La Lic. Patricia Costela reflexiona acerca de la práctica profesional psicoanalítica.
/ Por Lic. Patricia Costela
El proceso terapéutico está marcado por el recuerdo, por la transferencia repetitiva y por las elaboraciones.
En los inicios, intentamos ir abriendo las cuerdas imaginarias, obteniéndose así los datos de su historia infantil, de su vida de relación para ir abriendo los hilos para construir el tejido subjetivo.
Nosotros no hablamos en la sesión, nosotros no hablamos de nosotros, de nuestros intereses, inclinaciones, deseos, no hablamos con lo que gozamos. Tratamos de ir pesquisando las necedades, término acuñado por Lacan, que es el principal problema, poder pesquisar el punto de real.
Somos una oreja que escuchamos, con un cuerpo muerto para ir subrayando los fallidos, los lapsus linguae, los equívocos, para luego descifrar los sueños e ir tramitando los síntomas.
Veníamos de saber que el Inconsciente ya había sido descubierto, veníamos de tener las coordenadas del pensamiento cartesiano: “pienso, luego existo”, “pienso, luego soy”, “pienso, gozo soy”. Luego se nos presenta en su versión del síntoma como satisfacción sustitutiva. Veníamos de formalizar los juicios universales que eran los de existencia como, por ejemplo: “todo hombre es mortal” a sabiendas que consolidaban un pensamiento tautológico. Luego se demostró que los juicios particulares eran los de atribución, eran los que sumaban elementos de juicio al pensamiento. De ahí que lo nuestro sea el caso por caso. Lo nuestro es lógico y poético, diferenciándose del discurso de la ciencia. El paciente va habitando el Discurso Amo, que es fundamental para no ser una letosa, un objeto para ser descartado, porque es el discurso que emite la castración en el otro.
Nuestra praxis tiene como ética, la ética del deseo. Nos trae que el sujeto es corte en acto. El sujeto está sujetado por la articulación significante. El significante articula al sujeto, entonces el significante se junta con el otro significante al infinito, salvo que sea tocado por una letra, ¿de qué estamos hablando? Las letras son el amor y el goce, de ahí que los analistas seamos preguntadores para dar lugar a que esto suceda. Esa es la forma de pescar que algún real aparezca, o que aparezcan los temas sin importancia, las pavadas, consolidando, entonces, que algún real aparezca y que el análisis sea posible. Entonces, cuando encontramos la letra me permitirá cernir un agujero, el agujero es el representante {a => S1 y S1 => a} y así me permitirá trazar el litoral de la letra y la frontera, y de esta manera ir tramitando la infinitización del sentido.
Nosotros partimos con Lacan de la disciplina donde sólo hay apariencias y particularidades. Ha sido fundamental dilucidar que detrás del fenómeno estaba el noúmeno. Que en el principio era el verbo, que en el principio era la acción, porque sabemos que el inconsciente prepara el acto sino se queda con la duda obsesiva. Pasar por el acto es pasar por la castración. Sabemos que el hombre es, pero no sabemos qué es. Luego, tenemos que el ser es el ser sexuado. Es un ser que remite al goce. Luego sabemos que el Psicoanálisis procede por elaboración y subjetivación.
El goce es el que perjudica el lazo social y a la homeostasis del viviente. El goce sexual con su componente de placer no es representativo. El goce primario es el goce del cuerpo propio. Entonces, vemos que hace falta una elaboración de discurso. Sabemos que un daño a nivel del discurso es un daño a nivel del goce.
El lenguaje trastorna el cuerpo vivo, afecta su goce negativizándolo, pero el discurso también lo regula cuando el Nombre del Padre está en su lugar. Entonces, el sujeto es en función de la castración, el goce es extraído del cuerpo, externalizándolo en objetos fuera del cuerpo que compensan con un plus de goce el “- φ” de la castración. Desde este momento el sujeto es feliz porque quedó librado a la repetición del encuentro que le hace recuperar siempre el objeto de su fantasía.
Con Lacan pasamos del sujeto y predicado a la noción de argumento y función. De ahí el valor de los discursos.
