Durante la tarde de ayer, cerca de las 17.00hs, se produjo un violento episodio que no terminó en tragedia de milagro.
En Rivadavia al 900, pleno centro de Zárate, dos personas comenzaron a discutir fuertemente desde sus vehículos hasta que uno de ellos, el conductor del Peugeot 207 negro, sacó un arma calibre 22 largo del asiento trasero y le disparó en la zona del hombro al otro sujeto, que se identificó como personal policial y repeló la agresión también efectuando disparos.
Todo ocurrió a plena luz del día y en un horario donde circula mucha gente.
Según pudo saber Corré la voz por fuentes judiciales vinculadas a la investigación, todo surge a partir de una “discusión de tránsito”, ”no lo dejaba pasar por toda la Rivadavia y al llegar al cruce con Brown, el policía se pone al costado. Tras ello, el conductor del Peugeot saca un arma y le dice ¿qué te pasa? ¿qué te haces el piola? y le dispara en el hombro”. Luego, el policía repele la agresión efectuando entre dos y tres disparos.
De acuerdo a lo averiguado por este medio, el conductor del 207 tiene múltiples heridas pero se encuentra lúcido, conciente. Por su parte, el policía personal de la DDI-Zárate Campana está fuera de peligro al igual que el acompañante del Peugeot.
El conductor del vehículo Peugeot 207 negro fue detenido e imputado por abuso de armas e importación ilegal de arma de fuego de uso civil.
Ante este hecho tan violento, vale la pena reflexionar sobre los niveles de violencia extrema que atraviesa la sociedad. Zárate vuelve a ser epicentro de un hecho sumamente grave. Si bien no hay fallecidos, pudo haber sido una tragedia teniendo en cuenta la cantidad de personas que circulaban al momento del tiroteo. Una bala perdida podría haber terminado con la vida de un niño, de una mamá que salía a hacer sus mandados, de un comerciante o de un conductor o conductora que justo pasaba por allí.
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