La central nuclear de Atucha Ifinalmente saldrá de operacionesa fines de septiembre para dar inicio a los trabajos de extensión de su vida útil, por lo cual el sistema no contará con los 362 Mw que venía entregando. La decisión se tomó tras un análisis técnico y regulatorio de la situación de la central por parte del Gobierno nacional, ya que se exploró la posibilidad de poder contar con su aporte para el pico demanda del próximo verano.
Sin embargo, el funcionamiento de una central nuclear en la Argentina requiere de la autorización de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) la que a comienzos de junio modificó el punto de vigencia de la Licencia de Operación de la Central Nuclear Atucha I (CNA I), a través de la Resolución Nº 244 por la cual permitió a Nucleoeléctrica Argentina, a operar la central hasta el 29 de septiembre próximo.
Aquella autorización se otorgó luego de que se concluyera satisfactoriamente la evaluación del cumplimiento de los requisitos regulatorios establecidos para la operación a largo plazo de la central, así como también la evaluación del desempeño operativo hasta la actualidad. La renovación de ese permiso tenía una complejidad técnica que hacía infructuosa la continuidad, además de que las obras ya deberían estar en marcha,
Por este motivo regulatorio, el 30 de septiembre se dará lugar a la Parada Prolongada de Reacondicionamiento, durante la cual la ARN fiscalizará la implementación de las actualizaciones y mejoras al diseño que le fueron requeridas a Nucleoeléctrica. El objetivo es elevar las bases de diseño de la instalación a un nivel superior de seguridad que aquel con el que fue originalmente licenciada, lo que permitirá la operación segura de la CNA I por veinte años más, continuando así su aporte de energía al Sistema Interconectado Nacional.
La preocupación de las autoridades energéticas es que se prevé para el próximo verano un pico de demanda récord en torno a los 30.700 Mw, considerando un crecimiento natural de 0,7% pero a la vez condiciones climáticascomplejas por las muy altas temperaturas para determinadas semanas de febrero y marzo. Esto afectará la hidraulicidad en las centrales hidroeléctricas argentinas y también a las de Brasil, país al que se le está importando energía en los últimos años.
En consecuencia en la planificación de la demanda, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) no podrá contar en su tablero de control con los 362 Mw de Atucha I para el período en análisis noviembre24/abril25, y a la vez se prevé también un cronograma de mantenimiento de ciclos combinados por más de 120 Mw.
Hasta hoy el máximo histórico de demanda se registró en los 29.653 Mw alcanzados el 1 de febrero de este año, y ya por entonces se advirtió que el sistema funcionó casi al límite de su capacidad en toda la cadena de generación, transmisión y distribución, aunque la situación de esta última es muy variable de acuerdo a la diversidad de prestadoras.
En los últimos días, distintos funcionarios como los secretarios de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo; el de Coordinación de Energía y Minería, Daniel González; y el interventor del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre), Darío Arrué, admitieron que se podrán registrar problemas en el normal suministro durante los meses de verano, por lo que se entiende es un deéicit serio de generación, lo que explica el interés por contar con el aporte de Atucha.
En este escenario, el Gobierno anunció que ya tiene en marcha un comité de trabajo que permita delinear las “medidas de mitigación de mercado”, es decir con acciones por parte de los usuarios de ahorro y eficiencia de manera de poder reducir lo más posible la posibilidad de tener que recurrir a cortes de suministro eléctrico.
Tras cumplir 50 años de su conexión al sistema, Atucha I debía parar su funcionamiento el 1 de abril pero por entonces se gestionó una prórroga que le permitió seguir generando energía eléctrica durante los meses de invierno y evitó así al sistema tener que reemplazarla con alguna alternativa más costosa, liberó el gas natural disponible para atender el pico de demanda y disminuyó la importación de combustibles líquidos.
Nucleoeléctrica desde 2006 comenzó a realizar los estudios necesarios para evaluar el proyecto de extensión de vida que le permitirá generar energía limpia y segura por dos décadas más, y ya en 2018 obtuvo la extensión de licencia de generación a plena potencia por un nuevo período que vence el mes próximo.
La parada de reacondicionamiento tendrá una duración de treinta meses e implica una inversión de 450 millones de dólares, la creación de 2000 puestos de trabajo directo e indirecto y la generación de oportunidades para proveedores nacionales calificados en las tareas de construcción y fabricación de componentes.
Durante ese período se implementarán un conjunto de mejoras entre las que se destacan el cambio del sistema de protección del reactor, la calificación ambiental de equipos, la modificación de los sistemas de control, la modernización y cambios en la turbina y la implementación de un simulador de alcance total específico para Atucha I, entre otras actividades.
Fuente: Mejor energía
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