Parejas abiertas ¿Reavivar el vínculo o técnica de rescate?

/Por Dra. Romina Barraza

Aún sigue siendo un tema muy tabú. Poco se habla de esto y menos aún, son los que se animan a practicarla.

No es un poliamor, no es infidelidad… Es una forma de vincularse con otra persona de manera estable, permitiendo que una de las partes o ambas tengan vínculos sexo-afectivos por fuera de la misma.

¿Y eso no es infidelidad?

No. En la infidelidad hay una de las partes que desconoce el accionar del otrx. Una de las partes rompe el contrato pactado (de fidelidad) quebrando la confianza ganada.

En cambio, en una pareja abierta, todas las partes acuerdan un “contrato”, con reglas claras y generalmente de manera explícita; en la que cada unx propone y define qué cosas se pueden hacer y qué cosas no. Y en este contrato, las relaciones con terceros están permitidas.

¿Y cómo son las reglas?

No hay una receta. Cada pareja debe establecerlas (Ups! ¿Eso no deberían hacerlo todas las parejas?). Pues bien… hay que dejar todo bien en claro para que nadie salga lastimado o que se rompa el vínculo.

¿Cuándo se decide “ser abiertos”?

No hay un momento. Muchos lo encuentran como solución a la discronaxia sexual. En la que las parejas no logran coincidir los momentos en los que quieren tener relaciones sexuales. Esto suele ser muy angustiante para las dos partes; por lo que plantear abrir la pareja puede ser una solución

En otros casos, es la falta de deseo en unx la que lleva a permitirle al otrx que tenga relaciones con otras personas. De esta forma, suele desaparecer la culpa que genera decir que NO todo el tiempo, o sentir frustración o enojo ante la negativa constante a las distintas propuestas.

También sucede en parejas con diferente orientación sexual (bisexual-heterosexual/pansexual-homosexual, etc.) que quieren continuar disfrutando la posibilidad de otros encuentros.

En otras personas, saber o imaginar que su pareja está con alguien más puede despertar fantasías que estimulan la excitación y el deseo, permitiendo mejorar los encuentros propios.

Para algunas personas es su carta de presentación, para otras algo nuevo a explorar. Podemos iniciar un vínculo de esta forma o bien empezar a practicarlo luego de muchos años juntos

Lo cierto, es que sean cuales sean los motivos, sean cuales sean las reglas; hay que estar muy seguros de lo que queremos y tomar decisiones libres de todo tipo de presiones, con consentimiento de todas las partes. No es una práctica de salvataje, es la unión de amor y libertad.

La comunicación en este tipo de vínculos, como en cualquier otro tipo de vínculos sexo-afectivos, es la clave del éxito.

No es un mandato. No es una obligación. No es pecado practicarla.

Es amor. Es libertad. Es respeto por unx mismx y por el otrx.

¿Te gustaría explorar este tipo de vínculo? ¿Tenes dudas de cómo “arrancar”? ¿No sabés cómo comunicárselo a tu pareja? Te recomiendo realizar una consulta sexológica para conocer la infinidad de posibilidades que brinda.

Dra. Romina Barraza

Médica Sexóloga y Educadora en Sexualidad Humana. MN 154156

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