Planificación estratégica

26 de Mayo de 2021

Un vaso de agua

/ Por Claudio Rodríguez - Arquitecto

 

 

“Cada disciplina construye su propio idioma. Y utilizando ese léxico, en donde las palabras, además de significado, adquieren intencionalidad e ideología, se escriben ensayos, tratados y manifiestos que sólo serán leídos y comprendidos en el círculo cerrado de la disciplina que los originó: dentro del cual las personas que lo componen reescribirán y ampliarán los conceptos, citándose entre sí, en una espiral ascendente hacia una eternidad abstracta..."

-¡Claudio, se cortó el agua! –

No había terminado de digerir el significado de la lectura cuando fui cacheteado por la realidad. Instintivamente miré el vaso de agua a medio tomar apoyado en la mesa (uno de los ocho vasos que debo tomar diariamente, según el médico, para que mi organismo funcione), y pensé en la visión de los niños pequeños que se enfrentan a una canilla sin saber lo que hay detrás de ella: De la canilla sale agua y punto, no tienen por qué entender la existencia de cañerías amuradas y enterradas y válvulas y tanques de reserva y bombas sumergidas y clorinadores y gente que trabaja todos los días para que el sistema funcione y nunca se detenga.

Y pensé que muchas veces la sociedad en su conjunto se comporta como un niño pequeño.

Las comunidades primitivas se organizaron en aldeas, que luego serían ciudades, estableciéndose en forma permanente en un territorio. La ubicación elegida no era al azar, la primera condición para dicha elección era la existencia de agua. Los pueblos crecían así a la vera de ríos, arroyos o surgentes en donde el agua estaba allí y era gratuita. Cada uno debía ocuparse de ir a buscarla, llenando ánforas y recipientes con el líquido necesario para la jornada.

Luego evolucionamos y construimos acueductos, fuentes, depósitos y aljibes y el agua entró en la ciudad y llegó a nuestras casas. Pero debieron pasar siglos para que la humanidad entendiera la relación entre el agua potable y la salud pública.

En Buenos Aires, luego de la epidemia de fiebre amarilla de 1871 que se cobró miles de vidas, comenzaron a proyectarse y ponerse en práctica obras de suministro de agua y alcantarillados, a semejanza de los avances observados en ciudades europeas.  La federalización de Buenos Aires en 1880, y como consecuencia la creación de La Plata, hicieron que esta última ya naciera con su infraestructura de servicios en materia de agua y desagües. 

Hacia 1912 se crea Obras Sanitarias de la Nación (OSN), “destinada al estudio, construcción y administración de obras destinadas a la provisión de agua potable para uso doméstico en las ciudades, pueblos y colonias de la Nación.”

Esta política de Estado permitió que hacia la década del cuarenta, la República Argentina fuera cabeza en América Latina en materia de servicios sanitarios. No sólo se generaban obras, sino también hombres sabios (ingenieros, técnicos y geólogos) que sabía hacer y creaban y producían tecnología y de los que venían a aprender los profesionales de los países hermanos.

OSN replicó en cada provincia creándose organismos destinados al saneamiento. En consecuencia, y con la experiencia recogida en la construcción de La Plata, se instituye en 1913 la Dirección General de Obras Sanitarias de la Provincia de Buenos Aires, la que hacia 1973 dará lugar a la constitución de la Administración General de Obras Sanitarias de la Provincia de Buenos Aires (AGOSBA), empresa del Estado Provincial encargada del suministro de agua y cloacas en el interior provincial.

De tal manera OSN seguía operando en la Capital Federal y el conurbano y AGOSBA  en el resto de la provincia.

En el primer experimento neoliberal aplicado en la Argentina por la dictadura cívico militar, que gobernó de 1976 a 1983, la consigna de achicar el Estado llevó al desmantelamiento y des-financiación de las empresas estatales. Sentando las bases para que en el segundo período neoliberal (1989-2001) se privatice lo que todavía quedaba en pie.

En nuestros municipios de Campana y Zárate, en 1980, fueron transferidos los servicios sanitarios directamente a las Municipalidades, que debieron encargarse de la operación de los mismos, del personal y de la estructura empresarial y sin recibir recursos adicionales por ello. 

Ya en el menemismo, OSN, que como se dijo abastecía al AMBA, se privatizó a manos de un consorcio internacional llamado Aguas Argentinas..En tanto que los municipios del interior provincial intentaron distintas alternativas de gestión, fluctuando entre concesionarios y empresas privadas, cooperativas, sociedades anónimas de participación estatal municipal o directamente empresas municipales.

