Judiciales

14 de Abril de 2021

Pidieron la elevación a juicio de la causa por el crimen del gendarme

En exclusiva, Corré La Voz pudo saber que la fiscal Andrea Palacios presentó la requisitoria de elevación a juicio para uno de los acusados por el homicidio del comandante Marcos Castillo, ocurrido el 9 de junio del 2020. El fiscal de menores, Dr. Gustavo Ancurio, había hecho lo propio en diciembre pasado en el marco de la acusación de segundo acusado del hecho.

/ Por Damián Duarte

Un hombre abrigado y robusto se desplaza en una bicicleta mountain bike por la calle principal del centro de la ciudad de Zárate. No hay nada en el paisaje urbano de noche pre invernal que marque algo extraño, fuera de lugar. Las persianas de los negocios ya están bajas y en la calle solo quedan los rezagados de otra jornada laboral.

El ciclista transita varias cuadras por calle Justa Lima y luego dobla por Independencia. Un recorrido que hace habitualmente. De hecho, a 80 metros de esa esquina está su casa.

La cámara de seguridad de un comercio registra su llegada. El hombre baja de la bicicleta y antes de que pueda abrir la puerta un sujeto lo intercepta, se logra ver que cruzan algunas palabras, un forcejeo, el ciclista cae y muere casi en el instante con las manos aún en el manubrio. 

La víctima era el comandante Marcos Castillo, jefe del Escuadrón Zárate-Brazo Largo de Gendarmería Nacional. Nacido en la provincia de Jujuy y con 49 años, su hoja de vida mostraba una larga trayectoria en la fuerza que lo llevó a recorrer de punta a punta el país y hasta participó de misiones en el Congo y Kosovo.

No hacía muchos meses que vivía en Zárate. A fines de diciembre del 2019 fue designado a cargo del escuadrón con base cerca del Puente Zárate-Brazo Largo y por eso era común que Castillo fuera a trabajar en bicicleta, con su mochila y un casco. Ninguno de esos tres elementos fue sustraído en el asalto el día de su muerte. 

Padre de 5 hijos, el hombre que se alojaba en una habitación que alquilaba en la sede de la Sociedad Española, planeaba trasladar a su familia desde Ciudad Evita hasta Zárate, buscar una casa más grande y asentarse en la ciudad. Pero los planes quedaron truncos.

Cuando los médicos del servicio de emergencias llegaron al cruce de Independencia y Almirante Brown esa noche del 9 de junio del 2020, el gendarme ya no presentaba signos vitales. Había recibido dos disparos en su rostro que le provocaron la muerte al instante. En el suelo quedaron tiradas tres vainas calibre 22.

La principal hipótesis gira en torno a que se trató de un asalto, que Castillo se identificó o el delincuente lo descubrió como miembro de la fuerza y por eso el violento desenlace. Esa noche el gendarme no llevaba consigo su arma reglamentaria.

El horario en que ocurrió todo complicó la búsqueda de testigos. Durante la instrucción de la causa que llevó adelante la Dra. Andrea Palacios de la UFI Nro. 7 del Departamento Judicial Zárate Campana se lograron tomar algunos testimonios sobre cuántos eran los delincuentes, como habían actuado, hacia donde habían huido y poco más.

Por el hecho hay dos detenidos que fueron detenidos la misma noche del hecho: uno de ellos mayor de edad, identificado como Pablo Arcel de 20 años; y el otro, un menor de 17 años, sobre cuya imputación trabajó el fiscal del Fuero Penal de Responsabilidad Juvenil, Dr. Gustavo Ancurio. En este caso, el fiscal de menores pidió la elevación a juicio en diciembre del año pasado y todavía se aguarda la definición de la fecha para el inicio de las audiencias de debate.

Corré La Voz pudo confirmar en exclusiva a traves de altas fuentes judiciales que el expediente que acaba de presentar la fiscal Palacios en el marco de la requisitoria de elevación a juicio se encuentra caratulado como “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor de edad”. 

A lo largo de la instrucción se adjuntó documentación correspondiente al resultados de pericias como la del barrido electrónico que arrojó resultado positivo para la víctima y para los dos detenidos. Una explicación posible es que los rastros de plomo, bario y antimonio presentes en las manos del gendarme tienen que ver con que ese día Castillo pasó algunas horas practicando tiro, aunque también pueden significar rastros de deflagración dada la proximidad del ataque sufrido. Respecto al resultado positivo de los imputados, se sospecha que en su huida el atacante (que no se pudo determinar quién fue dada la baja calidad de los registros fílmicos) le pasó el arma a su cómplice y allí se produjo la contaminación de restos de pólvora.


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