Género

01 de Junio de 2020

Un día como hoy nacía Marilyn Monroe, la mujer que desafió al sistema patriarcal de su época

Norma Jeane Mortenson, posteriormente Norma Jeane Baker y más conocida por su nombre artístico Marilyn Monroe, fue una actriz de cine estadounidense y una de las más populares del siglo XX, considerada como un ícono pop y un símbolo sexual.

Su carrera como actriz fue súbita pero meteórica. En pocos años pasó de papeles pequeños a protagónicos y aunque actuó en algunos dramas, los productores y guionistas la preferían en el rol de la rubia tonta de comedia. Los caballeros las prefieren rubias (“Gentlemen Prefer Blondes”, 1953), Cómo casarse con un millonario (“How to Marry a Millionaire”, 1953) Una Eva y dos Adanes (“Some Like it Hot”, 1959) y La comezón del séptimo año (“The Seven Year Itch”, 1955), en las que interpretó al arquetipo de la bomba sexual poco inteligente.

Marilyn con el tiempo se convirtió en un símbolo de lo que era la vida para las mujeres en la década del cincuenta, cuando estaban destinadas a ser amas de casa u objetos sexuales. Murió poco antes del nacimiento del movimiento feminista moderno, pero su historia de relaciones abusivas, abuso sexual, objetivización y embarazos no deseados es identificable con la realidad de millones de mujeres más de medio siglo después.

Todas esas heridas le generaron graves problemas emocionales con los que tuvo que lidiar durante los últimos años de su vida. La depresión, su lucha por mantener la figura y su baja autoestima generaban constantes inconvenientes y contratiempos en los sets de filmación: durante la filmación de El príncipe y la corista (“The Prince and the Show Girl”, 1957), su subas y bajas de peso constante obligaron a la vestuarista Beatrice Dawson a crear varias versiones del mismo vestido en diferentes tamaños; y en producciones posteriores eran normales los cambios de humor que la obligaban a abandonar la filmación durante horas.

Sin embargo, poco había de la imagen de mujer que los periódicos y los productores habían creado en Marilyn. Frustrada por las condiciones de sus contratos, a mediados de la década del cincuenta rompió relación con Fox, fundó su propia productora (Marilyn Monroe Productions) y comenzó a estudiar actuación de método. Su evolución profesional le valió un Globo de Oro a mejor actriz por Una Eva y Dos Adanes.

La autora Lois Banner, en su libro “Marilyn: La pasión y la paradoja”, revela datos casi inéditos. Banner explica que uno de los grandes actos de valentía que tuvo Monroe se produjo al declarar el abuso sexual que sufrió de niña:

“Este era un tema fundamental para el feminismo de 1970, pero en la década del 50, las víctimas eran responsabilizadas por lo que había pasado. Era eso o callar y Marilyn no lo hizo”. Dichas situaciones se presentaron en el seno de una de las familias con las que vivió: uno de sus padres adoptivos y un hermano adoptivo.

“Nuestra perspectiva ha cambiado un poco con lo que llamamos el posfeminismo o el feminismo de la tercera ola”, dice Banner desde California. La primera y segunda ola corresponde respectivamente al feminismo de finales del siglo XIX y principios del XX, y al de los años sesenta y setenta. La tercera emerge a finales de los años ochenta. “Se trata de mujeres jóvenes que han defendido que la sexualización que ella hizo de su cuerpo puede realzar el poder de las mujeres, en el sentido de que pueden ganar poder respecto a los hombres a través de su sexualidad, y pueden tomar conciencia de su propia importancia para controlar el uso sexual de su cuerpo”, explica.

Marilyn, añade la autora, “se sexualizó a sí misma a propósito”. “Lo hizo para convertirse en una estrella”, apunta. “Además, estaba concentrada en su carrera. Se veía como una mujer de carrera. Formó su productora, lo que era inusual para una mujer en Hollywood. Se enfrentó a los magnates de Hollywood, hombres poderosos y dominantes”.

Uno de los problemas de Marilyn, según Banner, fue “mezclarse con hombres con los que no debería haberse mezclado” (y cita entre otros a Frank Sinatra: “Era muy peligroso”). Otro problema era que “carecía de un término para denominar lo que le hacían”. El feminismo político no había nacido. “Era muy progresista, si es que no era socialista, así que disponía de una terminología para describir el maltrato de las personas”, dice. “Pero no disponía de un término para describir cómo la trataban a ella. Sabía que la explotaban e intentó combatirlo, pero no tenía un punto de vista político para ponerlo en perspectiva”.

¿Socialista, Marilyn? “Justo antes de morir, aquella primavera, se declaró a favor de Fidel Castro, y estaba a favor de cualquier sistema político que tratase a las personas con igualdad, política y económicamente”.

Su nombre basta. Pocas figuras del cine como Marilyn Monroe acumulan tantos ecos míticos y todavía menos permanecen intactos en el tiempo, incluso aumentando su poder y su condición de ícono. Sin duda, será eterna.


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