Sin transporte no hay educación

23 de Febrero de 2022

Alumnos de la Escuela Agraria de “El Tatú” piden un servicio de transporte

A pocos días del comienzo de clases la situación es de total estado de incertidumbre para los alumnos de la Escuela Secundaria Agraria Nro. 1 “ Carlos Von Bernard” de paraje El Tatú, ya que la institución no cuenta con servicio de transporte público para la comunidad educativa y el único servicio privado representa un elevado costo para las economías familiares.

Esta mañana decenas de alumnos y familiares se concentraron en Plaza Mitre, frente al palacio municipal, en el marco de una iniciativa impulsada por los propios estudiantes ante la falta de medios para llegar al establecimiento educativo y la nula respuesta de las autoridades de gobierno a sus problemáticas.

Son los propios estudiantes quienes afirman que la escuela no es solo un espacio de estudio, sino que la sienten como su segunda casa. Todos forman parte de una gran familia. 

Por eso, las chicas y chicos de 12 y 13 años, iniciaron la movida casi como una broma, pero con un marcado cariz de sensibilidad y empatía. Es que a través de un grupo de Whatsapp comenzaron a compartir sus dificultades para afrontar un gasto mensual que ronda los 13 mil pesos para el transporte, algo que se enteraron hace solo dos semanas.

En ese grupo, que también es un espacio de contención, se compartió la información de que varios alumnos y alumnas deberían abandonar su cursada en esa escuela dada la imposibilidad de destinar esa suma de dinero todos los meses y durante todo el año al transporte. De esa manera surgió la idea de realizar una protesta, casi como un chiste. Pero rápidamente aquella broma fue tomando forma y se volvió una propuesta seria para hacer escuchar su reclamo.

Lo que piden los alumnos es contar con un medio de transporte que les facilite el acceso a la escuela pública. “Ya sea como un subsidio o un transporte público, necesitamos cualquier cosa que nos deje en la puerta de la escuela. Muchos van de manera particular o con un amigo que justo tiene un campo allá”, expresó Geraldine, una de las alumnas que participó de la manifestación.

Al respecto, agregó: “Muchos alumnos optaron por pedir el pase, muchos se fueron, otros dejaron en la mitad de la secundaria, al principio o en el último año. Es una locura porque somos una familia entre todos y perder tantos compañeros por el simple hecho de que no nos quieran ayudar es algo chocante”.

En este marco, también se suman otras situaciones no menos importantes como la falta de gas en la escuela (que impidió durante el año pasado que los alumnos pudieran tomar una bebida caliente en las mañanas de invierno) o la eterna promesa de reparación y pavimentación del camino que conecta la Ruta 193 con la institución.

Ante la pregunta sobre qué tiene la “escuela de El Tatú” que despierta este compromiso por mejorar las condiciones de acceso a la educación, Geraldine respondió: “Por el amor. Es una escuela que nunca nos hizo sentir solos, no tenemos quejas de ningún profesor. Para nosotros los directivos son nuestras familias, muchos nos tratan como si fuéramos sus propios hijos, merendamos juntos, desayunamos juntos, dormimos siestas cuando tenemos horas libres en el medio del pasto, cuidamos los animales. Es una escuela llena de amor que se está quedando sin chicos”. 

Centros de estudiantes de otros establecimientos educativos también hicieron llegar su apoyo a los alumnos de El Tatú. “Fue lindo recibir el mensaje de esos chicos, porque nosotros también vamos a estar cuando otras escuelas necesiten una marcha o juntar firmas, porque es apoyarse entre todos creo yo, no solo pensar en uno mismo”, remarcó Geraldine.

Alumnos del centro de estudiantes del colegio fueron citados días atrás por las autoridades municipales, para participar de una reunión. Pero lejos de ofrecer una solución al problema, solo se limitaron a tratar de convencerlos para que desistieran de la idea de una protesta. Mientras tanto, los interrogantes sobre qué pasará en el inicio de clases generan un total estado de incertidumbre que hasta ahora no tiene solución concreta. 

La comunidad educativa se organizó para acompañar a los estudiantes

Priscila Esquivel, mamá de Geraldine estuvo presente en la manifestación y en diálogo con Corré La Voz, expresó: “Estamos apoyándolos porque es una movida triste, ya que muchos chicos el año pasado tuvieron que cambiarse de escuela y muchos no van a poder arrancar. Nos ponemos en el lugar de otros padres que tienen dos o tres chicos. Estamos hablando de algo que es muy costoso. No es algo en contra del transporte porque sabemos que a la señora le cuesta muchísimo mantener sus vehículos, es lógico lo que puede cobrar, pero no es lógico al bolsillo de los padres”.

Hace aproximadamente dos semanas que los padres y alumnos se enteraron que el presupuesto del único transporte existente asciende a los 13 mil pesos. Según informaron, a mitad de año suele realizarse un ajuste de la tarifa, lo que podría llevar el precio a un valor superior a los 15 mil pesos. 

“Lo lógico sería que los chicos tuvieran un transporte público como cualquier escuela tiene, no importa la distancia, merecen que tengan acceso y sino un subsidio para el transporte privado. Los chicos arrancan la semana que viene y no hay respuesta, no saben si van a empezar y las faltas van a correr”, añadió Priscila y agregó: “Desde que yo la conozco, la escuela está abandonada. Siempre avanzó con ayuda de las empresas privadas, desde las donación de pintura, equipamiento, alimentos, tenemos un veterinario que ayuda donando vacunas. Desde el Municipio siempre estuvo abandonada, siendo que es una escuela agropecuaria que nos representa en muchos lugares. Los chicos el año pasado ganaron varios premios en exposiciones.

Por su parte, Rodrigo Gonzalez Miranda, otro padre que se acercó a acompañar a los estudiantes, expresó: “Acá no se piensa en la educación, piensan en lo que le va a llevar a un municipio desde lo económico y no lo quieren gastar. La problemática no solo es del camino o del transporte, porque para los chicos que viven en el campo, detrás de la escuela secundaria en la calle que va a puente Castex, es imposible el tránsito cuando llueve”. 

Por último concluyó: “No le podemos decir a los chicos que no lo podemos mandar mas porque no podemos pagar. El servicio público tiene las unidades para hacerlo, son solo cinco horarios de colegio y es suficiente para que los chicos vayan a la escuela”.


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