Hoy destacamos a la gran Juana Manso

/Por Constanza Garbocci

¿Quién fue Juana Manso?

Juana Paula Manso nació el 26 de junio de 1819, en Buenos Aires. Fue escritora, periodista, maestra y precursora del feminismo en Argentina, Uruguay y Brasil. Manso fue una de las grandes teóricas de la educación nacional y quien digitó políticas de alfabetización popular e innovadoras para toda la población.

Desde su juventud, su vida osciló entre distintos países como Argentina, Uruguay y Brasil, a causa del exilio de su familia durante los años del régimen rosista. En Uruguay emprendió su primer labor educativa: creó, en una habitación de su casa,  el "Ateneo de Señoritas", desde donde educó a niñas de la elite montevideana. También publicó poemas firmados bajo seudónimos en diarios de la Argentina y Montevideo, dando inicio a su carrera como escritora, periodista y traductora.

Luego de trabajar junto a Domingo Faustino Sarmiento, Manso ejerció -entre varios otros cargos docentes- como la directora de la Escuela Normal Mixta N°1. Esta fue la primera escuela donde ambos géneros compartieron las aulas. Durante toda su vida luchó por la emancipación y ampliación de los derechos de las mujeres, exponiendo sus ideas de manera pública.

Cuando vivió en Brasil creó su primer periódico, una publicación hecha por mujeres, sin la necesidad de firmar con seudónimos para ser publicadas. Este primer trabajo se considera como el primer periódico feminista en Latinoamérica. Tras su regreso a Argentina, en 1854 publicó –una versión en castellano de aquel periódico- el primer ejemplar de Álbum de Señoritas: Periódico de Literatura, Modas, Bellas Artes y Teatros. Allí declaró: “Todos mis esfuerzos serán consagrados a la ilustración de mis compatriotas, y tenderán a un único propósito: Emanciparlas de las preocupaciones torpes y añejas que les prohibían hasta hoy hacer uso de su inteligencia, enajenando su libertad y hasta su conciencia (...)”

A causa de todo esto, Juana Manso fue muy criticada en la prensa y resistida por los sectores más conservadores. Sufrió el exilio, la pobreza y las dificultades de mantener sola a sus dos hijas. Tras su muerte, ninguno de los dos cementerios existentes en la Ciudad de Buenos Aires - el de la Recoleta y el de Chacarita- permitieron sepultar su cuerpo por haberse negado a recibir la extremaunción por parte de un sacerdote católico.