La Virginidad: Ni Ángeles ni demonios

/ Por Romina Barraza

Aún hoy hablamos de virginidad, aunque sea un término qué biológica y médicamente NO EXISTE. Es un constructo sociocultural, heteronormativo (sólo hace referencia a la penetración pene-vagina), fuertemente relacionado con la religión, que sigue generando un alto nivel de “misticidad” y culpa a la “Primera vez”; trayendo todo tipo de problemas a nuestra salud sexual.

Es un término que venimos utilizando desde la antigüedad para identificar a las personas que aún no han tenido relaciones sexuales coitales; pero principalmente se utilizó para controlar la Sexualidad de las mujeres, ya que era un requisito sine qua non para poder casarse (o venderse). Si no se podía “corroborar” la virginidad de la mujer, la misma era denigrada, aislada y hasta castigada, siendo una deshonra para ella misma y su familia. En cambio, este requisito no era pedido a los hombres.

También debemos pensar: Si la virginidad es únicamente la penetración pene-vagina, ¿las personas homosexuales son eternamente vírgenes? Si practicamos sexo oral o anal, ¿No estamos teniendo relaciones sexuales?

A lxs adolescentes les intriga muchísimo este tema, y si no lo abordamos anticipadamente, despejando sus dudas e inquietudes; como toda prohibición, lo único que logramos es que quieran transgredirla.

Hagamos el ejercicio de pensar en nuestra “primera vez”: ¿Qué sentimientos teníamos antes de hacerlo?, ¿Qué sentimos en ese momento?, ¿Teníamos dudas?,  ¿Qué sentimos después? o ¿Nos hubiera gustado tener algún otro tipo de información?

Pero la gran pregunta es: ¿Podemos hablar de una primera vez? ¿No sería correcto hablar de “Primeras veces”?

Para poder valorar de manera correcta las vinculaciones sexo-afectivas o relaciones sexuales que tenemos, deberíamos hablar de “Primeras veces”; porque son muchas e igual de importantes. Tenemos “Primeras autoexploraciones”, los “primeros besos”, “primeros tocamientos con otras personas”, “primeras penetraciones (sin importar cuáles sean)”.

Esta es la manera de darle importancia a todas y cada una de las relaciones que tengamos y restemos un poco de responsabilidad al primer “contacto directo”; ya que las relaciones también se van construyendo, con el autoconocimiento, la confianza en unx mismx y en el otrx, la asertividad, el poder consensuar con la otra persona. Cada relación se construye a prueba y error, sin tener que sentir la presión de tener que rendir como si fuera un “Challenge sexual”. El poder hablar con la otra persona sobre qué cosas queremos y qué no, qué cosas nos gustan y cuáles no, saber cómo nos sentimos; construyen relaciones más reales y placenteras.

Hablemos con nuestrxs niñxs y adolescentes, preguntémosle qué necesitan saber, démosle la confianza que necesitan para actuar con responsabilidad y la certeza que habrá un adultx acompañando este proceso.

Y si como adultx no te sentís preparado para poder hacerlo, consulta con un/a profesional especializadx en el tema para despejar todas las dudas. El conocimiento nos empodera. SIEMPRE.

Dra. Romina Barraza. Especialista en Sexología Clínica.

Consultas y turnos: 03489-15510250