Pandemia y economía argentina a mas de 100 días de confinamiento

En los últimos días la Argentina viene registrando casos diarios de contagio por encima de los dos mil habitantes. A principio del mes de junio los casos positivos nuevos no superaban los mil habitantes día, situación que cambia a partir del 9 de junio (1.141 casos), para luego romper la barrera de los dos mil (el 19 de junio se contabilizaron 2.060 casos nuevos) y quedarse dentro del intervalo actual, con el pico de casos ocurrido en fecha 26 de junio con 2.886 casos. Al 2 de julio se registra un acumulado de 69.941 casos positivos, de los cuales 23.040 se contabilizan como recuperados y, lamentablemente, 1.385 fallecidos.
Luego de algo más de 100 días de restricciones, es probable que Argentina no haya sido del todo eficiente en alcanzar la etapa de testeo masivo, aislamiento y rastreo eficiente de contactos, de modo que, ante la suba en el número de contagios, deba regresar a una etapa de mayores restricciones. En este sentido, estamos ante una nueva oportunidad para desarrollar en forma eficiente una estrategia de testo masivo, aislamiento y rastro de contactos, de lo contrario la pura cuarentena se convertirá en un instrumento económicamente muy caro para lograr los objetivos sanitarios.
En el marco de la emergencia sanitaria se tomaron una serie de medidas destinadas a cuidar el ingreso de las familias, la producción y el empleo. El paquete de medidas económicas de Argentina incluyó subsidios y préstamos, a individuos y a empresas. El total acumulado de tres meses en lo que respecta a medidas fiscales – IFE, ATP, reducciones patronales, gastos en salud, bonos a jubilados y AUH, entre otros- representó el 3,4 % del PBI nacional. Si se añade el paquete de medidas monetarias y financieras (en forma de créditos a la producción y a trabajadores independientes, en especial), lo que alcanza a 2,6 puntos del producto, el total inyectado alcanza casi los 6 puntos de PBI. 

Además de las medidas del gobierno nacional, también existen variadas iniciativas de los gobiernos subnacionales que permitan amortiguar la caída de la actividad económica y el ingreso de los trabajadores con diferentes niveles de resultados.

Lo que no podemos saber es como continuará tal situación. En principio las ayudas económicas deberían ir reduciéndose gradualmente a medida que se vayan levantando las restricciones a la producción y el consumo.

Las medidas de impacto económico son realmente costosas en términos presupuestarios para un país como el nuestro; no solo no tiene acceso al crédito internacional, sino que también viene con déficit fiscal, caída del PBI (venimos de dos años de caída `por encima del 2 por ciento anual), que se encuentra en plena negociación con acreedores externos para tratar de llegar a una acuerdo que implique menos desembolsos en los próximos años, y dónde la alternativa de utilizar al BCRA como único asistidor del Tesoro, si comparamos con las economías centrales observaremos que el aporte del Tesoro Nacional es relativamente bajo. Sólo por dar ejemplos, Japón inyectó un paquete fiscal equivalente al 21,3 % de su pbi, Estados Unidos el 12,2%, Canadá 9,8%, Australia 8,5 %, seguidos por Francia, Alemania e Italia.

Nivel de Actividad Económica. Los nuevos datos de actividad económica que van surgiendo con el correr del tiempo a nivel internacional reflejan la enorme magnitud del daño que está ocasionando la crisis de COVID-19 en todo el mundo. Pese a que en la mayoría de los países la pandemia y las restricciones a la movilidad se aplicaron a gran escala, principalmente a principios de marzo, la actividad económica sufrió un duro revés en el primer trimestre del año en la mayoría de ellos. En este escenario, Argentina se encuentra entre los países que mayor caída del PIB tuvieron. Si bien la pandemia impactó de lleno en el país en marzo, esto solo vino a agravar el delicado escenario macroeconómico que ya detentaba nuestro país, lo que llevó a que el PIB retroceda un 5,4% interanual en el primer trimestre del año. En este marco, la producción industrial manufacturera cayó en marzo un 16,5 % y un 33,5% en abril, ambos respecto al mismo mes del año anterior, también recesivo. Esto impacta mucho en términos relativos a nuestra región dado el importante entramado industrial con un sector Pyme proveedor de bienes y servicios.

A partir de mayo los indicadores seguirán siendo negativos respecto al año pasado, y se espera sean positivos en comparación al mes anterior. No obstante, se estima para el balance anual una caída del 10 por ciento (promedio de estimaciones)

En resumen, Argentina está entre los países que han aplicado cuarentenas más estrictas y que hasta el momento les trajo buenos resultados en materia de cantidad de decesos relativos. Pero también es uno de los países dónde más fuerte es el impacto negativo sobre la economía y los ingresos del estado en general. Claramente el principal desafío como país es pasar de este grupo de países a la situación de aquellas naciones con relativa escasa cantidad de decesos y escasa caída de la actividad económica. Esto implicará contar con una estrategia para avanzar en la flexibilización sin que ello signifique un deterioro de la situación epidemiológica. Esto, siempre que se mantengan constantes los factores exógenos, que no pueden ser inducidos por las autoridades económicas nacionales. Ahora bien, se requiere de un rol protagónico del Ministerio de Desarrollo Productivo y el de Relaciones Exteriores para que en trabajo conjunto con sus pares provinciales (y por qué no, municipales) se piense a partir de las especificidades de cada sector y región en cómo incrementar la producción, el empleo y la oferta exportable. El diseño de políticas deben ser consensuadas con los diferentes actores económicos (empresarios, trabajadores, y demás actores de la sociedad civil) por lo cual conformar el tan prometido Consejo Económico y social puede ser un ámbito de discusión sobre la recuperación económica y social tras la pandemia.

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