La Red Educadores Populares es una organización que hace ya tres años viene trabajando en los barrios de nuestra querida ciudad de Zárate.
Su actividad principal esta ligada a la realización de encuentros educativos donde asisten de niños y niñas de las clases populares. Pero durante el 2020 la Red de Educadores tuvo que adaptarse al contexto de pandemia del COVID-19, y reorientar sus actividades, ya que debido a la cuarentena y a la necesidad de evitar contagios, no pudieron realizarse los talleres junto a los niños.
La aparición del coronavirus no solo produjo una crisis en términos sanitarios sino también una profunda crisis económica, y como siempre los mas afectados son los que menos tienen. La mayoría de los trabajadores de los barrios populares, padres y madres de los niños con los que trabaja la Red de Educadores, viven del trabajo informal y esporádico, las famosas “changas”.
Este tipo de trabajo desapareció en este contexto, tanto por cuestiones de salud como económicas, por lo que el plato de comida diario de los niños de nuestros barrios podía nunca llegar a la mesa. La Red entendió, cual era la prioridad en este contexto, por eso inicio una intensa e ininterrumpida campaña de asistencia alimentaria.
Esta organización de jóvenes educadores pudo articular la solidaridad de cientos de vecinos zarateños para entregarle comida a mas de 300 familias ubicadas en territorios distintos de nuestra localidad. Comenzaron por los barrios donde solían hacer sus talleres: Malvicino, La Ponderosa, Burgar y Villa Massoni. Tuvieron que actualizar los protocolos, los merenderos y comedores, no debían convertirse en un foco de propagación del virus.
Las referentes territoriales jugaron en ese punto un rol crucial, transformando sus prácticas para poder asistir a las familias a través de viandas con comida preparadas con los productos llevados por la Red de Educadores.
Esta campaña de asistencia alimentaria fue complementada con donaciones de ropa y frazadas ya que muchos vecinos estaban sufriendo el frio característico del invierno.
En nuestro barrios no hay calefacción a gas, porque los servicios no han llegado hasta allí, o porque la garrafa es muy costosa. Por lo cual muchos de nuestros vecinos calientan sus hogares con aparatos eléctricos y, debido a la baja tensión producto de la deficiencia en el acceso al servicio eléctrico, nuestros vecinos no llegan a cubrir las necesidades. Llegar con abrigo a los barrios fue una tarea de suma importancia.
El grupo de la Red de Educadores vio que la solidaridad de los Zárateños se hacia mas grande en los momentos mas difíciles y se sintió impulsado a llegar con la asistencia a ciertos lugares de nuestro partido que son muchas veces olvidados por el estado: la isla y Lima.
La situación durante la pandemia es muy dura para los isleños que trabajan y viven de lo que su ecosistema les ofrece. Las actividades económicas principales son el turismo, que visita la belleza natural del paisaje, y la pesca artesanal. Ambas están paralizadas durante este periodo, el turismo debido a la cuarentena y la pesca porque se volvió imposible vender el pescado debido a que los acopiadores no pueden llegar hasta allí. La Red de Educadores surcó el rio para asistir a nuestros hermanos isleños con ropa y comida a través de la Union Vecinal. En los barrios de Lima se produce una situación similar a a la que vivimos en los barrios de la cabecera del partido, solo que agravado por el aislamiento y falta de La Red de Educadores Populares pudo llegar a estos lugares por medio de la Asociación Caritas Felices que trabaja en cuatro de los barrios mas pobres de Lima.
Esta tarea tan importante encarada desde la Red de Educadores Populares se sustentó en el trabajo de diversas organizaciones que forman parte esencial de nuestra comunidad, como los clubes, las sociedades de fomento, las iglesias, los movimientos sociales, asociaciones civiles, entre otras.
Pero tampoco hubiera sido posible sin el aporte de las Pymes locales como Dillon 24Hs, el Mercado Concentrador, y el Viejo Almacen que pudieron proveer la mercadería a que la Red hizo llegar a los barrios. Otro aporte de gran importancia en este sentido fueron las donaciones de el sindicato de trabajadores y trabajadoras del Negro Humo, y de otras organizaciones de la sociedad civil que unieron fuerzas con la red para hacer llegar un plato de comida a los niños y niñas de nuestra ciudad en momentos tan difíciles.
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