"Tenemos que repensar nuestro accionar, nuestra forma de ver y de cuidar al otro"

En 1972, cuando se llevó a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas en Estocolmo, Suecia, la celebración del día Mundial del Medio Ambiente comenzaba a tomar forma.

En esa Conferencia, más conocida como la Conferencia sobre el Medio Humano, se sentaron las bases de la lucha por la preservación y conservación del ambiente. Este suceso significó un punto de inflexión en la implementación de políticas ambientales internacionales que impulsaron el desarrollo de actividades mundiales con el objetivo de forjar una visión común sobre los aspectos básicos de la protección y mejora del medio ambiente. En ese mismo año, el 15 de diciembre, bajo el dictado de una Resolución, también se creó el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), organismo especializado en el tratamiento de los temas ambientales.

Hoy en día, ya llevamos cinco décadas de acción medioambiental, y desde ese suceso histórico, el Día Mundial del Medio Ambiente ha ido creciendo en importancia hasta que logró imponerse como plataforma mundial para el tratamiento de cuestiones apremiantes medioambientales, tales como el calentamiento global, el efecto invernadero, la desertificación, la contaminación en todas sus formas, los delitos contra la fauna y flora silvestres, entre otras cuestiones.

Este año, en medio de la pandemia por COVID-19 que ataca al mundo, Colombia tendrá la grata responsabilidad de constituirse como anfitrión de la celebración, y bajo el #PorLaNaturaleza, estará conmemorando durante toda la jornada de hoy, el Día Mundial del Medio Ambiente, con un programa que apunta a la conservación de la biodiversidad como eje central. En este contexto, profesionales de todo el mundo y especializados en el área participarán de distintas conferencias acerca del cambio climático y del uso sostenible de la biodiversidad en relación con los negocios verdes y la pandemia que nos atraviesa.

El gobierno nacional creó el Centro de Información Ambiental

A nivel nacional, y en el marco de esta celebración, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación presidido por nuestro Ministro Juan Cabandié; se puso en funcionamiento el Centro de Información Ambiental, un paso clave para entender la importancia de la información ambiental y consecuentemente, la importancia del libre acceso a todos los datos ambientales.

En el marco normativo, el régimen de libre acceso a la Información Pública Ambiental se encuentra plasmado en la Ley 25831, donde se establecen los presupuestos mínimos de protección ambiental para garantizar el derecho de acceso a la misma.

En este sentido, sistematizar y digitalizar la información ambiental dispersa es un paso extraordinario en materia de Gestión Ambiental, y el Centro de Información Ambiental tuvo como objetivo esta tarea. Especialistas de distintas áreas del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en conjunción con APN (Administración de Parques Nacionales), trabajaron para que esto sea posible. 

De esta manera, el sitio ofrece información acerca de Parques Nacionales, Biodiversidad, Monitoreo Ambiental, Cambio Climático, Bosques y Suelos, y otros datos y estadísticas, que constituyen ordenadamente la plataforma de base de datos ambientales más importante de la Argentina. 

Este hecho, es uno de los tantos que se están impulsando a nivel nacional para que podamos comprender que la calidad ambiental y el cuidado del ambiente son pilares  para la supervivencia del ser humano en su entorno.

El ambiente post-pandemia, el objetivo de repensar nuestro accionar como seres humanos

La clave está entonces en la forma en que el ser humano se relaciona con su ambiente: desde marzo de este año nos vimos obligados a parar. A detenernos y contemplar desde otro lugar esto que hoy nos pasa, porque un virus en Wuhan nos dijo basta. Entonces, las bocinas de los autos dejaron de escucharse y el sonido de miles de pasos matutinos chocando contra el asfalto también, y en cambio, los animales comenzaron a explorar ese territorio que antes supo ser de ellos, y el canto de las aves comenzó a decorar los atardeceres, y la brisa del viento a sentirse más fuerte. ¿Será entonces que tenemos que aprovechar esta situación para repensar la forma en que nos relacionamos con el ambiente?

Yo creo que sí, porque es vital entender que, si seguimos actuando de la misma manera vamos hacia el mismo camino: hacia atrás.

El futuro es aun un tanto incierto. Se barajan miles de escenarios posibles, incomprobables hasta el momento. Pero lo que no es incierto es que nosotros, desde nuestras casas, podemos empezar a entender que existen formas sustentables de relacionarnos con el medio; y aquí aparece nuevamente la información ambiental, como promotora de esta iniciativa. 

Una de las claves para el mundo en pos-pandemia no es nada más ni nada menos que esto: repensar nuestro accionar, nuestra forma de ver y de cuidar al otro; teniendo en cuenta que este no es sólo nuestro trabajo, sino más bien una conjunción entre nosotros y la aplicación de políticas ambientales bajo una buena gestión ambiental local, provincial y nacional; que difunda la importancia de la información ambiental para poder utilizarla con este objetivo.

Los invito entonces a que pensemos estas formas y les dejo aquí algunas de las tantas que podemos poner en marcha desde nuestros hogares: apelar a la economía circular a través del reciclado, la reutilización, la reducción en el consumo; analizar alternativas de consumo de plástico, hurgando en la adquisición de productos reciclados (cosmética vegana, por ejemplo); practicar nuevas formas de hacer turismo, recurriendo al turismo rural o al ecoturismo (puntos claves para la reactivación de la economía local en situación de pos pandemia), fomentar las nuevas formas de producción agroecológica o autoproducción sustentable desde los hogares con la puesta en marcha de huertas orgánicas domésticas, o construir las famosas “botellas del amor” o ecoladrillos, contribuyendo a la separación en origen de los residuos sólidos urbanos.

Está claro que queda mucho por hacer, y también está claro que ya empezamos. Existen miles de acciones y alternativas de incentivar la inclusión de nuevos métodos de producción en el modelo de producción económico tradicional, utilizando la información y la educación ambiental como bases en este proceso; con el objetivo de resguardar nuestra casa, que es a fin de cuentas, la de todos.

Ahora sí, ¡Feliz día! #PorLaNaturaleza.