El municipio de Zárate autorizó a la colaboradora del Hermano Marcelo a que siga concurriendo a trabajar

El Hermano Marcelo Prado tiene una obra de caridad en el Barrio Juana María desde el 2001 donde alberga a adultos mayores en situación de calle, sin familia e indocumentados.

El oficialismo zarateño presentó una ordenanza en el HCD -que fue aprobada- en la que indicaba que los trabajadores de geriátricos debían permanecer por el plazo de 14 días en las residencias para adultos mayores, no pudiendo volver a sus domicilios ni desempeñar tareas en otros lugares con el objetivo de prevenir la propagación del coronavirus.

Pero el caso del Hogar Sagrado Corazón de Jesús es distinto. En primer lugar porque la tarea es totalmente ad honorem, no hay un fin comercial lucrativo, los abuelos no cobran ningún tipo de jubilación ni beneficio que pudiera ayudar económicamente a la institución, tampoco tienen familias que respondan por ellos. Con lo cual, se financian gracias a las donaciones y solidaridad de vecinos y de la Pastoral Villera a la que pertenece el Padre Pepe. Por otro lado, solo cuenta con dos colaboradoras que el municipio abona sus salarios. Una de ellas no puede seguir asistiendo debido a que vive en un barrio con casos de covid-19,  pero la otra está aislada y su vida transcurre mayormente en el Hogar del Hermano Marcelo. Sólo concurre a su domicilio a dormir y no tiene contacto con nadie más.

En estos días, el Hermano Marcelo interpeló al municipio indicando que no entendía cómo buscan voluntarios para asistir a las personas con coronavirus en los Centros de Aislamiento en los clubes de la ciudad y a él le prohibían que continúe asistiendo la persona de su confianza "su mano derecha" para continuar cuidando a los abuelos de su hogar. Por este impedimento Marcelo estuvo un mes haciéndose cargo de los 20 adultos mayores solo.

Hace instantes, llegó la buena noticia y el Municipio de Zárate, hizo una excepción y la colaboradora puede volver a desempeñar sus tareas en el Hogar Sagrado Corazón de Jesús.