Incendios en Chubut: comunidades mapuches resisten el avance del fuego y el desamparo del gobierno

/Por Damián Duarte

Sin agua en Lago Puelo. Sin electricidad en Epuyén y El Maitén. La complejidad del escenario que se vive en la Comarca Andina supera cualquier análisis que se pueda hacer desde un despacho ministerial. La Justicia ya comenzó a investigar el origen de los focos de incendio que se desataron de manera simultánea y en distintos puntos del territorio, pero mientras tanto el fuego, que es un fuego político, sigue siendo una amenaza para la fauna, la flora y los pobladores de la región.

Mientras escribo esto Evis Millán, hermana del Movimiento de Mujeres Indígenas, me responde un mensaje en el que me cuenta que Sixto Garces, un vecino del Lof Cañio Pangui Wingkul, ubicado cerca de El Maitén, fue encontrado muerto. El hombre intentó escapar junto a su caballo y su perro de la bravura del fuego, pero no lo consiguió.

“Es muy triste y doloroso ver las imágenes de la cantidad de personas que quedaron sin vivienda, de los animales muertos. Es terrible lo que está sucediendo”, me cuenta Evis, que forma parte del pueblo mapuche y que, desde Esquel, integra la red que busca asistir y acompañar a comunidades que quedaron al total desamparo del Estado.

Su contacto directo con el territorio es Marilyn Cañio Werken, que vive junto a otras siete personas en la lof ubicada en Buenos Aires Chico, a unos kilómetros de El Maitén.

“En este momento están solos, están los padres mayores y un niño. Quedaron en su espacio, en su lugar donde viven desde hace décadas, generaciones; el miércoles fue gente de bomberos y de defensa civil para pedirles que evacuen el lugar, pero la familia le dijo que no se iban a ir, porque ellos están dispuestos a defender hasta último momento el bosque nativo y entonces no lo iban a dejar”, dice Evis.

Desde la seguridad de un helicóptero, el ministro de Ambiente, Juan Cabandié, lanza declaraciones públicas y evalúa que “la situación este jueves es mucho mejor que la del día martes”, como si esa fuera una posibilidad de análisis ante el irremediable daño ocasionado.

“La gente se está organizando, están pidiendo la solidaridad de compañeres, hermanos mapuches que puedan acercarse para llevar herramientas. Están empezando a trabajar los cortafuegos. Hay lugares donde están los focos de incendio y es de difícil acceso, no hay ni siquiera huellas y es muy difícil llegar caminando”, detalla Evis.

Las dificultades que presenta el territorio hacen que se dificulte llegar hasta la línea del fuego que se ve, se huele y se siente. Por eso, las comunidades que resisten ancestralmente, piden por el avión hidrante que hasta ahora no cruzó por el cielo de El Maitén. Allí todavía hay focos de incendio prendidos y un cambio de clima, la llegada de algún viento, solo puede generar más tragedia.

“Nosotros como movimiento venimos denunciando hace rato esto que se viene llevando a cabo por parte de los sistemas, del gobierno provincial y nacional. Es un plan que generaron estas empresas que quieren llevar a cabo su proyecto extractivista, como las mineras. Es terrible que esté pasando esto”, dice Evis y remarca el abandono estatal: “Nos preocupa la lof Cañio porque el municipio no se acerca, porque están solos; sabemos que el lof viene denunciando un proyecto que quería llevar a cabo la municipalidad de El Maitén, que era una pista de ski. Es muy llamativo que, ahora que necesitan que se acerque la gente correspondiente, no vaya nadie. Y es porque obviamente quieren que los consuma el fuego”.

En medio del drama, las operaciones desarrolladas por parte de medios hegemónicos ya comenzaron a hacer su juego al intentar instalar la responsabilidad del pueblo mapuche en los incendios: “De nuevo hablan sobre el pueblo mapuche diciendo que somos terroristas, que esto está provocado por nuestro pueblo. En realidad, nuestro pueblo desarrolló milenariamente una forma de manejarse en reciprocidad con la naturaleza, y por algo hoy estamos siendo perseguidos por la justicia, por este Estado, porque somos los que nos oponemos a estos megaproyectos que nos han traído muerte a las personas, a cada elemento natural y hoy estamos viendo las consecuencias”.

Están cometiendo un genocidio

En estos momentos, la falta de herramientas para combatir las llamas complica la situación. Ayer, un grupo de personas intentó subir al cerro para hacer un contrafuego, evitar el avance de los incendios y proteger el bosque nativo. Pero pocas personas lograron llegar y la sensación es común a todxs: Esperar la lluvia.

“Es mucha tristeza lo que se siente, esto viene sucediendo hace rato, se viene pensando lo que pasa con este sistema, estan cometiendo un genocidio. Por eso realzamos la postura de la comunidad Cañio, que son personas mayores que están resistiendo. Si ellos hubieran querido salir, ya no estarían en sus casas; pero en nuestra filosofía, eso es el resguardo de cada elemento, por eso están resistiendo, porque el bosque, cada planta, es importante y se vive desde otro lado”, relata Evis.

Y reflexiona: “Como sociedad es necesario que se empiece a tomar conciencia que las propuestas que salen de los gobiernos con proyectos extractivistas, trae consecuencias terribles. Esto que está sucediendo fue a propósito. En Chubut hay una movilización de hace mucho tiempo del NO rotundo a las mineras y que ocurran estos focos de incendios en distintas partes es llamativo. Hay compañeras que investigaron e hicieron un mapeo, porque las zonas quemadas son zonas marcadas por la minería. Esperamos que la justicia intervenga, que caigan los responsables y no quede impune”.

En este momento, lo que más se necesita en el lof es un grupo electrógeno porque, al no haber servicio de electricidad, corren el riesgo que los alimentos almacenados en las heladeras se eche a perder, así como también resulta fundamental contar con carga de batería en los celulares, para mantener activas las comunicaciones.