Coitocentrismo ¿Placer o mandato?

/Por Dra. Romina Barraza

Cuando hablamos de coito, hacemos referencia a la práctica sexual en la que se produce la penetración de un pene en una vagina.

Esta es una práctica muy importante si uno desea tener un hijx, pero… con total sinceridad… ¿Quiénes tienen relaciones sexuales UNICAMENTE para la reproducción?

Sin embargo, sucede históricamente, que la práctica del coito se ha tornado el eje central de los encuentros. Es de ahí que hablamos de COITOCENTRISMO

Pero… ¿Está mal tener relaciones coitales? ¡Por supuesto que no! El problema es cuando el coito se vuelve condición única y necesaria u obligatoria en cada encuentro.

Escuchaste o dijiste alguna vez, luego de un encuentro con otra persona: ¡Pasó de todo menos cog…r! o Estuvo bueno, pero no hubo garch… (Sólo porque no llegamos a la penetración)

Y cuando indagamos que cosas sí pasaron se menciona: Besos apasionados, toqueteos por todos lados, sexo oral… pero referimos que “Nada pasó” … ¡Pasó de todooo!!! Sin embargo, si de cog…r se trata, a pesar de haber estado super apasionados por horas, muchas veces semidesnudxs o desnudxs, si no hay penetración pene-vagina, pareciera que algo faltó, algo no anduvo bien…

Fíjense la importancia que tiene para los occidentales que llamamos “la previa” a todo el encuentro erótico anterior al coito, como si esto último fuera el plato principal, lo importante… y el resto, sólo un accesorio, algo menor o, peor aún, algo que se puede obviar

Yo me pregunto: ¿No será demasiado entregarle tanto poder únicamente a los genitales? ¿Qué sucede entonces en una pareja gay, dónde uno de los dos genitales no está? ¿No tienen relaciones? Sería ridículo creer eso.

Claramente, esta presión que se genera con el mandato del coito, tiene que ver como dijimos con la reproducción, pero también, de manera un poco más implícita con el binario varón-mujer, la heterosexualidad y las relaciones de poder. Poder que ejerce quién penetra por sobre quién es penetrado (de ahí hablar de activo-pasivo)

¿En qué nos perjudica esta presión que se genera?

Contestaré a través de algunas preguntas simples:

¿Qué pasa con quien NO puede penetrar? Ya sea por cuestiones orgánicas (Disfunción eréctil, diversidad funcional, eyaculación precoz) o psicológicas ¿Qué pasa con sus emociones y sentimiento? ¿Qué pasa con la angustia y frustración que se generan por sentir que “no pude” (esto muchas veces termina en automedicación porque no toleran siquiera pensar en no tener una erección)?

¿Qué pasa con la persona que NO quiere ser penetrada en ese encuentro? También hay múltiples causas: Vaginismo, dispareunia (dolor en la penetración), cansancio. Son sólo algunas de las causas. Y obligarnos a hacer algo que no queremos, sólo para complacer a los demás, empeora las cosas y la libido se va cada vez más lejos

La propuesta es simple. Disfrutar de cada centímetro de nuestro cuerpo, explorarnos y explorar al otrx, preguntar, comunicarnos, preguntar qué le gusta y contar qué cosas me gustan a mí. Que no sea la UNICA opción, ni la más importante. El coito no siempre tiene que estar para obtener placer.

¿No sabés cómo hacerlo? ¿Sentís que te faltan herramientas? ¿No sabés cómo comunicárselo a tu pareja? Realizá una consulta sexológica, vas a multiplicar el placer de tus encuentros por miles.

¡Te espero!

Dra. Romina Barraza

Médica Sexóloga Clínica y Educadora en Sexualidad Humana. MN 154156

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