Enuncia el objetivo de desarrollo sostenible N° 15 en una de sus metas: “Detener la pérdida de biodiversidad y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce”.
De aquí se desprende un concepto, que se constituye como la raíz, la piedra fundacional de las civilizaciones: la biodiversidad, y en relación a la misma, sólo algunos datos certeros avalan este objetivo:
Pero, ¿Qué es la biodiversidad? ¿Por qué es tan importante su conservación?
Para las respuestas a estas cuestiones, y en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Diversidad Biológica, desde Corré la Voz, dialogamos con la doctora en ciencias biológicas Bibiana Vilá, investigadora principal del CONICET y profesora en la Universidad Nacional de Luján. Bibiana es especialista en biodiversidad y estuvo a cargo de la coordinación de la comisión de biodiversidad y sustentabilidad cuando se formó el Ministerio de Ciencia en nuestro país. Actualmente se encuentra al frente de la dirección de un grupo de investigación, VICAM (vicuñas, camélidos y ambiente), en el antiplano de la Argentina.
Nos cuenta Bibiana:
“Hoy 22 de mayo se celebra el día internacional de la biodiversidad, cuando las naciones unidas decidieron nombrar ese día para recomponer o tener en cuenta la importancia de la biodiversidad para nuestras vidas.” Asimismo, sostiene: “La biodiversidad es la base de la expresión de la vida en la tierra. Tiene distintas escalas: podemos ir desde genes hasta biomas, podemos hablar de individuos, de poblaciones, comunidades, ecosistemas, paisajes. La biodiversidad se expresa en todas estas escalas y se relaciona con las diversas formas que toma la vida sobre la tierra. Estas formas, a su vez, se dan en dos procesos: por un lado, con procesos conjuntos desde la ecología y la evolución, y por el otro, con la interacción entre la ecología y la evolución, la cual genera la diversidad. Esta diversidad es la que nos da de comer, la que permite nuestra movilidad, la que nos abriga, la que nos permite respirar…”
El ser humano es parte de diversidad biológica, y el valor de la misma en parte, viene anclado a la forma en que nosotros, como tales, nos relacionamos con ella. Se constituye entonces como un bien mundial de gran valor, tanto para las generaciones presentes como para las futuras; pero el número de especies y las interacciones en los distintos ecosistemas, disminuyen a un ritmo acelerado, debido en gran parte a la actividad humana. Tal es así, que hoy en día el mundo entero se encuentra atravesando una pandemia que lleva a repensar en las formas o en los modos en que el ser humano se vincula con la diversidad biológica.
Ahora bien, ¿De qué manera las situaciones pandémicas se relacionan con la conservación y protección de la biodiversidad?
Ante esto, la doctora Vilá asevera: “Si bien no está un cien por ciento comprobado, es clarísimo que existe una relación entre el daño a la biodiversidad, el avance de la frontera agropecuaria, la destrucción de ecosistemas y las situaciones pandémicas: ¿Cómo es que se propagó ese virus desde un murciélago a las personas? Tal vez sea la pregunta que es difícil de contestar, pero lo que no es difícil de contestar es que las condiciones para que esto ocurra sí son promovidas por un modo, una forma que tenemos de relacionarnos con la biodiversidad; un modo que toma en cuenta un único valor de esta biodiversidad, que es el valor económico, el valor material. La biodiversidad nos sirve porque la podemos comprar, vender, la comemos, y en realidad la biodiversidad tiene además otros valores”.
Esos valores son justamente la clave para frenar o aminorar el deterioro de la biodiversidad en todas sus aristas, entendiendo que deberíamos comenzar a plantearnos nuevos modos sustentables de relacionarnos con la diversidad biológica. Dependemos, lo aceptemos o no, de ecosistemas saludables si queremos seguir disponiendo de nuestros recursos naturales primordiales para la continuidad de nuestra existencia en nuestro planeta: agua, alimentos, tierra, refugio, energía.
Con respecto a esto, Vilá se refiere a un valor en particular, el valor “intrínseco” de la biodiversidad, esto es, “la importancia de que la biodiversidad exista per se, que exista por sí misma, porque es una expresión de la vida en la tierra y tiene derecho a existir sólo por eso”.
Finalmente, en este concepto holístico de biodiversidad que nos incluye, “destruir la biodiversidad es destruirnos a nosotros mismos”. Es evidente que los cambios ambientales inducidos por el hombre modifican la estructura de la población de vida silvestre y la alteran, situación que se traduce en nuevas condiciones ambientales que favorecen a los huéspedes, vectores y/o patógenos particulares.
Me pregunto entonces, ¿Habrá que barajar y dar de nuevo en este 2020?
“Sí. Es probable. Pero una cosa también es cierta: hay posibilidades porque las cartas aún no están marcadas. Dependerá otra vez del ser humano ser testigo de sus propias decisiones, apoyándose en una conciencia ambiental capaz de generar nuevas formas de anclaje al territorio”.
Escrito por Magalí Corujo. Técnica en información ambiental recibida en la Universidad Nacional de Luján - Sede Campana
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