Proteger la Lactancia Materna: Una Responsabilidad Compartida

/Por Lic. Lucía Cortinovis

Para poder sostener la lactancia materna es necesario el apoyo de toda la comunidad: el acompañamiento de la pareja, la familia y todo el entorno, esto incluye la distribución de las tareas domésticas y de cuidado entre progenitores. A su vez, los ámbitos de trabajo y de estudio necesitan contemplar licencias por maternidad y por paternidad, espacios para la extracción de leche y horarios reducidos para disponer de tiempo para alimentar al bebé con leche materna en estos contextos.

Si hablamos de Lactancia necesariamente debemos saber que la Lactancia es un derecho de los niños y de las madres y que como tal existe un marco legal tanto internacional como nacional para protegerla. La Convención de los Derechos del Niño (1990) refiere la necesidad de que la sociedad y los padres conozcan los principios de nutrición de los niños, las ventajas de la Lactancia y reciban apoyo para la aplicación de esos conocimientos.

La Organización Mundial de la Salud recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida (sin incluir agua, jugos o infusiones, ni alimentos). Luego, comenzar a incorporar progresivamente alimentos apropiados para la edad, manteniendo la lactancia hasta los dos años o más.

La leche materna es el primer alimento que recibe el ser humano al nacer y que nos permite completar un crecimiento y desarrollo óptimos, ya que proporciona no sólo nutrientes de calidad y en cantidad ideal, también a través de ella recibimos innumerables sustancias, entre ellas anticuerpos y otros componentes anti infecciosos que nos permitirán defendernos contra múltiples enfermedades. 

Por eso los niños alimentados a pecho se enferman menos o si se enferman, se recuperan más rápido. No alimentar a los niños a pecho genera mayor prevalencia de enfermedades respiratorias, otitis media, infecciones gastrointestinales, alergias, Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), mayor incidencia de obesidad y diabetes en la adultez, entre otros. Esto conlleva también a mayores gastos en salud.

Las madres tienen beneficios como menor sangrado posparto y más rápida recuperación del útero, menor depresión posparto, menor riesgo de cáncer de mama y ovario y menor sobrepeso postparto, entre otros.

Además, al amamantar, a través de la succión y del contacto piel con piel, se genera un vínculo que proporciona un bienestar y sensación de protección en el bebé lo que facilita su desarrollo emocional y social.

Como se mencionó anteriormente, amamantar es un acto natural, sin embargo, la mujer puede necesitar ayuda y apoyo. Todas las mujeres son capaces de dar el pecho a sus hijos. 

Ante la actual pandemia por COVID 19, es importante continuar promoviendo y apoyando la Lactancia, ya que sus beneficios protegen a los bebés. La evidencia disponible hasta el momento sugiere que no hay transmisión del virus a través de la leche materna, sin embargo, si existe en la madre sospecha o confirmación de la enfermedad es importante que siga las recomendaciones del equipo de salud para continuar con la lactancia de manera segura en el caso de que sea posible.

“Los beneficios de la leche humana no son sólo nutricionales, sino que la misma tiene un impacto sobre la salud del niño, la madre y la sociedad en su conjunto”

Lucia Cortinovis - Lic. Nutrición MP 4151 - MN 8929

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