¿Por qué en Zárate no se implementa la Separación de Residuos en Origen?

/ Por Matías Lango y Damián Duarte

La discusión de políticas públicas en materia ambiental es una deuda que Zárate parece no poder saldar. Mientras otros municipios de la zona norte avanzan con acciones -pequeñas o grandes- destinadas a pensar el futuro de las comunas y su evolución en torno al impacto sobre el ambiente, aquí el debate no forma parte de las prioridades de la gestión de gobierno; por eso, tampoco es casual que la gestión municipal que encabeza el intendente Osvaldo Cáffaro destine, desde hace cuatro años, una suma sideral para depositar los residuos en el Ceamse.

Forma parte del paisaje urbano la multiplicación de microbasurales en distintos puntos de la ciudad. Hacia el oeste, y a medida que nos alejamos del radio céntrico, esta postal se hace más evidente. Y no es casual: aquí y en todo el mundo, el mapa de la desigualdad social coincide perversamente con el de la contaminación ambiental.

Se presentan entonces varios ejes para analizar, porque solo con el esfuerzo de organizaciones ambientalistas no alcanza, es necesario el compromiso de la población; pero solo con eso tampoco es suficiente, es necesaria la voluntad política que acompañe el cambio de paradigma y otorgue un marco normativo que respalde las acciones. Pero todo ese entramado, sigue siendo incompleto: es preciso que ese marco normativo se cumpla y se respete.

En diciembre del 2018, el Concejo Deliberante de Zárate aprobó la Ordenanza 4686 que prometía un verdadero paso hacia adelante en materia ambiental, si no fuera porque al Ejecutivo Municipal rápidamente se le agotó el entusiasmo en la propuesta que hasta ahora sigue a la espera de su implementación.

Decenas de cooperativistas asistieron aquella tarde al recinto del cuerpo deliberativo. No era para menos, el expediente elevado por el propio oficialismo -integrado por varios concejales que hoy continúan ocupando bancas- prometía algo novedoso. Y es que por fin los recicladores urbanos tendrían un marco regulatorio para su actividad, junto con otras acciones como la conformación de una mesa de gestión con representantes de las cooperativas, el establecimiento de puntos verdes en la trama urbana y la obligación de la empresa recolectora de diagramar un servicio diferenciado para residuos reciclables.

Ya en febrero del 2019 el Ejecutivo prometía la puesta en marcha del programa donde establecía el mes de abril como el deadline para comenzar a aplicar la clasificación y separación obligatoria en origen de los residuos sólidos urbanos del Partido de Zárate en el marco del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (PGIRSU). 

Las semanas siguientes serían claves para avanzar en la temática. Tras una prórroga del contrato con la empresa prestataria del servicio de recolección de residuos, el vínculo entre Agrotécnica Fueguina y la Municipalidad se daría por finalizado y se haría cargo del trabajo la empresa ENTRE S.R.L. La firma de un nuevo contrato abría una buena oportunidad para incluir el servicio diferencial. Barajar y dar de nuevo, pero eso no ocurrió.

Los primeros argumentos fueron que era necesario darle tiempo a la empresa para que se acomode a las exigencias que había incluido el Ejecutivo. El 2020 tampoco fue el turno de la separación de residuos. Una explicación posible podría ser la cantidad de recursos que fueron direccionados a atender la demanda de la pandemia, pero lo cierto es que la demanda que hace el medioambiente, no está sobrada de tiempo. Y si no fuera suficiente, la emergencia ambiental también es una emergencia sanitaria y no puede abandonarse ese camino.

“Con respecto a la separación en origen hay tres pilares fundamentales para llegar a que se plasme, sea efectivo y eficiente. La educación ambiental, el manejo correcto de información ambiental y la gestión”. Quien habla es Magalí Corujo, Informadora Ambiental en la Universidad Nacional de Luján y miembro de la Red de Agroecología Ribera Norte del Paraná.

“Yo siempre cito a un experto catedrático, Sergio Federovisky, quien es el actual secretario de Control y Monitoreo Ambiental. Él dice que de nada sirve separar en origen si no existe una política que respalde eso”, agrega Magalí. La ordenanza -que puede consultarse porque es información pública- no solo contempla la educación y concientización, sino que prevé estrategias de promoción de la recuperación de la cultura del compostaje domiciliario y un Registro Municipal de organizaciones de la economía social y cooperativas de reciclado.

LEÉ EL TEXTO DE LA ORDENANZA 4686 HACIENDO CLICK ACA 

Magalí sostiene que en el país se produjo un salto importante a partir de la sanción de la Ley Yolanda: “Ley Yolanda implica necesariamente que todos los funcionarios tengan conocimientos básicos ambientales. Si bien se está avanzando en el marco de este gobierno, considero que a nivel local aún falta la credibilidad y la fuerza suficiente de las instituciones para que se ponga en marcha el funcionamiento de esta ordenanza”. 

En la misma sintonía agrega: “Teniendo en cuenta la zona y considerando su propia geografía, sería interesante ver desde la ruralidad cómo puede tratarse la gestión de RSU y separación en origen. Con esto estamos hablando de mejoras de caminos rurales y mejoras en la comunicación, porque en muchos barrios la empresa de recolección no ingresa. Si vamos a hablar de una buena gestión hay que hablar de una gestión integral ambiental. Hay municipios de zona norte que avanzaron muchísimo en esta cuestión como Baradero, o Escobar que tiene un programa llamado Escobar Sostenible, y allí hay composteras municipales; Hay gente enseñando educación ambiental y muchos vecinos se subieron a esta movida que la verdad es que es todo un éxito. Tendríamos que empezar a pensar a Zárate, aprovechando las organizaciones ambientales que existen, como Zárate Recicla que son pioneros, y luego nosotros con la Red, aportar lo que tenemos. Hay mucha gente interesada en el compost, que también incide en la separación en origen”. 

