Es impulsada por Fundación Vida Silvestre Argentina y WWF. El objetivo es sumar a la sociedad, empresas y gobiernos para focalizar de maneja conjunta esfuerzos hacia la conservación del yaguareté.
Esta especie juega un papel importante en el mantenimiento de sistemas naturales. Alrededor de 53 millones de personas en América se benefician de los servicios ambientales que se generan en los hábitats de este felino. Estos servicios incluyen la provisión de agua en calidad y cantidad, la generación de oxígeno, la polinización de cultivos, la mitigación del cambio climático y la reducción de riesgos de desastres. La conservación del hábitat del yaguareté contribuye significativamente a la mitigación del cambio climático, ya que abarca bosques que cubren más de 4.80 millones de km2 y capturan importantes cantidades de carbono estimadas en 125.90 gigatoneladas.
Se estima que más del 80% de la población total de yaguaretés, o jaguares, vive en Brasil. Las subpoblaciones que se encuentran fuera de la Amazonía están amenazadas debido a la poca extensión de su hábitat, el aislamiento, una protección deficiente y una alta densidad de población humana. En El Salvador y Uruguay está extinto, mientras que en Estados Unidos prácticamente está desaparecido.
La situación de la población del felino en el Bosque Atlántico (conocido como la Mata Atlántica en Brasil, como la Selva Misionera en Argentina y como el Bosque Atlántico en Paraguay) es de las más preocupantes. Hoy, habita menos del 1% de la población de yaguaretés que se estima existieron en esta región antes de la llegada de los europeos.
La población actual no supera los 300 yaguaretés y se encuentra distribuida en 13 fragmentos aislados. En la mayoría de las áreas donde persiste, sus densidades poblacionales son muy bajas y la extinción local podría ser inminente si no se toman acciones urgentes que reviertan esta situación. En la Selva misionera se mantiene una población de 105 yaguaretés que, según los frecuentes monitoreos científicos, desde los últimos años muestra cierta tendencia en aumento.
“La distribución histórica del yaguareté en la Argentina se ha reducido significativamente, y esto impacta no sólo en otras especies de flora y fauna sino también sobre las personas que habitamos el país. La salud de los ecosistemas que nos rodean está intrínsecamente relacionado con nuestra salud, conservar al yaguareté nos permite proteger y restaurar sistemas naturales que proveen de servicios ecosistémicos vitales para el bienestar de la naturaleza y las personas” , detalló Fernando Miñarro, Director de Conservación de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
“Desde Fundación Vida Silvestre hace más de 18 años trabajamos en Argentina por la conservación del yaguareté y, junto a otras organizaciones, desde entonces estamos recuperando la población en el Bosque Atlántico al mismo tiempo que acompañamos la ejecución de un plan de emergencia para la recuperación de la población chaqueña que se encuentra también muy amenazada en Argentina”, agregó.
Un llamado a la acción
Hoy se lanzó una campaña continental que posee como objetivo impulsar acciones que aseguren la conectividad del Corredor Yaguareté o Jaguar, para ello se buscan 50 mil firmas en apoyo a la conservación del felino. Este llamado se hará a través de una petición que podrá ser firmada por ciudadanos de todo el mundo en el sitio www.elreyjaguar.org. La junta de firmas será presentada en distintos foros internacionales durante el 2021. Con cada firma, la imagen de un yaguareté avanzará de manera simbólica en el sitio web a través de su corredor.
Con esta campaña, se enfatiza la importancia del felino más grande y majestuoso de América y ambas organizaciones invitan a los gobiernos de Argentina, Brasil, Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Surinam que avancen en la implementación del Plan Jaguar 2030 y pongan en marcha los esfuerzos de conservación a través de cuatro vías de acción: cooperación regional; desarrollo e implementación de estrategias nacionales; prácticas productivas amigables con el jaguar, y financiamiento sostenible en 30 paisajes prioritarios. Asimismo, invita a Guyana, Guayana Francesa, Nicaragua y Venezuela a sumarse a la iniciativa.
“Tenemos una oportunidad única de echar a andar un plan audaz y ambicioso que ayude a detener la pérdida de biodiversidad en Latinoamérica, pues el jaguar habita en exuberantes bosques tropicales, sabanas, praderas, cadenas montañosas, desiertos y humedales; su presencia es indicadora de la salud de los ecosistemas”, dijo Roberto Troya, Director Regional de América Latina y el Caribe de WWF.
“Dado que su hábitat es rico en biodiversidad y aporta servicios ambientales como agua, aire, medicinas y la polinización de cultivos, entre otros, conservarlo apoya el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable”, agregó.
El Plan Jaguar 2030 incluye propuestas de protección que mitigan el conflicto entre el humano y la especie, conectan y protegen los hábitats del felino, estimulan oportunidades de desarrollo sustentable y apoyan el bienestar de las comunidades y pueblos indígenas que coexisten con él. Se enfoca en fortalecer el Corredor Yaguareté, asegurando la conectividad de 30 paisajes prioritarios, a fin de garantizar la movilidad de la especie y su sobrevivencia a largo plazo, pues ésta requiere de grandes extensiones de territorio para encontrar pareja y sobrevivir.
“Muchas de las acciones que promueve el Plan Jaguar 2030 se enlazan perfectamente con el Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté y los planes regionales que la Argentina tiene en vigencia“, refuerza Fernando Miñarro, Director de Conservación de Vida Silvestre. “Es una oportunidad para que la Argentina incremente sus compromisos y lidere la recuperación de esta especie en el extremo sur de distribución junto a Paraguay, Bolivia y Brasil, en una agenda 2021 que debe poner foco en la biodiversidad”, agregó.
Esta iniciativa es promovida por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y las organizaciones de la sociedad civil Panthera, Wildlife Conservation Society, Fundación Vida Silvestre y WWF, con trabajo a escalas nacionales, transfronterizas y regionales.
“WWF contribuye al Plan Jaguar 2030 con una estrategia que favorece a 15 de los 30 paisajes prioritarios para la especie, ubicados en áreas definidas por científicos en la región y delinea acciones hasta el 2030. Al proteger al jaguar y su hábitat se generan beneficios para 53 millones de personas que viven en su área de distribución. De ahí la importancia de sumar las voluntades de gobiernos en los ámbitos regional, nacional y local con el fin de reactivar este plan”, aseguró Margaret Kinnaird, Líder de la Práctica de Vida Silvestre, WWF Internacional.
WWF y Fundación Vida Silvestre trabajan desde hace más de una década en conjunto en la conservación del yaguareté con actividades que incluyen el monitoreo de las poblaciones y sus presas a fin de conocer las tendencias poblacionales y la ecología del felino; la implementación de actividades que reduzcan el conflicto humano-yaguareté; y el desarrollo de mecanismos financieros dirigidos a la conservación y vinculación con el sector privado para generar cambios transformacionales.
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