Aceite de cannabis

21 de Junio de 2020

La ley aprobada en la era Macri es insuficiente, familias piden que se legalice el autocultivo

El aceite de cannabis para uso medicinal sigue mejorando la calidad de vida de miles de personas. En esta nota compartimos distintas historias de familias campanenses que utilizan el producto. Además, te contamos porque la ley aprobada en 2017 resulta insuficiente.

A mediados de septiembre del año 2017 el gobierno de Mauricio Macri reglamentó la ley 27.350, que regula la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados. Lo hizo a través del decreto 738/2017.

El texto oficial puso en funcionamiento el denominado Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus Derivados y Tratamientos no Convencionales.

"La provisión de aceite de Cannabis y sus derivados será gratuita para quienes se encuentren inscriptos en el Programa y se ajusten a sus requerimientos. Aquellos pacientes no inscriptos en el Programa que tuvieren como prescripción médica el uso de aceite de Cannabis y sus derivados, lo adquirirán bajo su cargo, debiendo ajustarse a los procedimientos para la solicitud del acceso de excepción de medicamentos que determine la Autoridad de Aplicación", indica la ley.

Cabe recordar que la ley autoriza únicamente al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) el cultivo de cannabis "con fines de investigación médica o científica para la elaboración de la sustancia que como medicamento sirva para proveer a quienes estuvieren incorporados al Programa".

La realidad es que la ley vigente no facilita para nada el día a día de las familias que intentan mejorar la calidad de vida de sus hijxs a través del cannabis medicinal, debido a que, a casi tres años de su sanción, decenas de patologías se encuentran fuera de este programa (enfermos de cáncer, artrosis, fibromialgia, neurolupus, entre muchas otras) y además aún no se ha legalizado el autocultivo. Es decir que muchas personas que quieren recurrir al aceite deben someterse a un mercado negro que estafa y abusa con un producto que es para fines netamente terapéuticos. Llegando a la mitad del año 2020, Argentina no produce, ni importa ni permite la producción casera de aceite.

El Programa Nacional, tal como está redactado actualmente, restringe el acceso vía importación de un aceite aprobado por ANMAT sólo para enfermos de epilepsia refractaria. Lo cierto es que para que el usuario acceda a la sustancia, el estado exige comprobaciones científicas hechas en el país. De momento, como solo considera comprobado el efecto sobre la epilepsia refractaria, los que sufren esta enfermedad son los únicos “privilegiados”.

Las organizaciones que desde hace años promueven el uso terapéutico del cannabis y que impulsaron la discusión de la ley en el Congreso reclaman "libertad y amnistía" para los detenidos por autocultivo; regulación del aceite para "todos" los usos; reconocimiento a los pequeños y medianos productores; respeto a las normas internacionales de la ONU que legitiman al cáñamo como cultivo agrícola y reconocimiento del "valor del cannabis en prácticas tradicionales o fitoterapeúticas". También piden un "plan de reducción de riesgos y de daños" que incluya a establecimientos educativos, sociales y de salud pública y capacitación permanente de los equipos de terapeutas y una mayor partida presupuestaria para investigaciones del área.

La organización Mamá Cultiva Argentina se adelantó a los tiempos formales y, antes de que asuman el gobierno del país, les hizo llegar al presidente electo, Alberto Fernández, y a su vice, Cristina Kirchner, una carta que transmite la necesidad de cambiar el paradigma de los últimos casi 90 años en relación con el cannabis, su prohibición y los prejuicios que giran alrededor de esta planta, usada por el hombre desde hace al menos 10.000 años. La pandemia lo cambió todo y esta discusión ha quedado totalmente relegada, es imposible saber cuando llegará el momento de tratar un proyecto de ley que esté realmente a la altura de las necesidades de miles de familias que siguen luchando para que el autocultivo sea legal y denunciando las persecusiones que sufren por tan solo querer mejorar la calidad de vida de sus hijxs y familiares en general.

