¿Qué pasa en Colombia? ¿La lucha en las calles es solo por la reforma tributaria?

Por Facundo Ojeda

Lo que se ha presentado en los últimos días como un estallido social por causa de la reforma tributaria, es en realidad el derrumbe de un modelo económico que rige en el país desde hace décadas.

Desde antes del período conocido como “La Violencia”, que enfrentó entre los años 20 y los años 50 a los partidos clásicos Conservador y Liberal, amplios territorios del campo colombiano fueron asolados por bandas armadas paramilitares. En la década del 60 surgen los grupos guerrilleros tales como, la FARC, ELN y otras organizaciones que defendían la reforma agraria. Así, Colombia vive una realidad cotidiana de guerra civil que lleva décadas.

Con el tiempo, estos grupos fueron parte de grandes redes de narcotráficos que dieron pie al uso desmesurado de la violencia con complicidad y la corrupción de los dirigentes políticos. Pese a que los medios solo se hagan eco de la situación que vive actualmente el Estado Venezolano, Colombia es el país con más desplazados internos del planeta, aproximadamente 8 millones de colombianos.

Los millones de desplazados pasaron a ocupar los grandes conglomerados urbanos, formando así barrios vulnerables que engrosan día a día la informalidad laboral. Este, es un modelo que ha generado uno de los países más desiguales del mundo y la pandemia vino a empeorar la situación actual.

Las relaciones entre las redes de narcotráfico y los dirigentes políticos lejos de reducirse, han aumentado. Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, la producción de cocaína en Colombia se duplicó en los últimos cinco años. El país que libertó Simón Bolívar no produjo esa cantidad de cocaína ni si quiera en tiempos de Pablo Escobar, Gilberto Rodríguez Orejuela y Orlando Henao Montoya.

El detonante de la situación actual fue la decisión de Iván Duque de avanzar en una reforma tributaria que impactaba de lleno en las clases bajas y medias de la ciudadanía colombiana. Los manifestantes rechazaban una reforma impositiva que buscaba recaudar más de 6.000 millones de dólares, el cual iba a destinarse para pagar principalmente los compromisos de deuda (nuevamente un gobierno de derecha tomando deuda con el FMI).

Con la caída de la reforma tributaria cayó el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, que fue quien la diseñó e impulsó. Se abrió entonces una crisis política, económica y social, alimentada por años de décadas de explotación, de maltratos y ultrajes. La gente estalló porque se dio cuenta que el gobierno solo beneficiaba a los grupos concentrados de poder en detrimento de las clases populares. A su vez, el gobierno de Duque alimentó el repudio a través de una feroz represión acusando a los manifestantes de terroristas y de estar organizadas por las FARC. Duele la negligencia de un gobierno que está sordo, que prefiere enviar fuerza pública en vez de ayudar a la gente, prefiere a los bancos y a las grandes empresas.

En medio de esta crisis, el gobierno enfrenta actualmente duros reclamos. Se le exige la desmilitarización inmediata de las ciudades y el castigo a los responsables que llevan a cabo esta masacre. Se exige, además, el establecimiento de una renta básica universal, la baja de la reforma del sistema de salud, la provisión de vacunas para todos y la puesta en marcha de un plan económico que priorice la industrialización del país.

Es decir, los reclamos están cuestionando el modelo económico del gobierno de coalición entre el empresariado y el paramilitarismo. Es por ello que la gente que sale a la calle no pide solo frenar algunos proyectos de reforma, sino que exige un modelo económico más democrático que incluya a todos.

Colombia necesita del mayor apoyo internacional y como ciudadanos latinoamericanos no podemos mirar para otro lado. Denunciemos y visibilicemos lo que está pasando.

¡FUERZA COLOMBIA!