AMBIENTE

08 de Noviembre de 2023

¿Por que los problemas ambientales nos preocupan pero ocupan a pocos políticos?

¿Por qué sucede esto? Seguramente por varias causas que se relacionan , es así como desde las dimensiones culturales, económicas y sociales se enhebran factores que se sinergizan para producir la situación actual. Compartamos algunas miradas.

/por Ing. Javier Souza Casadinho

En nuestras últimas elecciones, en nuestras practicas desarrolladas en la vida cotidiana, en nuestros reclamos, en nuestras opciones de vida, queda evidente nuestra baja consideración de las problemáticas ambientales, ya en su mismo desarrollo o conformación, proceso del cual formamos parte y somos responsables, cuanto en la búsqueda de opciones para generar niveles de vida verdaderamente sustentables tal que eviten la degradación y contaminación ambiental. Muchas veces me lo he preguntado, como cuando volvemos a elegir una y otra vez gobernantes que propician la contaminación tanto a nivel nacional como en el caso de las provincias de Catamarca, Neuquén, San Juan y otras. La misma interrogación surge cuando desde nuestras acciones de producción de residuos domiciliarios optamos por opciones rápidas y contaminantes (la “basura” cuanto más lejos mejor).

  • La escisión de los seres humanos de la naturaleza. Se trata de un proceso lento pero que se aceleró en las ultimas décadas. Creer que somos algo distinto de los otros seres y que no dependemos de otros organismos vivos. Que podemos manipular a la naturaleza sin obedecer a sus leyes, flujos y ciclos nos ha llevado a graves procesos de degradación ambiental, contaminación y pérdida de diversidad biológica. Falsamente creemos que todo es solucionable dados nuestros conocimientos y posibilidades de generar nuevas tecnologías que sucederán a las anteriores, y que serán capaces de resolver los problemas ocasionados (un ejemplo son los organismos transgénicos que se difundieron con la promesa de reducir el uso de plaguicidas)
  • “Preocuparse de los problemas ambientales es propio de aquellos que no tienen otra cosa de ocuparse”. Se piensa que los grupos ú organizaciones ambientalistas están constituidos por personas “especiales” que al poder satisfacer todas sus necesidades, alimentarse, poseer una vivienda, educarse y acceder a centros de salud, pueden inquietarse y generar acciones respecto a temas menos “relevantes o acuciantes” como las condiciones ambientales en las cuales habitamos, trabajamos y realizamos actividades recreativas. Cedemos así, y la esquivamos,  nuestra responsabilidad  sobre tomar nuestras propias decisiones individuales y grupales. De esta manera el análisis, junto a la búsqueda de soluciones, se deja en manos de expertos “quienes saben, tienen tiempo y hallarán las respuestas propias y acordes a cada problema”.
  • La recreación y persistencia de una cosmovisión fatalista de que no hay opciones sustentables para incluir en los ciclos de producción-consumo En este sentido se quiere presentar la inexistencia de estrategias, prácticas y tecnologías sustentables  como la causa  de la continuidad de aplicación de visiones, estrategias prácticas extractivistas y contaminantes. Esta opción es sustentada por las empresas y los gobiernos en la búsqueda de continuar con sistemas productivos contaminantes, tal como sucede en la agricultura basada en plaguicidas y en las actividades mineras.
  • Las falsas opciones. En este caso se presenta alternativas extremas que pueden sostener la contaminación. Es el caso de la opción generación de alimentos y de empleos o hambre y desocupaciónEste falso dilema es presentado en las comunidades cuando se anuncian, por ejemplo, proyectos de extracción minera, polos petroquímicos o de incineración, bajo diversas formas, de los residuos. También se expresa opciones falsas cuando se propine continuar con actividades agrarias extractivas basadas en la utilización de plaguicidas, fertilizantes y semillas transgénicas como modo de acabar con el hambre en vez de optar por producciones sustentables, viables, y adaptadas al cambio climático  como las aportadas desde el paradigma agroecológico
  • La cuestión de la finitud. En este caso la denominación de recursos naturales que le damos al agua, al suelo, a los bosques en vez de llamarlos bienes comunes naturales denota la idea de que podemos extraerlos sin poner en riesgo la continuidad de su existencia. Los bienes son comunes porque nos pertenecen a todos (incluso a los seres vivos no humanos) y son naturales porque emergen de la naturaleza pero deben ser cuidados por todos, utilizarlos según sus ciclos y relaciones, así como por las posibilidades de reproducción, sin poner en riesgo la continuidad de la vida. Algo similar ocurre con la contaminación de los bienes como el agua, en los cuales pareciera que “un poco” más de alteración en sus propiedades químicas  y biológicas de contaminación… no guarda riesgos.
  • El tiempo de aparición y toma de decisiones de los problemas ambientales.En muchas situaciones la aparición de los problemas derivados de la contaminación ambiental; muerte de seres vivos, el desarrollo de enfermedades, desaparición de especies, contaminación de los cursos de agua e incluso el cambio climático requiere un tiempo de producción, manifestación, visualización, análisis y toma de decisiones. Este aspecto implica que, al tomarse las decisiones, el problema ya no puede revertirse. Las primeras manifestaciones de un problema se ignoran, se busca confundir sus causas y consecuencias, se anuncia que se requiere tiempo de análisis, de búsqueda de opciones, de acuerdos. Esto pasa, y ha pasado con los plaguicidas, el mercurio, el asbesto y ahora con toda evidencia en el proceso que deriva en el cambio climático.
  • La falta de información sobre las causas y consecuencias de la exposición a contaminantes. Es cierto la posibilidad de acceder a información integral, fehaciente, objetiva y de manera continua es limitada, ya porque los medios de comunicación masivos no suelen informar sobre estos temas (por las pautas publicitarias de las grandes empresas) como por nuestras propias opciones de información (¿Qué temas nos importan más?). Si bien muchos productos y sustancias se “lanzan” al mercado sin una investigación integral sobre su impacto a nivel socioambiental, aspecto que lleva a que las utilicemos ignorando su efecto, como sucede con los plaguicidas, toda vez que queremos retirarlos del mercado, los argumentos de que son imprescindibles para producir se contraponen al cuidado de la salud.
  • Somos egoístas. Aunque no todos somos igualmente causantes respecto a la generación de problemas ambientales, en la desaparición de especies y aún del cambio climático cada uno de nosotros posee una cuota de responsabilidad en los procesos y en las consecuencias. Cada uno en función de dotación de capitales, de su participación, de las posibilidades de toma de decisiones, de acceso a la información y responsabilidades desarrolladas en los procesos productivos, así como de extracción de bienes y descarte de residuos. También somos responsables si no cambiamos los modelos productivos a partir de los cuales podemos satisfacer nuestras necesidades respetando todos los derechos humanos. Pensamos en nuestro consumo y  necesidades, ignorando las propias de otros seres vivos, incluyendo  las actuales  generaciones futuras de humanos.

Los problemas ambientales están en cada uno de los territorios y más allá de nuestro nivel económico, nivel de instrucción, edad y culturas, impactan en las posibilidades del desarrollo de una vida plena.  Nos dice Silvio Rodríguez “ Debo dejar la casa y el sillón. La madre vive hasta que muere el sol, y… la era está pariendo un corazón”. Es hora de preocuparnos y  de ocuparnos de los problemas ambientales, nadie lo hará por nosotros.


 


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