♦Acerca de los discursos:
✔Discurso del Amo: El S1 emite la castración hacia el S2. Sabemos que el discurso del amo es el discurso del inconsciente. El “maître” dirige, emite la castración y el saber del inconsciente es leído como medio de goce.
Dentro de los discursos, el S2 es la lengua del Otro. El S2 entendido como medio de goce. Todos estamos determinados por una modalidad de gozar. Y el deseo del analista separa al máximo, funciona como un reciclador de goce. El goce podrido que entonces se le da otro curso. Le dan a ese goce la cuestión del síntoma. Significa que ha usado esa energía para otra cosa.
✔Discurso de la Histérica: en su sentido estructural avanza en el sentido del goce podrido. En su sentido patológico desliza su deseo como deseo insatisfecho. Se manifiesta el deseo por procuración. Lo imposible es hacer desear. El discurso histérico produce un saber que no alcanza a dar cuenta del objeto a.
Para Lacan la histérica hacer desear es poner en movimiento qué es hacer desear y su sesgo patológico es el rechazo del objeto de deseo. Podríamos decir que dice: “no te entrego esto que tanto quieres y si te lo entrego igual te falto”.
Entonces en esta vida nos encontramos con saber científico, es aquel que pone el saber en el lugar de la verdad.
-El saber mítico: son las explicaciones sobre hechos de la naturaleza y de la vida que el ser humano genera, sin basarse en hechos o en la ciencia, sino en creencias, mitos y religión.
-El saber del goce: Lacan sostiene que el saber es “medio de goce”. También sabemos que el saber funciona de diferentes maneras en los cuatro discursos. Con el saber en tanto medio de goce se produce el trabajo que tiene un sentido, un sentido oscuro. Este sentido oscuro es el de la verdad.
Dos cuestiones quedan elididas, por un lado que el saber es algo de lo que también se goza (inconsciente), por otro lado, que solo puede accederse al goce a través del saber.
En todo discurso siempre el S1 es ideal, es del otro. Todos los significantes son equivalentes al principio, es por obra de una extracción que aparece un par ordenado. Una vez extraído, por ejemplo, diríamos que ante mamá/papá, el niño, juega hasta que puede hacer el o posicionamiento, decir por ejemplo “boca/river”, hasta que puede hacer una extracción que es la representación, que a su vez es una rememoración, es una remoción de ideas. Ahí nos encontramos con el padre idealizado que nos deja frente a la muerte de los deseos, los suyos, los propios, entonces en este lugar se ubica como el papá que es como un dios, mejor dicho, es el papá que es dios.
El paciente debe rotar por los cuatro discursos.
✔Discurso Universitario: tenemos a los estudiantes, y se producen sujetos aptos. La verdad es la que domina las condiciones.
✔Discurso del Analista: parte del agente, del semblante, del “semblant” de a. Hace venir el deseo del sujeto y los goces que le quedan son los que le convienen bien o los que lo complican.
El S1 son los ideales paternos, son el núcleo del Ideal del yo. Hay que propiciar cierta operatoria para desentrañar y/o separar al sujeto. El S1 es el resto de ley del padre que habita en mí.
Lic. Patricia Costela
Lic. Psicología M.P n°20.064 y M.N n°14916. Jefa del Servicio de Salud Mental 2012-2018. Especialista en Clínica de Adultos, titulo otorgado por el Consejo Superior del Colegio de Psicólogos de la Pcia Bs. As. Admisora del Servicio de Atención Comunitario del Colegio de Psicólogos. Distrito. V. Docente. Perito Psicóloga. Desempeñó funciones en el Colegio de Psicólogos desde 2002 al 2008 en forma continua: Presidenta, Vicepresidenta, Delegada Suplente. Titular en la Carrera Profesional Hospitalaria en el Ministerio de Salud de la Pcia de Bs. As. Trabajó en Juntas Evaluadoras de la Discapacidad en Zárate y Campana. Desde el 2018 trabaja en su Espacio de Transmisión del Psicoanálisis con atención a pacientes.
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