

Los primeros cinco sujetos activos -Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli y Blas Cinalli-, previo acordar interceptar a la víctima y golpearla con el fin de darle muerte, en la vereda ubicada frente al lugar bailable Le Brique, abordan por detrás a Fernando Báez, aprovechándose de que el mismo estaba de espaldas e indefenso y de ésta manera actuando sobre seguro, en virtud de la superioridad numérica y física, lo rodean, se abalanzan sobre él y comienzan a propinarle golpes de puño en su rostro y cuerpo, tanto a él como a sus amigos, producto de lo cual, Fernando cae al suelo arrodillado y luego inconsciente -cumpliendo de ése modo con el plan premeditado, dividiéndose las tareas previamente pactadas”, afirmó.

Así como hubo cinco golpeadores, los otros se aseguraron de que nadie pudiera defender a Báez Sosa mientras era cobardemente atacado. “Los tres sujetos restantes, Ayrton Michael Viollaz, Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi, previo acuerdo y distribución de tareas con los otros sujetos activos, también participaron premeditadamente de la agresión con el fin de dar muerte a la víctima, posibilitando fundamentalmente la comisión del hecho, ya que rodearon tanto a Fernando Báez Sosa como a los amigos que estaban junto a él, impidiendo de ésa forma que éste pudiese defenderse por sí solo e incluso recibir defensa por parte de sus amigos y/o terceros”.

Pero Guarino y Milanesi, por su parte, no estuvieron presentes en esta secuencia. Fueron vistos en el boliche, antes y después del crimen con los imputados, pero la imputación no se sostuvo. A Guarino y Milanesi, asegura la fiscal, las extensas ruedas de reconocimiento no pudieron ubicarlos en tiempo y lugar de forma fehaciente. Los cotejos de ADN y las pericias scopométricas a las zapatillas usadas para golpear a Fernando también dieron resultados negativos. Así, Zamboni pidió que sean sobreseídos.

Resta conocer la decisión del Juez Mancinelli, además de la fecha de juicio pertinente. En los últimos días se confirmó que los imputados no optarán por un juicio por jurados.


Gracias por tu interés en breve te estaremos llamando!

¿Estás interesado en anunciar en CorreLaVoz.net?

Déjanos tus datos y un responsable del área comercial te estará contactando a la brevedad!
Completa tu Nombre!
Completa tu Numero de telefono!
Completa tu Email!

Estamos en Facebook danos un me gusta!