Alimentación saludable para cuidar tu corazón

/ Por Lucía Cortinovis 

El  9 de abril es el Día de la Cardiología Argentina, debido a que se conmemora la fundación de la Sociedad Argentina de Cardiología, que en este 2021 cumple 84 años. Por ello en estos días se invita a difundir y reflexionar sobre las enfermedades cardiovasculares, su prevención y su tratamiento, que abordare desde la nutrición.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV), comúnmente conocidas como enfermedades del corazón, se producen por isquemia u obstrucción de una arteria, lo que reduce o cesa el aporte de sangre en la zona afectada, se estima que aproximadamente 18 millones de personas alrededor del mundo padecen enfermedades cardiovasculares, las cuales causan 1 de cada 3 muertes.

Los factores de riesgo que pueden causar el inicio de las enfermedades cardiovasculares son:

• Dislipemia o alteración de los lípidos en sangre
• Hipertensión
• Tabaquismo
• Diabetes
• Obesidad
• Dietas ricas en grasas y colesterol

El control de los factores de riesgo cardiovasculares se presentan como la mejor estrategia preventiva para su desarrollo. Existen evidencias acerca de que estilos de vida asociados a la cultura occidental como una dieta rica en grasas saturadas e hipercalórica, junto con el sedentarismo y el hábito de fumar, juegan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.

Los buenos hábitos de vida saludables son fundamental para prevenir las enfermedades del corazón.

¿Cómo podemos reducir el riesgo cardiovascular ?

• Reduciendo las grasas saturadas y las grasas trans: consumir lácteos descremados, disminuir el consumo de galletitas, consumir carnes mas magras, evitar el consumo de embutidos y quesos grasos.
• Reduciendo el contenido de grasa total de la alimentación
• Aumentado la proporción de grasas mono y poliinsaturadas y omegas 3: consumir preferentemente aceite de oliva , incorporar semillas especialmente de chía y lino, consumir pescados azules al menos 2 veces por semana, consumir frutos secos.
• Aumentando la fibra soluble y el contenido de antioxidante: Aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, avena.
•  La realización de actividad física: Practicar ejercicio moderado al menos 150 minutos semanales, evitando el sedentarismo.

Además  de un cambio en la conducta alimentaria para mejorar la calidad de vida  y reducir así el riesgo cardiovascular,  es  fundamental  asistir  con  los profesionales  de la salud  para  controlar las cifras de tensión arterial, los niveles de glucosa, de colesterol y el peso.

Lucia Cortinovis - Lic. Nutrición MP 4151 - MN 8929

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