A 101 años del nacimiento de Eva Perón: El recuerdo de un militante peronista

Eternamente Evita

Hoy 7 de mayo, se cumplen 101 años del nacimiento de María Eva Duarte –Evita, para el pueblo- la abanderada de los humildes. En las familias peronistas, como la mía, Eva no era una más, junto a Perón formaba parte de algún cuadro en algún rincón de la casa.

Es admirada, es alguien cuya voz y figura circulaba en las palabras de mi abuela, de mi tío-abuelo, siempre sintiéndose orgullosos de ser peronistas. Es por esta familiaridad que siento que ella tiene que ver con mi vocación de militancia y por la necesidad de buscar la justicia social, la equidad, el ser solidario con el otro; siempre la tuve y tengo presente.

Como amante de la historia, siempre me gustó pasar momentos con mi abuela, con su hermano, y escuchar atentamente sus anécdotas y experiencias de vida. Y como tanta gente, ellos tienen anécdotas que de una u otra manera vinculan sus infancias con ella, con Evita.

Mi bisabuela, Emilia, madre de 6 hijos, del barrio de Flores, era socia del Club de Madres Eva Perón del barrio de Almagro. Una institución donde se acercaban madres en condiciones de vulnerabilidad social, las cuales eran atendidas por la Fundación Eva Perón. Mi bisabuela entabló una relación muy cercana con Evita dado que sin pedir nada a cambio colaboraba en el registro de las personas que se acercaban al club. Ella, todas las semanas visitaba la institución y siempre le preguntaba a Emilita (como ella la llamaba) en que podía ayudarla y lo máximo que le llegó a pedir fueron zapatillas para sus hijos.

Eva en cambio le entregaba no solo zapatillas sino también ropa, juguetes, útiles escolares, alimentos y demás. Mi abuela fue parte de los miles de niños y niñas que tuvieron la posibilidad de conocer el mar, tuvieron su primer juguete y todo gracias a la Fundación. Su primera herramienta de trabajo fue una máquina de coser también entregada por Evita.

Evita era una conocedora de la burocracia y de las urgencias del pueblo que ella misma había padecido, por eso organizó y dirigió esta Fundación, porque entendió que los trabajadores podían conseguir sus avances sociales a través de la CGT, pero el resto del pueblo, el que estaba fuera del circuito laboral, como niños, ancianos, mujeres jefas de hogar, debían tener otro ámbito para canalizar sus pedidos y exigir sus derechos que ya no podían esperar más.

La obra de la Fundación fue monumental: hogares de ancianos, pensiones a la vejez, la Republica de los Niños de Gonnet, hogares para madres solteras, policlínicos, tren sanitario, hogares de tránsito, colonias de vacaciones, campañas intensivas de vacunación, campeonatos deportivos, hospitales, etc.

Además de semejante obra para los más necesitados, fue la llama que abrió la política argentina a las mujeres. Ella tuvo la oportunidad de tomar y construir un camino político y no dudó. Logró lo que Alicia Moreau no pudo, que fue la sanción del voto femenino. “Aquí está, hermanas, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas”, dijo la primera dama el 23 de septiembre de 1947 cuando recibió la promulgación de la ley en manos de Perón.

Evita ayudó a que la Argentina se volviera peronista. Su figura se acrecienta día a día y se convierte en un símbolo para aquellos que nos preocupa la situación social, económica y existencial de los sectores más pobres y necesitados de nuestra sociedad. Hoy, en nuevo aniversario de su nacimiento le rendimos homenaje una vez más, como hacemos todos los días, replicando su ejemplo.

Facundo Ojeda