Suicidio de jóvenes: Hablar de lo que nadie habla

/Por Lic. Angela Ríos Encina (MP 20397)

HABLAR. Esa es creo la mayor premisa frente a un conflicto emocional. Ponerlo en palabras.

Sobre todo en una problemática tan delicada como lo es el suicidio en niños y adolescentes. En un mundo donde el sufrimiento es tan habitual, a veces se nos pasa verlo. Sobre todo en los niños.

El suicidio por definición implica el pasaje al acto de un deseo imposible de frenar, la propia muerte. Y quizás por eso es tan difícil hablar de ello, cuando en el ser humano tiene un valor primordial, legitimado por leyes y normas internacionales: el derecho a la vida.

Lo particular quizás, de que tal deseo lo encontremos en niños y adolescentes, tiene que ver con que inevitablemente nos queda esa sensación amarga de pensar si se podría haber hecho algo. Y esto se debe fundamentalmente a los motivos probables del mismo. En varios lugares del mundo, por ejemplo, se han encontrado suicidios masivos, sobre todo de adolescentes. Aunque cabe destacar que siempre, es el sufrimiento lo que provoca la acción.

Es desde allí que voy a invitarlos a que reflexionen conmigo. ¿Cuáles podrían ser los motivos por los que una persona de corta edad puede sufrir?

Lamento decirles que son muchos. Los principales tienen que ver con situaciones que pudieran estar atravesando: separación de los padres, violencia, abuso sexual, acoso, construcción de su sexualidad, sentimiento de soledad y/o abandono; embarazos no deseados; y hasta incluso culpa por actitudes consideradas maliciosas.   También podemos encontrar antecedentes, o el fallecimiento de integrantes de la familia o de algún amigo, incluso de algún famoso de referencia. Ojo, no significa que todos los niños y adolescentes que atraviesen tales situaciones deseen la muerte. Muchas veces ésas situaciones se acompañan de recursos simbólicos propias del niño y del entorno más cercano para enfrentarlas. Muchas veces también están relacionados a conductas disruptivas, depresivas, o de autoflagelo; inclusive con drogas o trastornos de personalidad o de alimentación.

En fin, el hecho es que para llegar a conocer tales motivos que circulan dentro de los pensamientos de niños y adolescentes… debemos hablarlos. Sí… como amigo o como adultos responsables, debemos estar atentos a las manifestaciones. Observar algún cambio de humor poco habitual, la falta de interacción con los demás; si encuentra la forma de divertirse. Si se despojan de sus pertenencias o de sus redes sociales, si de alguna manera se despiden, o de repente poseen un discurso apagado, vacío, con pensamientos y dudas recurrentes sobre la muerte. Comentarios del estilo “de qué sirve vivir" “mejor estar muerto” “no sirvo para nada" “cuando me muera…” “no tengo ganas de nada" “ya me van a extrañar cuando no esté“ etc..

Frente a cualquier tipo de sufrimiento lo mejor es propiciar el espacio de escucha. No hay que tenerle miedo a las palabras ni a los sentimientos. Mucho menos a hablar acerca de la muerte, no hay que ser sabios… simplemente alcanza con escuchar al otro y darle valor a lo que dice; sin pre-juzgar ni subestimarlo. Lo que no puede decirse se pasa al acto, y muchas veces no tiene retorno. Hablen con sus amigos, con sus primos, con sus hermanos. Siempre podemos encontrar algún adulto de confianza en quien confiar y pedir ayuda. Tenemos acceso a Internet casi en cualquier lado, buscar un teléfono de ayuda lleva minutos. Aprendamos a ser empáticos con el sufrimiento ajeno, en vez de escaparnos de ello. Aprendamos que hablar es la puerta que nos abre a la posibilidad del cambio, de encontrar alternativas, opciones. Intentemos generar la posibilidad que quizás esa persona que sufre no puede ver.

Pedí ayuda

El Centro de Asistencia al Suicida es una institución sin fines de lucro que desde 1967 brinda asistencia telefónica gratuita, personal, confidencial y anónima a personas en crisis o riesgo de suicidio en la línea de prevención del suicidio.

Si vos, o algún familiar o allegado, está atravesando una crisis emocional de cualquier tipo, siente que nada tiene sentido o se encuentra atrapado en una situación a la que no le encuentra salida, no dudes en llamarlos:

(011) 5275-1135

(desde todo el país)

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(línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires)