Economía

12 de Mayo de 2020

Escenario de pandemia: El precio de los alimentos en el ojo de la tormenta

/ Por Economía & Ciudades

El COVID-19 trajo diversas consecuencias: entre ellas podemos mencionar el aumento de precios en general, pero también de los alimentos en particular. La eterna discusión entre economistas en torno al origen de la inflación y las diferentes herramientas para abordar el tema, requerirían mucho más espacio del que se dispone aquí. No obstante, pueden realizarse algunas reflexiones sobre el tema.

Si bien la producción, distribución y venta de alimentos fue desde el comienzo del aislamiento social preventivo y obligatorio una de las actividades denominadas esenciales de acuerdo a la normativa del gobierno nacional, el contexto generó una serie de inconvenientes que tuvieron sus repercusiones en volúmenes y precios.

Pese a algunos problemas para la circulación de trabajadores, insumos y demás, la actividad productora de alimentos no presentó índice de parálisis de manera generalizada. Incluso, la industria frigorífica aumentó su actividad de faena un 8,7% con respecto a abril de 2019 y un 8,1% por encima del nivel de marzo último. No obstante, se registraron aumentos del precio de la carne en las carnicerías. Lo mismo sucede con las granjas ponedoras de huevos y diversas frutas y verduras, pese a que las realidades productivas y de actores son diferentes.

Estos aumentos de precios, hay que analizarlos saliendo de miradas simplistas y dogmáticas como suelen proliferar los medios de comunicación. La crisis cambiaria a partir de mayo 2018 con reiteradas devaluaciones afectan los costos dado que muchos insumos están dolarizados, la gran concentración en ciertos eslabones de la cadena productiva, la informalidad y poca transparencia que hace difícil el diseño de políticas públicas, una política impositiva no segmentada, serían parte de los problemas estructurales. Sumado a eso, la pandemia produjo además de profundizar problemas en algunos sectores productivos y en la distribución, un aumento de demanda de algunos productos. En el caso de huevos de casi el 50% de acuerdo a la Cámara Argentina de Productores Avícolas. Por lo tanto, problemas en oferta y aumento de demanda se traducen en aumentos de precios diría un docente de Economía del secundario.

Cada cadena productiva tiene sus complejidades y diferentes actores intervinientes que van desde los productores agropecuarios pasando por los operadores comerciales y las industrias que procesan a las empresas logísticas y el comercio minorista (almacenes, supermercados, etc.). Ahora bien, lo que se repite en cada una de ellas es que cada uno de estos actores posee un poder de negociación diferente, y por lo tanto poder de imponer condiciones. Un ejemplo de esto es la concentración del comercio minorista durante décadas, que hace que los supermercados vendan a las 48hs de recibida la producción, y por la que le pagan al productor a 90 días. Puede hacerlo porque compran grandes volúmenes. Pero también existen denuncias de verdulerías y almacenes más pequeños de que los huevos han venido con aumentos considerables en los maples.

Ante esta situación, el gobierno en sus diferentes instancias intenta controlar aumentos desmedidos de precios a partir de la participación de los consumidores a través de denuncias. De todos modos, la solución requiere de medidas que ataquen lo estructural y salir de las miradas simplistas de que el aumento de precios es por “por unos pocos especuladores” o porque el Estado emite dinero.

Además de trabajar en un sistema impositivo y de financiamiento de acuerdo a los diferentes segmentos y tamaños de cada uno de los actores de la cadena que permita aumentar la producción, debe generarse una política donde se transparenten los precios mayoristas semanalmente que permita generar información tanto para productores como para comerciantes y consumidores. Esto es importante en frutas y verduras donde hay mucha estacionalidad y permite al consumidor tomar la decisión de que consumir alguna fuera de estación, deberá hacerlo convalidando un precio más alto y no por culpa de ningún actor inescrupuloso que le suba el precio. A su vez, deben propiciarse esquemas de comercialización alternativos como las ferias dónde se encuentren productores y consumidores, bolsones de distribución directa a través de Apps y demás experiencias que permiten acortar cadenas y desconcentrar la venta minorista. Para todo esto se requiere de un Estado presente (con sus diferentes ámbitos de gobierno) en conjunto con los diferentes actores productivos, comerciales y de consumidores.


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