Para cambiar la ley actual existen diversos proyectos. Uno de ellos es el que conformaron algunas asociaciones junto a la diputada entrerriana Carolina Gaillard, que contempla el autocultivo y la venta de aceite en farmacias. Ese grupo se reunió antes de la pandemia con la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, quien se mostró dispuesta a respaldarlos. También se juntaron con el ministro de Salud bonaerense Daniel Gollán, quien apoyó la iniciativa, y con parte del equipo de Ginés González García.

Cabe resaltar que actualmente hay miles de personas que arriesgan su libertad al cultivar la planta para sus familias. Es que, según la ley de drogas actual, quien cultiva cannabis puede ser penado hasta con 15 años de prisión. El contexto de pandemia parece alejar mucho más la posibilidad de que en Argentina se pueda tratar un digno proyecto de ley sobre cannabis medicinal. Desde el gobierno supieron aclarar en varias oportunidades que hay otras prioridades pos pandemia; la economía, el empleo y también el proyecto de ley por la despenalización del aborto.

 

Las vidas de Nuna y Jano mejoraron gracias al aceite de cannabis

Desde CLV dialogamos con familias de Campana que utilizan el aceite de cannabis para fines medicinales. El día a día de Nuna (2) y Jano (8) mejoraron notoriamente gracias a este producto.

"El cannabis nos devolvió la Nuna que conocíamos"

Mi nombre es Lorena Rey y soy mamá de Nuna Quimey de 2 años. Nuna nació de urgencia tras un desprendimiento de placenta, esto le provocó falta de aire y de sangre. Por eso su diagnóstico es microcefalia y una clase de epilepsia q es difícil de tratar que se llama Síndrome de West. Si bien desde neonatología salió con medicación neurológica porque convulsiona desde el día en que nació, fue al octavo mes que empezó con espasmos más fuertes por lo que hubo que internarla y empezar a probar otras medicaciones más agresivas.

Estando internados y al ver que la medicación la dopaba muchísimo, que ya no era nuestra Nuna y que nos planteaban un panorama aún peor (querían empezar a probar con un inyectable diario) es que empezamos a darle CBD (epifractan). Los médicos no se explican como el cuadro comenzó a cambiar tanto y para bien.

La sometieron a estudios y nueva PSG (polisomnografía) y efectivamente el cambio fue notorio por lo que nos dieron el alta. Desde entonces le suministramos cannabis 3 veces al día, logramos que Nuna no necesite más medicamentos (toma dos medicaciones con las que salimos de la internación, pero hemos logrado bajarla) y no ha sido necesario sumar otras. Sabemos que es por el cannabis que ella está conectada, sonríe, se expresa y podemos hacer las terapias indicadas. El cannabis nos devolvió la Nuna que conocíamos y no esa nena dopada que intentaban darnos.

Lorena le explica a CLV que la pandemia provocó el cierre de fronteras y eso hace que no puedan conseguir el aceite que su hija toma ya que es de Uruguay. También este contexto genera un profundo miedo a que la pequeña Nuna se contagie, lo que sería muy complejo debido a que es inmunodeprimida y el virus podría afectarla rápidamente.

Desde que se decretó la cuarentena que trabajo desde casa y esto me afecta a nivel económico, pero tengo que estar con ella, cuidándola” señala Lorena, y agrega: “Me gustaría una legislación en mi ciudad donde se permita el autocultivo y se nos apoye en nuestra situación. No contamos con ninguna ayuda al respecto”.

 

"Vivimos en la clandestinidad todo el tiempo, solo queremos cuidar a nuestros seres queridos"

Mi nombre es Jesica Bianchini, tengo 36 años y soy mamá de Jano. Empezamos a utilizar el aceite cuando mi hijo cumplió los seis años y le diagnosticaron trastorno del espectro autista. Hace dos años que lo consume.

