Tras visitar distintas clínicas y hospitales, la Suizo Argentina de Avenida Pueyrredón decidió internar a la niña. A los pocos días se determinó que atravesaba por un síndrome realmente grave, sistémico y potencialmente mortal. Una mayor demora en reconocer el diagnóstico pudo haber terminado con la vida de Valentina. Conocé su historia.
La odisea para Micaela García y su pareja comenzó a principios del mes de febrero. Su hija Valentina, de tan solo dos años, empezó a sentirse mal. Los primeros síntomas fueron fiebre leve, intolerancia a ingerir alimentos, vómitos, dolor severo de estómago y diarrea con sangre.
Valentina pasó por tres centros de salud diferentes previo a recibir un diagnóstico. Los padres llevaron a la niña al Hospital Virgen del Carmen de Zárate, Fundación Hospitalaria y dos veces al Sanatorio De la Trinidad ubicado en San Isidro. En este último personal médico le comunicó a la familia que no era necesario dejar en internada a su hija y tampoco accedieron a que Valentina pudiera realizarse estudios específicos.
Luego de haber atravesado por este proceso, el cual genera no solo pérdida de tiempo e incertidumbre sino también un elevado nivel de estrés, Valentina fue llevada a la Clínica Suizo Argentina. Allí los médicos manifestaron que la niña tenía que quedarse en observación porque estaba totalmente deshidratada. Tras una serie de estudios fue derivada a la Clínica Zabala en donde se determinó que padecía Síndrome Urémico Hemolítico Atípico.
El SUHa es una enfermedad grave, sistémica y potencialmente mortal. Se encuentra asociado a la microangiopatía trombótica (MAT). La MAT es la formación de coágulos en vasos sanguíneos pequeños de todo el cuerpo, lo que puede provocar complicaciones multiorgánicas en todo el organismo. Este síndrome está provocado principalmente por la activación crónica e incontrolada del sistema del complemento, una rama del sistema inmunitario del organismo que lucha contra las infecciones y elimina las células muertas.
Es fundamental que este tipo de enfermedades se diagnostiquen rápidamente. Un inicio temprano del tratamiento adecuado mejoran el pronóstico y posiblemente reducen los riesgos asociados a la MAT y las complicaciones potencialmente mortales resultantes, como insuficiencia renal, ictus o infarto de miocardio. En el caso de Valentina el recorrido hasta dar con el diagnóstico fue tardío y angustiante, ya que sus papás se toparon con médicos irresponsables que actuaron livianamente ante una enfermedad mortal. ¿Hubo negligencia médica?.
El descargo de Micaela en redes sociales
Pese a su grave estado y más allá de la inoperancia de algunos médicos, la familia encontró en su camino profesionales que si estuvieron a la altura de la situación. A mediados de febrero, cuando la salud de Valentina empeoraba cada vez más, la nefróloga llamó a la familia para comunicarles que existía una alternativa. Se trata de un medicamento, el segundo más caro del mundo (supera los siete mil dolares cada vial, alrededor de ochoscientos mil pesos argentinos). Además de su alto costo se desconocía si iba a generar efecto positivo en Valen. "Milagrosamente el Hospital Italiano nos donó dos dos ampollas y Valentina recibió la primera. Al otro día empezaron a notarse mejorías, entonces decidieron pasarle una cada semana", explica Micaela, y agrega: "Ahí empezó también la batalla con la obra social para que cubriera el medicamento pero por fortuna la clínica se hizo cargo en llamar a una auditoría clínica para acelerar su aprobación y la conseguimos".
Hasta el momento, el SUHa no tiene cura y el único tratamiento para controlar el avance de la enfermedad es el medicamento Eculizumab, que se vende bajo el nombre comercial de Soliris y es distribuido únicamente por la empresa farmacéutica estadounidense Alexion. Valentina debe continuar con esta medicación durante los próximos tres meses para luego someterse a un estudio genético que determinará si recibirá estas ampollas por el resto de su vida o no.
"Valen es un milagro, porque no había expectativa de vida. Agradezco a la Clínica Zabala que hicieron hasta lo imposible para salvarle la vida a mi hija", señala Micaela, quien también extiende el agradecimiento a "toda la gente que nos ayudó y apoyó en estos meses. Eso también generó el milagro. No hay palabras para tanto amor". La pequeña guerrera hoy se encuentra en el Instituto de Rehabilitación de Escobar. "Los médicos dijeron que no iba a hablar, no iba a caminar, no iba a volver ser mi Valentina, Valen ya dice algunas palabras, logró sentarse sola y sostener la cabeza. Sabemos que tenemos por delante 56 días de internación hasta finales de junio y luego nos dirán como continua todo".
Estamos en Facebook danos un me gusta!