Nuestros municipios de Campana y Zárate pasaron por todas o algunas de estas alternativas. En la actualidad los servicios de Zárate son municipales y los de Campana retornaron, a partir de 2008, a la jurisdicción provincial con la empresa Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) con capital mayoritario del Estado.

Este derrotero, que oscila entre dos posiciones antagónicas: la primera que considera a los servicios sanitarios como esenciales y la segunda que los ve como un negocio, ha impedido tener una visión estratégica a largo plazo que atienda las cuestiones profundas que afectan a los pueblos.

A ver: Campana y Zárate se alimentan de agua subterránea proveniente del Acuífero Puelche. Napas de agua de buena calidad que, para su utilización, obliga a perforar el suelo a profundidades superiores a los sesenta metros, instalar bombas de extracción e impulsión y de esta manera inyectar el agua en las cañerías que la llevan a los domicilios.

Pero los pueblos crecen y el acuífero comienza a sobre explotarse, y ante la demanda creciente de agua, la respuesta es hacer más perforaciones. Al consumo humano se le debe sumar el industrial, que en nuestra zona extrae enormes cantidades del líquido elemento y debe ser controlado por los organismos provinciales (hay que ver!).

¿Pero cuáles son los riesgos del incremento de las perforaciones para extraer agua?

Además de las dificultades de sostener un sistema parejo, sin caída de presión y falta de agua en algunos barrios, los hombres sabios (algunos de los cuales han resistido en el Sindicato de Obras Sanitarias) comentan el riesgo de contaminación, que se manifestaría en los análisis físico químico con altos niveles de nitritos y nitratos. También hacen mención a la dureza del agua (algo que vemos acumularse habitualmente en el fondo de la pava y en la base de los dientes y llamamos sarro), y del aumento de la salinización en algunos pozos: Es notable el gusto salado que tiene el agua en algunos barrios de Campana.

Pero ante esta realidad los hombres sabios han planteado, hace ya varios años, una solución profunda y estratégica: Tomar agua del río. Es decir construir para los dos municipios una planta potabilizadora que inyecte agua tratada del río a la red, generando un sistema híbrido en el que se mezcle con el agua de pozo.

Se sabe que el agua de río no tiene dureza y que convenientemente mezclada con el agua de las napas, maniobrando en los pozos más comprometidos, generaría resultados óptimos en los análisis. Asimismo la fuente resulta inagotable en función de las necesidades y el río Paraná, el más caudaloso de la Argentina, tiene capacidad auto limpiante.

Pero el proyecto, que existe y está técnicamente evaluado, prevé además la construcción de un acueducto paralelo a la Ruta 6, que lleve agua potable desde la planta potabilizadora a los Partidos del interior de la Provincia, que tienen serias dificultades con sus recursos acuíferos, debido a los altos niveles de elementos químicos no recomendables para el consumo humano.

El Padre Río, que nos dio origen, nos dará la solución a una vasta zona de nuestra provincia en un concepto que es vital para cualquier política de desarrollo: Tener agua.

Entender que formamos parte de una región, planificar la post pandemia y llevar adelante proyectos consensuados, gestados a partir de firmes decisiones políticas, nos permitirá encarar el mañana con una actitud positiva, que hoy nos cuesta sostener.

-¡Volvió el agua!-

Menos mal, no tenía ganas de hablar con un call center.

…Se deberá romper el círculo y bajar al plano de la realidad, pues no hace falta asignar nuevos significados a viejas palabras, ni pretender inventar lo que ya existe”.

 

PD:

Agua, como te deseo

agua, te miro y te quiero

agua, corriendo en el tiempo

agua, bailando en manos del sol.

 

En pleno período neoliberal menemista, surgió una banda de rock en el Oeste del Conurbano Bonaerense, que propuso una suerte de resistencia cultural alcanzando notable popularidad.  Los Piojos, de ellos se trata, editaron en 1998 su disco Azul, que contiene el tema Agua, interpretado por la banda con un coro de niños. 

En 2006, bajo la presidencia de Néstor Kirchner, se recupera para el Estado lo que había sido Obras Sanitarias de la Nación, privatizada con el nombre de Aguas Argentinas, creándose la empresa Agua y Saneamiento AySA. Quien algunos años más tardes utilizaría el tema Agua en su publicidad oficial, re versionada por el querido Horacio Fontova.

En el CD Azul, hay otro tema inquietante cuyo título es El Balneario de los Doctores Crotos, que, con letra de Andrés Ciro Martínez, expresa en una de sus estrofas:

Algunos dicen que era maestro

otros afirman que era doctor,

no hubo dinero para su genio

la cretinada privatizó.

 

¡Atenti!  Que la cretinada quiere seguir privatizando.


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