Denuncia que Naútico Zárate prendió fuego su vivienda y solicita ayuda para comenzar la reconstrucción

La comunidad isleña de Zárate vive tiempos difíciles. A la intensa sequía, la creciente del río y los incendios forestales, se le suma el avasallamiento del club Naútico Zárate, que viene desarrollando una mega obra en el territorio insular.

Durante los primeros días del mes de agosto del año pasado, las autoridades de la institución de la ribera llegaron muy lejos. En exclusiva para Corré la Voz, Alejandra Blanco contó con detalles lo que ocurrió: "En los primeros días de agosto teníamos un cumpleaños de 15 en el pueblo. Cuando volvimos la casa ya no estaba, la habían prendido fuego. Para nosotros fue intencional porque las marcas de las cenizas están justo donde teníamos la casita, no se trató de un incendio forestal".

Alejandra, quien vive en la isla desde más de 50 años, expresa casi entre lágrimas: "sabemos que fue el club Naútico Zárate. En los días previos al incendio los vimos bajar con bidones de combustible por el río hacia los terrenos", y agrega: "antes nos habían quemado un quinchito que teníamos atrás y despues otro que hicimos adelante, eran chiquitos para tomar mates con la familia y servía como resguardo, los habíamos hecho con mucho esfuerzo".

El pasado jueves, Alejandra y su familia sufrieron un nuevo ataque de Naútico Zárate. El club de la ribera se acercó junto con personal de prefectura a querer desalojarlos. "Estaba el presidente del club Naútico, Esteban Torchiana, que nos dijo que teníamos que abandonar el lugar porque esto era propiedad privada de ellos. Yo les dije que me presentaran un documento o algo legal pero no tenían nada". La máxima autoridad de la institución le dijo a toda la familia, con los niños presentes, "ustedes tienen que desalojar porque esto es de nosotros".

Pese a esta persecusión que vienen sufriendo desde hace ya bastante tiempo, la familia Blanco sigue adelante como puede. Desde hace ocho meses que viven en carpa y la situación por momentos se torna angustiante, ya que al no tener ninguna edificación, la crecida del río la padecen de manera directa. Además, con la llegada del otoño el panorama será aún más delicado por los vientos fuertes y el frío intenso.

El lugar está ubicado en el kilómetro 88 del Canal Irigoyen. Alejandra vive con su marido y sus tres hijos de 4, 9 y 13 años. Horacio Blanco, hermano de Alejandra, también reside en el sitio junto a sus seis chicos; una bebé de tan solo un año y el resto de 5, 12, 15, 17 y 18. "Precisamos de todo para construir porque tenemos que arrancar de cero".

Ante la consulta sobre si alguna autoridad del Estado Municipal o de la política local se acercó en todo este tiempo manifestó que no, aunque destacó que "nos ayudamos entre nosotros, entre la comunidad isleña". En esta red de ayuda y acompañamiento se encuentra La Isla Resiste, un grupo de vecinos autoconvocados que compartió un flyer en sus redes con una cuenta de mercado pago y un CVU para colaborar:

CVU:

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Preucupa la inacción de las autoridades ante las problemáticas que sufre la comunidad isleña

Cuando la familia Blanco sufrió el incendio de su casa, se acercaron a la Comisaría de Islas para realizar la denuncia pertinente. Al llegar a la dependencia les pidieron los papeles de la casa y luego los oficiales manifestaron que no tenían tinta en la impresora. Tras insistir por un largo rato, se fueron sin poder dejar sentado lo que habían sufrido.

A las dos semanas volvieron. La excusa de los efectivos volvió a ser la misma, que no tenían tinta en la impresora. Pero esta vez eran muchos más los vecinos isleños que acompañaban a Alejandra y por ello se vieron en la obligación de tomarle la denuncia. Una denuncia que no sirvió de nada porque pasaron ocho meses del siniestro y la investigación no avanza.

La comunidad isleña está preocupada por lo que ocurre y es por ello que están cada vez más organizados. Alejandra afirmó a CLV que "te podes prender fuego, te podes morir ahogado, que Prefectura y Comisaría de Islas no actúan, nadie se entera de lo que viene pasando". La avanzada del club Naútico Zárate provocó un repudio generalizado y un despertar que resuena cada vez más fuerte, no solo en el territorio insular, sino en el resto del distrito de Zárate.

Mientras tanto, y lamentablemente, Naútico Zárate continúa avanzando con las obras. "Me da impotencia, dolor, tristeza. De la noche a la mañana empezaron a quemar, a desmontar. No solamente me quemaron la casa a mí, sino también a otros vecinos. Algunos resisten pero también los amenazan y les prometen que les van a dar un terreno. Hay un caso de dos hermanos que les dijeron del terreno, ellos dejaron su casa pero al día de hoy están viviendo en la nada y siguen esperando lo que les prometieron".