El Proyecto Entrelazados surge en el marco del trabajo que llevan adelante los Equipos de Orientación Escolar (conocidos más como gabinetes escolares). A partir de la pandemia, el objetivo ha sido claro; acompañar a niños y familias emocionalmente durante este tiempo de aislamiento.
El grupo de apoyo escolar y emocional está integrado por dos equipos de trabajo, todas profesionales con varios años de experiencia. Mariana Andrada y Florencia González son las psicopedagogas, Andrea Pérez psicóloga y Silvana Cardoso trabajadora social.
“El contenido es pensado para niños en edad escolar y las temáticas son de divertimento e interés general. Hay juegos, actividades de reciclado, se crean sombras chinescas y les damos consejitos para cuando están enojados” cuenta Silvana a CLV, y agrega: “podemos notar que los niños se sienten por momentos frustrados al no poder resolver una tarea o por no poder salir a jugar o pasear como lo solían hacer. Las familias, a su vez, tienen otras prioridades y ocupaciones, con lo cual en algunos casos se les hace muy difícil enseñar a sus hijos”.
Consultada sobre las cuestiones negativas a nivel educacional que se generan debido a esta situación de pandemia, Silvina explicó que “las dificultades de conectividad pueden jugarnos una mala pasada y el obstáculo de aprender sin clase presencial también”. Por otro lado, las docentes a cargo del programa ven con buenos ojos (en la mayoría de los casos) que el lazo afectivo entre docente y alumno se fortalece, ya que en muchas ocasiones se convierten en la única cara visible del establecimiento educativo.
Cabe destacar, que muchas de las docentes están utilizando su teléfono particular con sus grupos de alumnos, poniéndose a disposición lo mayor posible. En cuanto a lo social, el aislamiento pone a prueba la convivencia familiar (niños y adultos), sensibilizando a cada uno de los integrantes, de manera que pueden notarse mayores enojos y discusiones, berrinches y llantos sin una razón clara de parte de los más chicos.
“Lo positivo es que muchas personas encuentran más momentos para compartir con sus hijos, el crecimiento de un niño también pasa por aprender actividades como: cocinar, colaborar en una tarea doméstica, crear, inventar, todas tareas que se aprenden en el entorno familiar”.
Como toda actividad de un niño, cuenta Silvana, la conectividad debe tener un tiempo, debe ser pautada, ya que hay un sinfín de actividades que le pueden interesar. Hay un mundo esperándolo fuera de un celular. Plantear una rutina diaria es importante para el desarrollo físico y emocional del niño.
La declaración de la pandemia y el posterior comienzo de la cuarentena produjeron un cambio radical en las maneras de enseñar. Todo se ha modificado y el sistema educativo hoy depende de la tecnología para poder continuar. ¿De qué otra manera las y los docentes podrían tener contacto con los niños si hoy en día no fuese por los teléfonos celulares, computadoras o tablets?
Las docentes integrantes de “Entrelazados” tuvieron que actualizarse tecnológicamente para seguir acompañando a los niños y sus familias (llamadas, videollamadas, audios, videos explicativos, redes sociales).
Silvana Cardoso señala que “de un día para otro nos encontramos practicando guiones, haciendo frente a una pantalla, superando nuestros propios prejuicios para llevar una sonrisa, editando un videíto para nuestros alumnos”.
Por último, las profesionales de salud y educación ya imaginan la vuelta a clases:
“Creemos que el reencuentro va a ser fantástico porque la rutina, lo conocido, da seguridad. Y lo que más queremos es encontrarnos con nuestros chicos. Siento que estas prácticas van a quedar, ya sea porque sirvan o simplemente saquen sonrisas”
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