La comunicación con el Presidente Fernández y la odisea de la vuelta a casa

En un intento desesperado por volver a Argentina, Antonella le escribe al Presidente Alberto Fernández, y es él quien contesta y se encarga de la repatriación de los vecinos de Campana y de un contingente de argentinos en la misma situación. Hace tres días, llegaron a la Argentina.

Este es el relato en primera persona:

"El 6 de marzo llegamos a Perú, era un viaje planificado desde noviembre, para conocer un poco las playas del norte peruano( que son hermosas y más para hacer surf) y el último día un poquito de Lima también, eso quedó pendiente ya que nuestra vuelta a Argentina fue en un vuelo de repatriación. Más de un mes después de la fecha programada , el día 16 de marzo preocupados por la noticia que esa misma noche el Presidente habría decretado toque de queda en todo el país, salimos hacia el aeropuerto más cercano para tratar de adelantar los vuelos, éramos 4, nosotros dos y dos canadienses que se alojaban en el mismo surf camp que nosotros, nos llevo  el dueño y cuando llegamos estaba cerrado, ni siquiera había gente que pueda informarnos que iba a pasar con nuestros vuelos, los canadienses decidieron ir a Huanchaco donde quedarían varados en la casa de una amiga, nosotros decidimos volver a el Ñuro, ya que Lima nos quedaba a más de 1400 km y no sabíamos con certeza si íbamos a poder llegar o quedaríamos varados en el camino, con la desesperación de no saber cuándo íbamos a poder volver a casa.

Empecé a buscar información que nadie podía darme, los teléfonos de las aerolíneas colapsados o sin noticias positivas, empecé a buscar contactos de prensa para ver si alguien podía ayudarnos y uno de ellos me responde : “la verdad es que esta complicada la situación para los varados ya que es un efecto dominó , las fronteras se están cerrando de a poco en todos los países” . Luego de esta respuesta me envía un contacto que estaba agendado como “Presidencia”, envío un mensaje contando nuestra situación a lo que me responde : Cómo estás Anabella! Tranquila. Nos estamos ocupando. Un poquito más de paciencia. En principio el vuelo a Chile debería partir sin problemas. Y cómo Argentinos deberían poder volver a Buenos Aires sin inconvenientes. Si se te complica avísame. Tenemos 500 argentinos en Lima y 300 en Cuzco. Estamos trabajando para traerlos a todos de vuelta".

Esta fue la primera comunicación con el presidente el día 17 de marzo sin saber que era Alberto Fernández , seguí insistiendo, mensajes a la embajada, a periodistas, al contacto de la presidencia... No teníamos información de nuestra vuelta al país, estábamos en un pueblito muy chico ( alrededor de 15 familias lo habitan) y el pueblo más cercano donde se realizan compras nos quedaba a 10 km, no podíamos salir, solo el dueño de la casa y siempre arriesgándose a no poder volver a su casa ya que forman dos barreras y ellos deciden si entras o salís, siempre fue muy conflictivo poder abastecernos, los últimos días ya ni siquiera a él lo dejaban salir con la amenaza de no poder volver a ingresar, en esos días con tiempo de sobra, los días se hacían muy largos.

Armamos grupos de WhatsApp para estar comunicados los argentinos varados al Norte de Perú, y con todos los contactos que en ese momento tenía, el día 4 de abril asustada por un mensaje de este grupo, se lo reenvío al contacto de la presidencia. Inmediatamente me responde, '¿Te puedo llamar?' Le explico que no contaba con línea telefónica, solo podía recibir llamadas por WhatsApp, suena el teléfono y en ese instante reconocí la voz del Presidente, se presenta, quede sorprendida ya que nunca imaginé que estaba en comunicación con él sino con un asesor, me explica en qué situación nos encontrábamos.

Esta captura de pantalla con el titulo de un medio de comunicaión peruano fue enviado por Anabella al Presidente Alberto Fernandez.