Hemos notado una mejoría increíble. Ayudo muchísimo, primero y principal en descansar porque hubo momentos difíciles, él no lograba bajar sus revoluciones lo que le generaba un trastorno en el sueño y con la ayuda del cannabis, el CBN (cannabinol), logró descansar y dormir de corrido, levantarse bien para ir a la escuela y rendir en el día y no dormirse en clases como pasaba antes. Con el CBD (cannabidiol) mejoró su atención y bajó mucho sus frustraciones y no entro más en crisis.

Jano toma una gota de CBD antes de desayunar y una de CBN previo a la cena. El efecto positivo del aceite se nota a los pocos minutos. El niño puede descansar mejor y también las crisis que genera su patología se han reducido notablemente.

Consultada sobre la importancia del autocultivo, Jesica reflexionó que “al ser ilegal nos complica todo, uno tiene que vivir en la clandestinidad todo el tiempo, viviendo como un delincuente cuando lo único que hacemos es mejorar la calidad de vida de nuestros seres queridos, como no tenemos ley que nos ampare muchas personas no se animan a cultivar y caen en manos de los oportunistas que te venden aceite en el mercado negro y no sabes que es lo que te están dando por más que te hagan una cajita que te diga que contiene es una farsa, salvo que caigas en manos de las personas indicadas que son los cultivadores solidarios que siempre están dispuestos a dar una mano en todo, desde iniciar tu cultivo a donar el aceite”.

 

Una paciente con cáncer de pulmón también utiliza el aceite

Zulema Guzmán es una vecina de Campana que tiene 60 años y cáncer de pulmón. Luego de tres años le aparecieron ganglios en el mediastino y el riesgo para quitárselos es muy alto, es por eso que los sigue teniendo. Lleva 4 años consumiendo el aceite de cannabis medicinal: “Con su uso tuve una pequeña reducción de los ganglios, si bien siguen presentes, no crecen y el dolor se redujo”, cuenta Zulema, que toma cuatro gotas todas las mañanas.

Estas historias recientemente mencionadas se multiplican en Zárate y Campana. El día 2 de septiembre del año pasado, familias que residen en la localidad campanense conformaron un grupo de Facebook llamado UsCaMed. Se trata de una red solidaria de usuarios de cannabis medicinal que continúa peleando para que el autocultivo se legalice. Los integrantes de este grupo se van informando de las últimas noticias sobre el uso medicinal de la planta, se acompañan en su lucha y también intercambian conocimiento.

 

"Somos ilegales y nos tratan como narcotraficantes, es una vergüenza"

Jesica Coinaski también es de Campana, tiene 33 años y utiliza el aceite de cannabis para su hijo Gael de 3 años desde hace un año. El pequeño sufre de diabetes tipo 1, es insulino dependiente. Consultada sobre los cambios que se notaron desde que comenzó a ingerirlo respondió que "logramos mantener los valores de su glucemia dentro de los parámetros normales, refuerza su sistema inmune, y además colabora en la disminución de las patologías que arrastra la diabetes como la hipertensión, glaucoma y neuropatías". Gael lo consume sublingual dos veces por día, lejos de la aplicación de insulinas y de las comidas. Jesica señala que "para lograr una estabilidad es necesario consumir el cannabis periódicamente y los cambios se ven en el transcurso del tiempo, aveces hace resistencia por lo cual debemos cambiar las cepas".

Como venimos señalando en este artículo, para las familias el autocultivo es fundamental y así lo remarca Jesica: "Somos ilegales y nos tratan como si fuéramos narcotraficantes, la ley pena el cultivo de cannabis de la misma forma que el tráfico de cocaína, es una vergüenza, en la nueva gestión de gobierno se logró avanzar sobre la ley de cannabis medicinal para modificar algunos artículos y abarcar mas patologías, pero lamentablemente la pandemia llevó el foco hacia otro lado".

 


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