La imperiosa necesidad de aplicar un sistema integral de residuos sólidos urbanos

* Matías Lango es estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional Tres de Febrero y miembro de Zárate Recicla.

Es de público conocimiento el enorme y complejo problema que representa la descontrolada generación de residuos sólidos urbanos (RSU) y su inadecuada gestión.

La humanidad genera por día miles de millones de toneladas de residuos, con una tendencia al aumento que supera el ritmo de crecimiento demográfico, indicando que existe una fuerte componente cultural de aumento de generación de residuos, asociado a nuestros actuales modelos culturales de consumo. 

En muchos lugares del país y del mundo, inclusive en la ciudad de Zárate hasta el año 2018, gran cantidad de residuos eran arrojados en Basurales a Cielo Abierto (BCA). Esta estrategia genera situaciones caóticas que determinan un fuerte impacto negativo sobre el ambiente natural y la salud humana de las poblaciones potencialmente expuestas. Como primer paso siguiente a la erradicación de grandes BCA se ha optado por la tecnología de Rellenos Sanitarios (RS) regionales donde se vuelca prácticamente la totalidad de los RSU que son recolectados. Como consecuencia de los severos impactos sobre los medios físico (agua, aire, suelo y clima), biológico (flora y fauna) y antrópico (salud de la población, aspectos económicos, culturales, paisajísticos), se han evidenciado resistencias y cuestionamientos de las poblaciones vecinas a los RS en relación a esta actividad 

En la actualidad, se advierte una creciente dificultad para la obtención de la “aprobación social” para nuevos espacios destinados a la construcción de nuevos RS para la recepción y disposición final de RSU, a efectos de reemplazar los centros de disposición colmatados que se deben cerrar. Esta circunstancia determina que la selección de nuevos espacios se proyecte hacia ubicaciones cada vez más alejadas de los centros poblados, lo que determina dificultades para el acceso a los mismos, aumentando considerablemente los costos de transporte y de mantenimiento.

En las ciudades como Zárate, se repiten las  deficiencias acentuadas por los altos costos relativos al transporte y disposición final por la cantidad de habitantes. Según el convenio entre CEAMSE (relleno sanitario) y Municipio N° 4663 (Ordenanza) RATIFICANDO CONVENIO ENTRE CEAMSE Y MUNICIPIO, disponer los residuos en estas celdas sanitarias cuesta alrededor de $450 por toneladas que llegan al predio. Considerando que se generan 1kg de residuos sólidos urbanos per cápita al día, podemos calcular la cantidad de dinero que conlleva esta práctica poco integral de los residuos sólidos urbanos.

En estos lugares resulta imperioso utilizar una estrategia mixta de autogestión de RSU alimenticios como retomar la cultura del compostaje ya que reduce prácticamente a la mitad la cantidad de RSU a disponer, y evita los lixiviados ácidos, la emisión de gases de efecto invernadero, y la proliferación de vectores (como moscas, ratas, etc).

Se considera que entre el 40 a 50% de los RSU generados son desechos alimenticios.  En un mundo con una población humana en aumento y el agotamiento generalizado de los suelos destinados al abastecimiento de alimentos, lo que determina la utilización creciente de fertilizantes sintéticos para su mejoramiento, no parece razonable que más del 40% de los millones de toneladas diarias de residuos correspondan a desechos alimenticios. En lugar de continuar su ciclo natural en el ecosistema, volviendo al suelo agotado, para permitir la obtención de nuevos alimentos, estos residuos orgánicos de origen alimenticio son desperdiciados en estas celdas. Esta circunstancia implica la generación de impactos severos sobre los ecosistemas y la salud humana, y la imposibilidad de reconocer y aprovechar el valor de la fracción orgánica y de otros componentes, como plásticos, metales, cartones, etc., que ven reducida la posibilidad de su reciclado.

La sociedad no ha generado aún un componente cultural que actúe permitiendo encontrar un equilibrio sustentable para el problema del aumento descontrolado de desperdicios que está generando el humano en su desarrollo y su deficiente gestión.

La solución para esta compleja problemática depende de la implementación de la Ordenanza N° 4686, PLAN DE GESTIÓN INTEGRAL DE RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS (PGIRSU) DE ZÁRATE.- donde el Estado municipal se compromete en volcar recursos para el tratamiento adecuado de los residuos, permitiendo la separación de residuos, reciclaje y compostaje y además de la toma de conciencia de la comunidad en relación a su participación en la generación del problema y en la búsqueda de alternativas de solución para la misma, centrando la atención en  la cantidad y el tipo de residuos que se producen, cada día, en cada una de sus actividades, reduciendo y racionalizando, clasificando, reutilizando y reciclando los mismos, y garantizando su adecuado tratamiento y disposición final.

Implementando el PLAN DE GESTIÓN INTEGRAL DE RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS (PGIRSU) DE ZÁRATE.- no solo se reducirán costos innecesarios (millones de pesos) por la gestión inadecuada sino que se protegerá el Ambiente, se eliminarán cúmulos de residuos distribuidos por el territorio y generará gran número de fuentes de empleo en las cooperativas de reciclaje locales, surgidas en barrios populares de la ciudad, permitiendo la integración de personas al sistema de trabajo.