Las calles de Lisboa, la capital de Portugal, recibieron 10 nuevos compositores comunitarios en la última semana de 2020. Con ellos, ya hay 15 puntos de recogida de residuos orgánicos a disposición de la población.
Las plantas de compostaje forman parte del proyecto “Lisboa a Compostar” y ofrecen una alternativa para aquellos que quieren dar un destino sostenible a la materia orgánica, pero no pueden o no quieren hacer compost en casa.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Lisboa y, para participar, sólo hay que registrarse y declarar su interés en el compostaje de sus residuos orgánicos. Cada participante recibirá el abono orgánico producido y podrá usarlo para sus macetas, huerta o jardín.
El proyecto comenzó con 4 compostadores comunitarios piloto y, gracias a la buena aceptación de la iniciativa, este número se está ampliando cada vez más.
El Ayuntamiento de Lisboa señala que el compostaje es una forma de evitar enviar los residuos orgánicos a la incineración.
En 2017 se recogieron diariamente en la ciudad más de 600 toneladas de residuos comunes, de los cuales el 40% era materia orgánica que podría haberse convertido en abono orgánico pero que se enviaba para su incineración.
El proyecto “Lisboa a Compostar” quiere cambiar este escenario: En lugar de tirar en el contenedor común los residuos que sobran de la preparación de las comidas, especialmente frutas y verduras, podemos ponerlos en el compostador. Los cubrimos con pequeñas ramas, hierbas y hojas y dejamos que la naturaleza actúe. Es muy simple y natural.
En este proceso obtenemos un fertilizante que nutre el suelo, mejorando sus propiedades físicas, químicas y su estructura, evitando el consumo de fertilizantes comerciales.
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