Colombia: un pueblo en resistencia que no se rinde

Los ojos de latinoamérica hoy están posados en el dia a dia de lo que ocurre en Colombia, donde las protestas y movilizaciones no cesan a pesar de que el pasado domingo el presidente Ivan Duque pidió el retiro del proyecto de reforma tributaria.

Pero antes de comenzar, propongamos algunos ejes sencillos para ordenar la información:

-Qué está pasando. El miércoles de la semana pasada, distintas organizaciones de trabajadores, indígenas y estudiantiles convocaron a un paro nacional tras la decisión del gobierno de Duque de llevar a cabo una reforma tributaria que impactaría en las clases medias y bajas. El paro se hizo, colmó las expectativas y por eso, el pueblo decidió continuar con la medida con el horizonte puesto en torcer la medida del gobierno.

-En qué consisten los reclamos. La reforma impositiva esperaba recaudar alrededor de 6.300 millones de dólares, que representan cerca del 2% del PBI y serían utilizados para pagar los compromisos de deuda. El proyecto se presentó a mediados de abril bajo el nombre de Ley de Solidaridad Sostenible. Todo esto en un contexto de profunda desigualdades en el país, con una deuda externa que a comienzos de este año trepó al 51,8% del PBI, lo que representa 156.864 millones de dólares. Por eso, el descontento de la población excede el proyecto de reforma impulsado por el oficialismo, sino que pone de relieve una fuerte desaprobación al modelo económico. 

-Represión y violencia estatal. La escalada de malestar de la población y la continuidad de las medidas de protesta derivaron en un endurecimiento del accionar de las fuerzas de seguridad que comenzó a desplegar su aparato represivo sobre los civiles. El gobierno de Duque conoce el uso de la violencia y la arenga de figuras políticas como el ex presidente Álvaro Uribe, quien pidió la presencia de militares en las calles, derivó en un escenario de mayores hostilidades hacia la población.  

El clima social de Colombia no escapa a las generalidades de un sistema corrompido y desigual como el que recorre varias naciones de latinoamérica y que se vio profundizado por la crisis sanitaria del Covid 19. 

Así lo cuentan los colegas de Medios Libres Cali en el colectivo independiente de periodistas e investigadores avispa.org:

Desde el principio de la pandemia en Colombia a los más pobres se les presentó la cruel dicotomía entre quedarse en casa para cuidarse del virus o salir a trabajar. A las pocas semanas de iniciada la pandemia las casas de los barrios se llenaron de trapos rojos en sus ventanas, significaba que había hambre en esos hogares y eran por miles. Un año después de las primeras cuarentenas, el gobierno propuso una reforma tributaria, que golpearía a las clases bajas y medias. Ante este panorama no se dudó ni un instante en salir a las calles, en un momento terrible de crisis sanitaria por el covid-19. Ya no hay dicotomía, hay rabia y frustración.

No hubo líderes que convocaran, sólo existía una fecha propuesta por las centrales obreras y fue suficiente para que las familias, los amigos, vecinos, el barrio y el pedazo, se autoconvocaran por redes sociales, hasta ser ríos de comunidades caminando hacia los puntos de resistencia, hacia las entradas de la ciudad, forma eficiente de hacer real un paro, nadie entra ni sale”.

Como una enredadera la protesta social se expandió en más de 500 ciudades de Colombia y tuvo réplicas en más de 50 ciudades del mundo. Con la excusa de evitar las aglomeraciones, el gobierno impuso un toque de queda y a partir allí, comenzó a profundizarse el despliegue del aparato represor encabezado por el ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) con detenciones ilegales, abusos de autoridad y violaciones a los Derechos Humanos que van desde asesinatos, exceso de la fuerza, amenazas, procedimientos irregulares en las detenciones, destrucción de los bienes de las manifestantes, ataques directos a la integridad de las personas, abuso sexual, entre otros.

Mientras en estos momentos la población continúa en las calles, manifestando su oposicion a la reforma labora y de salud que integra el paquete de medidas que intenta imponer Duque, allí se cuentan cientos de heridos y 19 muertos por parte del accionar represivo de la fuerza pública y el Ejército.