Economía & Ciudades

20 de Junio de 2020

Grupo Vicentin: Para empezar a entender de qué se trata

Mucho se ha venido opinando en los últimos días, luego de la conferencia de prensa del pasado 08 de junio realizada por el Presidente argentino, sobre la decisión del Gobierno Nacional de intervenir, para luego elevar al Senado de la Nación un proyecto de expropiación, la firma Vicentín SAIC, al encontrarse ésta en situación de cesación de pagos, con serios indicios que conducen a la quiebra de la empresa y de quedar en manos de competidoras globales que concentrarían aún más en propiedad de empresas extranjeras el sector que más divisas genera de nuestra economía. Nos estamos refiriendo al complejo agroexportador. Pero lamentablemente se ha abordado la situación especialmente desde lo ideológico. Y trataremos de soslayar esta discusión y comenzar a discutir sobre la participación del mercado agroexportador en general, y de la contribución de Vicentín en ese mercado, en particular.

¿Qué representa Vicentín en el mercado que aporta los dólares que necesita el país ?

En 2019 la Argentina envió al mundo alrededor de 100 millones de toneladas de granos y subproductos, por unos USD 28.500 millones. Sin dudas, la mayor fuente de ingresos genuinos de dólares. En los 90, cuando comenzó a desarrollarse un cluster de procesamiento de soja en torno a los puertos del Gran Rosario para la transformación de la oleaginosa en harina, pellets y aceites, se abrió una ventana al mundo para posicionar al país con este complejo y, de hecho, hoy el país es líder en la exportación de harina de soja. 

El mercado de granos representa un complejo entramado de productores, acopiadores, exportadores, operadores comerciales, corredores, bolsas de cereales, entre otros actores que moldean un sector donde Argentina es potencia. 

Según la Bolsa de Comercio de Rosario, en la campaña comercial 2018-2019 la china COFCO fue líder con el 15 % de las ventas totales (14.2 M de tns), seguida por Cargill (11,9 M de tns y 12% del volumen total), ADM tercero con 11.2 M tns y 11%, luego Bunge (9.5 M tns y 9 % del total de lo exportado). Esas empresas de capitales extranjeros pero con management local, concentran el 48% de las ventas externas del sector. En cuanto a las nacionales, AGD despachó 8.7 millones de toneladas y, luego, Vicentín aparece con 8.4 millones de toneladas, el 9 % del total de las ventas agroindustriales.

En el mercado interno, tanto las exportadoras como las cooperativas compran, almacenan, procesan, embarcan o envían al mercado interno los granos que adquieren de más de 77.000 productores. Hace 20 años se exportaban 10 millones de toneladas de soja y hoy estamos en casi 40 millones. No se ampliaron las hectáreas sembradas sino que se incorporó tecnología. Sin dudas un mercado altamente competitivo y de creciente productividad. 

El complejo sojero tiene a sus principales clientes externos en China, Europa, Taiwán, Vietnam, India. Exporta un consolidado de 18.000 millones de dólares anuales. Luego le sigue el complejo maicero con 5.000  millones USD, donde Argentina concentra el 75 % de las ventas globales junto a Brasil y EE UU. Le sigue el Trigo, con 12 millones de toneladas y 2.500 millones de dólares exportados.

Ahora bien, Vicentín SAIC es una sociedad anónima constituida el 25 de noviembre de 1957 cuya sede está en Avellaneda, Provincia de Santa Fe. Es la mayor empresa de molienda de granos de Argentina en términos de capacidad instalada y también la mayor productora de biodiesel del país. Es un actor estratégico y clave en la producción de alimentos en el mercado doméstico por su participación en el negocio cárnico y del aceite refinado de girasol.

Durante el período 2015-2018 la empresa muestra una expansión de su facturación en dólares, y si tomamos los últimos 14 años, sólo en 2013 exhibe una ligera retracción de sus ventas. De acuerdo al informe realizado por Claudio Lozano, director del Banco Nación los estados contables de la firma no se estaría justificando la crisis financiera de la misma. En relación a los montos de facturación de los años 2017 y 2018, los mismos ascendieron a la sumas de 61.000 y 118.000 millones de pesos, respectivamente, es decir aumentaron un 93% de un año a otro. Respecto de los pasivos financieros, según se indica en el informe representa un 20% del total de la facturación, con lo cual todo indica que la situación de liquidez y endeudamiento era razonable y controlada. La compleja trama societaria, la existencia de empresas controladas en el extranjero, la naturaleza rentística que denota el comportamiento de la empresa a través de la información contenida en sus balances, obliga a desplazar el argumento empresario que vincula la crisis de la firma con lo que denominan estrés financiero. La AFIP supone que la empresa incurrió en el delito de sub-declarar exportaciones. 

Desde el Gobierno Nacional se sostiene que, frente a un escenario de quiebra de la empresa o de dilación de los procesos judiciales, habría grandes posibilidades de que el volumen agroexportador de Vicentin S.A.I.C. pase a manos de sus competidores y consecuentemente el mercado se concentre aún más en los mismos actores transnacionales, que continuarán especulando con la liquidación de divisas y transfiriendo sus rentas al exterior y a países no cooperantes con baja o nula tributación. Asimismo, una cadena de impactos sobre las empresas afectadas, cooperativas agrícolas y sus asociaciones, acopiadores, productores agropecuarios de la zona de influencia, puede generar un efecto dominó, amplificando la resonancia económica y social de esta crisis. Tampoco puede soslayarse la exposición del Banco de la Nación Argentina en esta situación.

Dejando de lado la discusión jurídica, eje sobre el muchos quieren poner el debate, es importante que el árbol no nos tape el bosque. Ante un manejo empresario irresponsable (que incluso posee denuncias penales por parte de productores agropecuarios) y que atenta contra la economía del país (evasión impositiva, fuga de capitales, entre otros), la intervención del Estado fue importante. Resta alcanzar los consensos junto con los diferentes actores (productores y sus cooperativas, gobiernos provinciales, acreedores varios) para que la firma a través de una alianza virtuosa público-privada pueda continuar trabajando sin perjudicar los intereses nacionales. Sobran ejemplos negativos de malas gestiones públicas, como así también privadas y Vicentin es un claro ejemplo. Pero también existen notables ejemplos de buenas interacciones, y que pueda contarse con el gerenciamiento de la nueva empresa a través de YPF Agro, con trayectoria y reconocimiento entre productores es una buena opción en la mesa de negociaciones.

 

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