MIENTRAS EL PAÍS CRISPA BAJO EL FUEGO, EL GOBIERNO NACIONAL PARTICIPA DE LA CAÍDA DEL PROYECTO DE LEY DE HUMEDALES NACIONAL, NOS ARRASTRA NUEVAMENTE A UN DEBATE ETERNO E INFRUCTUOSO.
La Ley de Humedales cayó. La dejaron caer.
Pero no cayó cualquier Ley de Humedales. Lo que perdió estado parlamentario es un Proyecto de Ley de Humedales trabajado, debatido y consensuado entre la comunidad científica, los territorios afectados y las organizaciones socioambientales de todo el país. El humedal hoy es tierra de nadie. Todo está permitido. Y sin una ley, el escenario se vuelve extremadamente crítico.
Pero más crítica todavía se tornaría la situación si aprueban una Ley de Humedales tibia, habilitadora, que no toque ningún interés económico, que no regularice las actividades productivas degradativas y que favorezca a los ecocidas. Por el contrario, urgen herramientas legislativas que avalen una transición en la matriz productiva y energética. Estamos inmersos en un contexto de crisis climática que pone en riesgo el bienestar social y ambiental.
El gobierno, a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible anunció, apenas días después de que el proyecto consensuado caiga, que van a iniciar un nuevo debate para un nuevo Proyecto de Ley impulsado por el ejecutivo nacional.
Hablamos de un gobierno nacional que jamás mostró interés en la conservación de los humedales. Y menos aún en una ley capaz de protegerlos. Hablamos de un gobierno que, incapaz de vincularse con la voluntad de las comunidades, sostiene y profundiza modos de ser y producir extractivos y contaminantes. Se fomenta la megaminería, el fracking, la explotación petrolera en el Mar Argentino, el monocultivo, el uso y abuso de agrotóxicos. El extractivismo no genera riqueza para los pueblos. Sí genera desarraigo, pérdida de identidad, enfermedad y muerte. Y dicho esto, el súbito interés del ejecutivo nacional en promover una ley, más que esperanzar, alerta.
El martes 15/2 fuimos citados a una reunión virtual entre las organizaciones y el Ministerio para iniciar (nuevamente) el debate. Quien tomó la palabra en nombre del Ministro fue Gabriela González Trilla, quién trabaja dentro de la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales.
Ante la luz de los acontecimientos, no esperamos mucho de parte del Estado (de hecho, casi nada). Y aún así lograron decepcionarnos.
En la reunión nos explicaron la importancia de los humedales y lo complejo de la situación en los territorios. No. No necesitamos que nos expliquen nada de eso porque habitamos y resistimos en el territorio. Lo conocemos, vemos las problemáticas con nuestros propios ojos, ponemos el cuerpo para enfrentarnos a las llamas, nos vinculamos con quienes
históricamente han habitado estos espacios. No, no necesitamos clases de ecología y conservación. Necesitamos que el Ministerio sostenga con acciones concretas lo que dicen hasta el hartazgo en televisión y redes sociales.
En la reunión nos dijeron que quieren abrir el diálogo a los -citamos textual- “sectores productivos que no han sido escuchados”. No nos mientan. Los sectores productivos sí fueron escuchados. Y por tener legisladores que calientan una banca sólo para defender los intereses de esos sectores, el Proyecto de Ley de Humedales cayó (por tercera vez en nuestro país).
También nos dijeron que el objetivo es hablar con los sectores productivos que -citamos textual- “no entienden que van a poder seguir produciendo porque se basan en mitos infundados”. ¿En serio el gobierno cree que estos sectores “no entienden”? El lobby minero, el lobby agropecuario, el lobby inmobiliario. Sectores poderosos, ecocidas, para nada improvisados. Sí entienden, y saben perfectamente en qué consiste el Proyecto de Ley. Y saben perfectamente que la destrucción que están llevando adelante en los humedales les perjudicará a ellos también en un futuro cercano. Pero son mentes cortoplacistas, son poderosos impunes, son fanáticos de llenar sus cuentas bancarias a costa de la salud y la calidad de vida del resto de la población.
Doctora Gabriela González Trilla, Ministro Juan Cabandié, Presidente Alberto Fernández: NO hay más paciencia ni lugar para la charlatanería. Sabemos perfectamente qué queremos y qué no. Las organizaciones están conectadas. Los territorios tejieron redes de resistencia. La población nos acompaña en la calle.
Es sencillo: La única forma de proteger los humedales es que la producción se adapte a las características ecológicas. Y no vamos a aceptar menos que eso.
NO QUEREMOS CUALQUIER LEY DE HUMEDALES.
QUEREMOS EL PROYECTO CONSENSUADO.
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