La revictimización de una mujer por parte de un Juzgado de Familia

/Por Furia Transfeminista Zarate-Campana

El viernes 22 de enero una víctima de violencia se comunicó por teléfono al Juzgado de Familia n°1 de la ciudad de Campana a cargo de la reciente jueza Dra. Gladys M. Di Prinzio, para preguntar por el estado de su expediente ya que había solicitado en su denuncia medidas cautelares de protección respecto al agresor denunciado, y no obtuvo una contestación.

Hace 14 días que espera una medida cautelar.

Cuando hablamos de violencia de género las cifras abruman, más aún si tenemos en cuenta que se trata de vidas detrás de los fríos números estadísticos.

En innumerables casos, las víctimas se acercan a realizar la denuncia pero las instituciones que deben intervenir hacen oídos sordos a las solicitudes pretendidas para una seguridad jurídica, que sabemos que no es una medida ciento por ciento segura para que el agresor no continúe la violencia, pero así mismo es el derecho de la denunciante obtenerla. La ciudad de Campana no escapa a esta problemática institucional.

El viernes 8 de enero su ex pareja, padre del hijo en común con la víctima, restituye al niño a la casa de la madre luego de concretarse la visita. Es en la puerta del domicilio materno que el agresor comienza a golpear a su ex pareja entre amenazas de muerte hacia ella y el niño quien además presenció el hecho.  Al arribar un patrullero policial, la víctima se dirige a la comisaria a realizar la denuncia con el precario médico correspondiente a las lesiones.

El viernes 22 de enero la víctima  se comunica por teléfono con el Juzgado de Familia n°1, siendo atendida por una persona que se presentó como empleada administrativa de dicho juzgado.  Ante el reclamo de la denunciante respecto a la dilatación del tiempo para la emisión de medidas cautelares, desde el juzgado esgrimieron excusas como “se va abordando a medida que llegan las denuncias”, “las personas que tienen que atender esta llamada en este momento no lo pueden hacer porque están tapadas de trabajo y tienen agendado el llamado para el lunes”. Por otro lado, le manifestaron que tampoco podían darle respuestas porque la denuncia se encontraba físicamente en el juzgado pero no en el sistema, por lo tanto “no está”, aunque exista.  Respuestas abstractas que a simple vista pareciera ser una intensión por parte del juzgado para confundir con enredos de palabras a una víctima que está reclamando su derecho en un contexto delicado y complejo como lo es la violencia de género.

El Juzgado de Familia n°1 de Campana en la boca de todxs

Desde hace un tiempo que este juzgado aparece en las noticias locales y no precisamente por buenas acciones.
En el 2019 Campana y el país conoció el caso de Julieta Soutus  separada durante seis meses de su bebé Eros, por llamativos artilugios con fundamentos dudosos. La situación de Julieta despertó el reproche de la comunidad que empujó a que cientos de mujeres que son madres y víctimas de violencia comiencen a contar sus situaciones en el mismo juzgado, en ese momento dirigido por la jueza natural Dra. Virginia Norzi.

Durante el 2020, con el contexto sanitario de Covid en el que la comunidad se vio afectada, han ocupado el lugar de la Jueza Dra. Norzi dos jueces subrogantes. La Dra. Ayerbe, quien fue protagonista de un corte de calle frente al juzgado organizado por víctimas de violencia y madres protectoras de la agrupación Furia Feminista que tienen sus causas allí como Lura Torcisi, y por un período muy corto el  Dr. Capello.

Es así que en diciembre de 2020 asumió el cargo una nueva jueza, la Dra. Gladys M. Di Prinzio. nombramiento que generó incertidumbre y expectativas en víctimas de violencia y madres protectoras que llevan en sus espaldas largos expedientes cursando en este juzgado. Un halo de esperanza que aún en tan poco tiempo de su ejercicio parecería ir desintegrándose.