El placer de observar la obra de Miguel Ángel Buonarroti en los frescos de la Capilla Sixtina y en sus esculturas. En el Día del Escultor en homenaje a su nacimiento, un 6 de marzo de 1475.
Miguel Angel no era asexual, era homosexual. A esta reconstrucción llegamos a través de las cartas que ha dejado. Lo expresa en algunas de sus obras y en los escritos hacia sus amantes.
Miguel Angel solía no tener relaciones sexuales para no develar sus preferencias sexuales. Amó a un chico llamado Cicchino dei Bracci, con un buen puesto en la sociedad, pero murió al año de haberlo conocido. El artista le dedicó 48 poemas funerarios además de diseñar su tumba. Otro de sus amores fue Giovanni de Pistoia. Lo conoció mientras estaba trabajando en las obras de la Capilla Sixtina.
Pero el gran acontecimiento sentimental en la vida de Miguel Angel fue Tommaso Cavalieri, un joven de 22 años, de familia noble, que admiraba la obra de Buonarroti y que logró arrebatar el corazón del artista.
El amor que sentía por Cavalieri le llevó a escribirle encendidas cartas –que acompañaba con dibujos con la excusa de que los copiara- en las que le aseguraba que le “amaba infinitamente más que a ningún otro”. El joven correspondía a los deseos del artista y le respondía: “Juro retornarle su amor. Jamás he amado a un hombre más de lo que lo amo a usted”. El discípulo acompañó al maestro hasta su lecho de muerte.
Si vistaste la Capilla Sixtina habrás quedado alucinado con la escena del juicio final, ¿No?...
Te contamos que esa escena fue inspirada en orgías. ¡Si! Es que Miguel Ángel visitó prostíbulos en los que hombres y mujeres practicaban la prostitución para inspirarse en los cuerpos masculinos, muy viriles, que componen el Juicio Final. Estos burdeles reflejados en los muros del Vaticano, destilan placer y goce: Un condenado es conducido al infierno agarrado por los testículos y entre los beatos se producen besos y abrazos ambiguos de naturaleza homosexual.
Roma tiene la muestra del amor gay que jamás hubiesen podido planificar.
Muslos, cuerpos masculinos musculosos, culitos duros y más…en la cuna de la iglesia católica.
Otra de las incongruencias de la iglesia católica…Vamos por la separación de la iglesia del estado.
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