Destruyeron con una topadora cerca de 140 nidos de pingüinos

Un repudio generalizado se expresó en las últimas horas, luego de que un sujeto a bordo de una topadora aplastara cerca de 140 nidos de pingüinos en un predio lindero a la reserva natural de Punta Tombo, en la costa atlántica de Chubut. 

Para las autoridades, el daño es irreparable y no solo constituye un problema ambiental a gran escala, sino que también se configura como un delito de maltrato animal y por eso, en las últimas horas, se impulsó una denuncia a través de los Ministerios de Turismo y Áreas Protegidas, de Ambiente y Control del Desarrollo Sustentable, y de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio por medio de la Dirección de Flora y Fauna Silvestre.

Por su parte, el ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, aseguró via Twitter que la cartera también formulará la pertinente denuncia sobre lo ocurrido y en la jornada de ayer envió a la Brigada de Control Ambiental a inspeccionar el campo donde ocurrieron los hechos.

Por el momento, lo que se sabe es que un sujeto -que no sería el dueño del predio lindero a la reserva- condujo una topadora con el propósito de trazar una camino desde su campo hacia la zona costera. Pero en el proceso realizado sin ningún tipo de autorización ni estudio de impacto ambiental, el individuo aplastó cerca de 140 nidos de pingüinos, dejando enterradas las crías de los ejemplares que habitan la zona.

Como si no fuera suficiente, también electrificó un alambrado lo cual provocó la muerte de casi 100 pingüinos adultos.

El dramático escenario fue detectado por los guardafaunas de la reserva. Tras la presentación de la denuncia, tomó intervención la fiscal de Rawson, Florencia Gómez, quien en diálogo con la prensa local sostuvo que "la persona fue del campo hasta la costa con una máquina de alto porte, enterrando todos los nidos de pichones de pingüinos, en una zona de alta densidad. Estamos realizando toda la investigación preliminar para saber la magnitud del impacto. Creemos que lo hizo para tener un acceso directo a la costa, pero para eso habría que tener una autorización previa y un estudio para analizar el impacto ambiental, que es lo que se generó: un daño irreparable”.

El hecho de haber colocado una cerca electrificada también se configura como un grave perjuicio para los pingüinos, dado que la especie cuando tiene sus crías, uno de los ejemplares sale en búsqueda de alimento, mientras que el otro cuida a los pichones, por lo cual la barrera impuesta se constituye como un impedimento en una zona de tránsito permanente, rompiendo el ciclo reproductivo.