Compartimos el comunicado de la Multisectorial Humedales
Una vez más el Delta arde. El pasado 7 de julio frente a Villa Constitución, enormes columnas de fuego devoran lo que queda de un humedal en peligro de extinción. Y no es solo Villa. En estos últimos días, los focos de incendio ilegales y simultáneos se pudieron observar frente a toda la costa del sur de Santa Fe y diversas localidades bonaerenses.
Leonardo Grosso hace días expresaba que vamos a volver a tener incendios masivos en el Delta producto de la crisis ecológica, climática y la NO REGULACIÓN DEL ESTADO EN MATERIA DE PROTECCIÓN DE HUMEDALES. El proyecto de ley de Humedales- el que parió el pueblo, las organizaciones y la ciencia, ingresado nuevamente en marzo del 2022 en el Congreso de la Nación, ni siquiera fue girado a comisiones, lo que califican entendidos como “raro”. Se habla de un proyecto oficialista, más “racional”, que podría ser ingresado en breve. De más está decir, que una ley que tenga por objeto el ingreso de la agroindustria, la minería y el negocio inmobiliario a los ecosistemas de humedal habilitaría el peor de los escenarios posibles.
La nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, también se refirió a los humedales. Se expresó en relación a los Bajos Submeridionales. Un humedal de más de cuatro millones de hectáreas, compartido por tres provincias, incluida Santa Fe. A este humedal Silvina Batakis lo quiere poner a producir. La agroindustria a pleno y la subsecuente contaminación de los cursos de agua, de la tierra y del aire que respiran los pueblos. Los dólares compran muchas cosas, entre ellas ataúdes.
Recordemos que en medio de la epidemia del humo de 2020, Alberto Fernández habló de bosques y humedales como tierras OCIOSAS, es decir, INÚTILES. Y es esta lógica la que hoy enmarca la suerte de los territorios, dentro de un país al que adoctrinaron para pensar que este modo de producir, vivir y morir es la suerte que nos tocó en mano. Y va a ser así, hasta que entendamos que es lógico y posible producir y vivir de otra manera.
Hasta entonces, los humedales y los bosques seguirán en llamas. Porque es ilegal, pero el modelo lo requiere.
Agobiadas pero jamás resignadas, las organizaciones trabajamos día tras día tejiendo nexos, entendiendo realidades y diagramando cursos de acción que nos hagan posible encontrar fisuras en este modelo implantado y suicida. A los ideólogos, les aseguramos que las vamos a encontrar. A la población, la invitamos a unirse en esta búsqueda de dignidad y futuro.
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