Internacionales

24 de Febrero de 2022

¿Qué pasa entre Rusia y Ucrania?

/ Por Facundo Ojeda

Lo que se venía tejiendo hace algunas semanas finalmente se ha materializado. En la madrugada del jueves 24 de febrero, el presidente ruso Vladimir Putin anunció una “operación militar” en la región del Donbass, al este de Ucrania. Lo anunció como una respuesta a la amenaza que representa Kiev para Moscú. Como hace décadas no sucedía, el mundo está en vilo por las múltiples implicancias que este conflicto ocasiona. Implicancias tales como efectos en el precio de los commodities, en el precio del gas, del oro, de metales, inestabilidad de los mercados financieros, transiciones en el poder global y la aparición de jugadores poderosos, entre otros. 

Partamos de la idea que ningún análisis geopolítico se puede plantear, sin remontarse a la historia. Por eso para explicar lo que sucede actualmente en Ucrania, hay que remontarse a la historia. La principal causante de los problemas fue la idea de que la Unión Soviética nunca se iba a desmembrar. Producto de ello se llevó a cabo la construcción artificial de entidades políticas que dieron origen a varios conflictos posterior a la disolución de la URSS, como Nagorno-Karabakh, Osetia, Crimea y Donbass. Por eso, Europa del Este y las llanuras rusas, ucranianas, bielorrusas, polacas, tienen una larga y dinámica conflictividad. Ucrania lejos de ser una nación homogénea, es heterogenia no solo políticamente sino étnica y lingüísticamente. Sin embargo, podríamos dividir a su sociedad en dos; este y oeste.

Mientras que el sector este del país tiene mayor afinidad histórica con Rusia, en el oeste existe una fuerte afinidad nacionalista y un acercamiento cada vez más fuerte con Occidente y Europa. Muchas veces esta heterogeneidad al igual que en los países de Medio Oriente es utilizada por los actores externos, dado que usan tales tensiones más como una excusa para perseguir sus propios intereses que como una realidad misma del país o la región. Como muy bien lo admitía Putin en su discurso de hace días, la redefinición de fronteras de Ucrania durante el periodo socialista explica parte de las tensiones que se viven actualmente. El centralismo exacerbado que tuvo Moscú durante el periodo soviético marcó la formación de Ucrania. 

El fin de la URSS supuso un compromiso por parte de Occidente de no expandir la OTAN hacia los países satélites que anteriormente formaba parte del antiguo territorio Soviético. Ese interés de expandir la OTAN hacia esos territorios tuvo su punto álgido en 2014 cuando Ucrania sufrió una serie de violentas manifestaciones que tomaron el nombre de Euromaidán. Este movimiento tenía como objetivo derrocar al presidente Víctor Yanukovich. Principalmente buscaba que el gobierno de Kiev se separara aún más de la Federación Rusa. Fue un movimiento liderado por nacionalistas y la extrema derecha, donde también se destacan partidos neonazis. La presión social finalmente provocó el derrocamiento de Yanukovich y el establecimiento de un gobierno a fin a Occidente.   Ante la llegada de un gobierno más cercano a Europa, Putin decide hacerse del control de la península de Crimea. Allí lanza una intervención militar con el fin de salvaguardar a los habitantes prorusos de Crimea, mientras se realizaba al mismo tiempo un referéndum sobre el estatus político de Crimea en el cual se decidió la incorporación de la Península a Rusia como sujeto federal. La península es un enclave geopolítico clave en la región debido a que el control del mar negro es un activo imprescindible si se quiere dominar Europa del Este, además de las cuestiones nacionalistas del pasado y las etnias que habitan allí. Como respuesta, el gobierno de Ucrania junto con la OTAN y la Asamblea de las Naciones Unidas tildaron de ilegal la anexión. No obstante, el ejército ruso mantuvo y mantiene presencia permanente en la región. Por eso, no es cierto que haya posturas homogéneas en Ucrania. Por el contrario, existe una población totalmente dividida en la cual algunos apoyan la asociación con Rusia y otros prefieren a Europa.

El lunes pasado, 21 de febrero de 2022, Rusia da otro paso al reconocer la independencia y soberanía de Donetsk y Lugansk como repúblicas populares. Sin embargo, hay una realidad que se oculta en muchos medios y es que en la región de Donbass hay un conflicto armado interno de más de 8 años de duración, con más de 14.000 muertos y más de 1.500.000 de desplazados. Allí hay milicias que luchan contra Kiev con el apoyo de Rusia, como así también grupos paramilitares filonazis acompañando al ejercito ucraniano. La capacidad militar de Ucrania es muy inferior a la rusa y, por tanto, su capacidad de respuestas dependía y depende de apoyos externos, específicamente de la OTAN. La OTAN fue un pacto militar para confrontar la amenaza comunista pero que se sigue manteniendo después de la disolución de la Unión Soviética, lo que muestra que la Guerra Fría como concepto y practica no ha desaparecido.

No son nuevas las tensiones entre Rusia y Estados Unidos en los últimos años. Se ha dado en Osetia del Sur, Crimea, Siria y ahora en Ucrania, y hasta el momento Rusia se ha impuesto en todas las confrontaciones. Por eso como todo ruso, Putin es un verdadero ajedrecista que sabe jugar este tablero geopolítico.

Ahora, Putin no busca la expansión de Rusia ni la conquista de Ucrania. Al igual que la crisis de los misiles en Cuba (1962) que ponía misiles soviéticos a 1800 kilómetros de Washington, la preocupación de Rusia es la instalación de misiles nucleares de la OTAN en Ucrania cuya capital queda a sólo 700 kilómetros de Moscú. Si bien es importante la posición de Ucrania para el abastecimiento energético de la Unión Europea por el paso de gasoductos, la seguridad rusa es el principal argumento de Putin, como lo ha dicho explícitamente.

Tranquilidad, no hay ni habrá Tercera Guerra Mundial. Rusia no se anexionó de Ucrania, EE.UU y la OTAN intervendrá a través de sanciones y presiones, pero no militarmente, China tampoco. El reconocimiento de Donetsk y Luhanks por parte de Rusia, tiene casi las mismas similitudes con el que Occidente hizo de Kosovo. Como dijo el internacionalista argentino Bernabé Malacalza, Ucrania iba a ser miembro de la OTAN (línea roja). Rusia actuó antes para evitarlo. La OTAN en su comunicado dice que proveerá defensa a todos los miembros de la alianza. A Ucrania le ofrece apoyo, no defensa. Por ende, Putin movió la pieza en el tablero y dijo “jaque”, ya logró el objetivo, la OTAN entendió la línea roja.


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