El panorama no era bueno ya que el Presidente Vizcarra había restringido todo tipo de circulación en el país, indefinidamente. A pesar de eso me dejó más tranquila, el no sabía que éramos tantos al Norte, me dijo que se iba a ocupar de nuestra situación y así fue. Me envió contactos de funcionarios, embajada y cancillería que se comunicaron ese mismo día pidiéndome si tenía una lista o un conteo aproximado de todos los que estábamos en la zona, ( ya lo habíamos hecho en el grupo de WhatsApp) así que inmediatamente se las envié. En ese momento ( sábado 4 de abril ) éramos 207 personas distribuidas por los diferentes pueblitos balnearios del Norte. Me preguntaron si tenía conocimiento de la situación de cada uno, les informé que había mucha gente sin su medicación, sin dinero para alimentos o alojamiento, y a los dos días me enviaron un listado que fue publicado en la página oficial de la embajada, que íbamos a ser repatriados las 207 personas. Estaban gestionando autorización de salvoconducto para que podamos llegar al aeropuerto más cercano. Ese mismo día ese listado se dio de baja porque la situación en Ecuador empeoró y decidieron darle prioridad , en ese mismo momento vuelvo a comunicarme con los funcionarios y otra vez con el Presidente. Me explican que otra vez había complicaciones ya que las autorizaciones solo eran vuelos humanitarios, solo aviones de la fuerza aérea. Los Hércules podían repatriarnos y en los dos disponibles el cupo era para 140 personas, no entraríamos todos. Comenzaron a buscar otra solución para nosotros que llegó a los 10 días. Autorizaron a una aerolínea para que podamos volver 211 personas.

Me llamó el jefe del cónsul de la embajada, Guillermo Chaves,  para pedirme colaboración con la organización y coordinación del repatrío.  Éramos 4 los que quedamos encargados: chequeamos las listas, nos enviaron formularios de migraciones, apta médica y permiso de salvoconducto que teníamos que imprimir para presentar en aeropuerto de Piura.  Salimos a las 3 AM en un taxi desde Ñuro hacia Mancora, pasando por 5 barreras de controles policiales, cuando llegamos armamos 4 filas para ingresar a los 4 colectivos que nos llevarían al aeropuerto, primera fila para la gente vulnerable, niños y embarazadas.  Después de controlar la documentación de cada uno y el ingreso a los micros partimos. El viaje duró casi 3 hrs. Bajamos y al llegar el aeropuerto estaba abierto solo para este vuelo. Formamos filas para ingresar de manera organizada de a 10 personas manteniendo la distancia requerida, a las 12:30 despegó el primer avión.

Los aplausos, la piel de gallina, los ojos vidriosos de la emoción se hacían notar. En el segundo vuelo nos tocaba a nosotros ya que teníamos que entrar últimos para controlar el ingreso de todos. Cerraron las puertas de acceso una vez que entramos todos, nos hicieron el chequeo médico, pasamos por migraciones y finalmente subimos al avión. Fueron 6 hrs de vuelo con barbijos guantes y anteojos hasta llegar a casa, el viaje se hizo larguísimo, la ansiedad no nos dejó dormir a pesar del cansancio y el estrés que habíamos pasado. Alrededor de las 22 hrs llegamos a Ezeiza. Otra vez se notaba la emoción de todos al aterrizar, aplausos, lágrimas y se sumaba la incertidumbre a dónde íbamos a tener que ir. Otra vez pasar por controles y desinfección en el aeropuerto. Los viajeros de la Provincia de Buenos Aires podíamos volver a casa. Los de Capital Federal a hoteles, y los del interior a retiro para tomar un colectivo. Ellos fueron los más afectados ya que dos días después llegaron a sus casas.

Hoy estamos tranquilos y contentos disfrutamos la cuarentena en casa. Cada dos días informamos si tenemos síntomas y controlan nuestra ubicación desde una app que nos hicieron descargar para poder controlarnos. Fue una experiencia que jamás imaginamos pasar, fue largo y muy duro lo que transitamos en este mes y medio ,quedará en nuestra memoria para siempre".