Hoy 28 de mayo es el día de la nutrición, y queremos proponerte encarar el tema desde una mirada social.
Primeramente deberíamos considerar para analizar el tema un factor biológico (nutrietes de alimentos para el organismo), ecológico- demográfico (cantidad y calidad de alimentos se pueden producir en un hábitat determinado para sostener cuánta población y con qué calidad de vida), tecnológico-económico (los circuitos de producción –distribución y consumo que hacen que los alimentos lleguen a la mesa) socio-políticos, (relaciones que condicionan el acceso a los alimentos según clases, sectores o grupos, ya sea a través de mecanismos de mercado -compra- asistencia del estado -políticas asistenciales- o relaciones de amistad, vecindad o parentesco -redes de ayuda mutua-).
El abordaje de estos factores, dan cuenta que la alimentación es un constructo social. Su análisis debe ser multicausal.
Intervienen cuestiones culturales propias de cada sociedad en un tiempo y espacio determinado. Se establecen redes de significaciones en la que se inscribe el comer. Hoy la gordura es un factor de riesgo para accidentes cardiovasculares y diabetes -factor biológico-, la mayoría de los gordos no son ricos sino pobres -factor económico social-.
En el contexto actual atravesado por la pandemia de coronavirus, donde las crisis sociales y económicas sacuden a la mayoría de los países del globo, basta reflexionar que aquellos que se encontraban en una situación de pobreza estructural y hambre previo a la emergencia sanitaria, hoy están en peores condiciones. En consecuencia, el acceso a alimentos "saludables" es desigual.
Un sistema alimentario abarca al conjunto de relaciones socioeconómicas y técnicoproductivas que inciden de un modo directo en los procesos de producción primaria, transformación agroindustrial, acopio, distribución, comercialización y consumo de los productos alimentarios. Pero la producción sola no alcanza, si no se vigila la distribución. Los alimentos caen en un circuito de desigualdad. De esta manera es que hoy asistimos en la Argentina a una mala nutrición basada en la ingesta pura de alimentos con grasas saturadas, gran componente de hidratos de carbono, dejando de lado alimentos que son fuente de fibras, vitaminas, minerales y proteínas. ¿Por qué ocurre? Porque son los alimentos mas económicos que encontramos en el mercado. Porque miles de familias hoy dependen de lo que se ofrezca en comedores populares.
En todo el mundo, 170 millones de niños no logran disfrutar de todo su potencial debido a una inadecuada nutrición, en muchos casos debido a la pobreza. Sin los nutrientes que necesitan, son más susceptibles frente a cualquier enfermedad y es más probable que obtengan peores resultados en su educación.
El hambre está creciendo en América Latina y el Caribe, y en 2018 llegó a afectar a 42,5 millones de personas (según un informe de Naciones Unidas).
Hoy en la Argentina, mueren niños de hambre. Solo en enero de este año fallecieron seis niños de comunidades wichis en el chaco salteño por desnutrición.
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