Zárate

22 de Abril de 2021

Personas que se encuentran en un centro de recuperación construyeron una panadería comunitaria

El proyecto fue elaborado por lxs integrantes de la ONG Restaurando Vidas. El trabajo en equipo y las donaciones de la gente lo hicieron realidad. Desde Corré la Voz dialogamos con lxs integrantes y con el referente de la institución.

/ Por Santiago Corujo

Después de un trabajo de casi dos años, la ONG Restaurando Vidas que tiene su sede en calle Larrea al 2900, culminó con uno de sus proyectos más ambiciosos en el barrio Villanueva. Se trata de la conformación de una panadería comunitaria que presenta un doble objetivo; posibilidad de empleo para la comunidad que habita en la zona y motivación para las personas que se encuentran en pleno proceso de rehabilitación tras haber transitado por distintos conflictos con el alcohol u otras drogas.

Está claro que el camino hacia lo que hoy es una realidad no fue nada sencillo. No solo por las circunstancias netamente económicas que tienen que ver con la pandemia de coronavirus, sino también por los vaivenes que se produjeron dentro del grupo de recuperación, teniendo en cuenta que no es fácil alejarse de estas sustancias si el sujeto no tiene una familia que lo apoye, no tiene amigxs y tampoco conocidxs que le tiendan una mano.

Es aquí donde entra en escena el grupo Restaurando Vidas comandado por el pastor José Martínez, que a través de la religión y el trabajo en equipo, intenta día a día reinsertar en la sociedad a un grupo integrado actualmente por diez personas, las cuales en un pasado vivieron en la calle, marginadxs en su totalidad y sin ayuda del estado.

En la búsqueda de generar un oficio para la gente del barrio que lo precise y con el afán de poder autosustentarse, nació la panadería comunitaria. "El proyecto comenzó como una manera de poder generar recursos propios para el día a día en la ONG", explica José Martínez a CLV (Corré la Voz), y agrega: "ya habíamos construido el horno de barro en 2019 y la edificación comenzó el año pasado. Hicimos los primeros cimientos, levantamos paredes, nos donaron chapas, la puerta del horno y también ventanas".

Una vez terminado lo edilicio, debieron amigarse con el horno de barro. De eso se ocupó Alberto, un hombre 62 años que llegó a la ONG hace un año y medio. Tras haberse contagiado de coronavirus y sin tener empleo, permaneció aislado en la ONG, se recuperó y decidió quedarse. Hoy es uno de los pilares del equipo. "Uno se levanta a las cuatro de la mañana, se prende el horno y comenzamos a darle temperatura al lugar, el horno es manual, no tenés como controlarlo, tenés que ir adaptándote, cuando el horno se ve blanco sabemos que está en buena temperatura y despues lo mantenemos".

Consultado sobre como fue la recepción en la comunidad de Villanueva, Alberto señaló que "fue bien aceptado, sentimos el reconocimiento de la gente. Algunos nos dan consejos, estamos logrando una linda convivencia. Por suerte todo lo que hacemos se vende". En relación a la importancia de realizar este proyecto en este contexto sostuvo que "hoy por la pandemia la situación está muy brava y esto que hacemos es una salida laboral, podemos mantenernos económicamente, nos sirve para que estemos ocupados también. Cada uno tiene un rol".

Durante la semana la ONG elabora entre 30 y 40 panes por día y los fines de semana entre 50 y 60. También realizan prepizzas y empanadas. Alberto se ocupa del horno, Jorge y Marcos son los que amasan y Javier es el que se encarga de la venta junto a Alejandro. "Hemos avanzado mucho y vamos por más", cerró Alberto.

José Martínez aclaró a este medio que el próximo objetivo es que pueda acercarse un maestro panadero al menos dos veces por semana para enseñarles a los chicxs y a la comunidad en general del barrio. "Queremos que aprendan el oficio para que el día de mañana puedan trabajar en otra panadería o generar sus propios recursos". La intención de la ONG es unirse al barrio, un sector que padece todo tipo de necesidades básicas pero particularmente falta de empleo y oportunidades para la gente. "Queremos ser un lugar de contención en tiempos donde la droga y el alcohol llevan cada vez más por mal camino a los chicos", enfatizaron.

Es preciso señalar que la institución ya ha podido generar las gestiones pertinentes para que personas que se encuentran en recuperación puedan conseguir un trabajo. Varios de lxs integrantes realizan en la actualidad tareas de albañilería, electricidad o mantenimiento de espacios verdes. Por otro lado, todos los sábados organizan una venta de empanadas, torta fritas, panes o pizzas y lo recaudado es para la construcción de los proyectos que tienen.

El "vamos por más" de Alberto va muy en serio, ya que entre los proyectos futuros se encuentra la idea de continuar con un esquema de recuperación de oficios como la carpintería o electricidad. El objetivo es el mismo: fuentes de trabajo y algo en qué creer para los pibes y pibas que por ahora no han tenido las oportunidades que merecen.

Si queres apoyar a la ONG como socio colaborador comunicate al 3487 15 30 10 83. También podes escribirles a su página de Facebook: Ong Restaurando Vidas Vidas.


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