La consulta sexológica cuando se está en pareja

/Por Romina Barraza

Las consultas sexológicas suelen llegar de la siguiente manera: Con un diagnostico confirmado (Autodiagnóstico o consultado con el “internetólogo”), medicadas (por idea propia o porque al amigo de la amiga le funcionó), cargadas de vergüenza y hasta culpa, con mucha ansiedad acumulada por meses o años y, generalmente, concurre a la consulta una sola persona.

Al realizar la anamnesis (preguntas que se realizan al consultante para conocer su historia y el contexto en el que se encuentra actualmente), muchas veces encontramos que la persona se encuentra en pareja; pero insisten que vienen por “un problema personal, algo propio”. En este caso, es muy importante que quien consulta y su pareja comprendan que es de suma importancia para la efectividad del tratamiento que ambos puedan asistir a la terapia. ¿Por qué? Porque se trabaja sobre el vinculo entre las partes. No hay manera que ante una dificultad sexual de unx de lxs integrantes, el/la otrx no se vea afectado. Todas las partes se ven afectadas, aunque tal vez sólo unx tenga el síntoma que motivó a la consulta. Es muy importante que la pareja sea colaboradora. Cuando es asi, generalmente el “problema” se soluciona más rápido.

La terapia tendrá tres instancias diferentes: La sesión en conjunto, y las sesiones individuales de cada unx. De esta forma podremos trabajar de manera integral con cada unx de ellxs. Podrán expresar sus inquietudes, sentimientos y miedos que a veces no se atreven a decirle a su pareja directamente.

Se atienden disfunciones sexuales (alteración en el funcionamiento de cualquiera de las etapas de la Respuesta Sexual por más de 6 meses –deseo, excitación, orgasmo-) y también patologías relacionadas con el dolor, como la dispareunia (dolor durante o después del coito en todos los sexos) o el vaginismo; también se trabaja con la Educación Sexual Integral, haciendo consejería o psicoeducación.

En cuanto a la Terapia Sexual propiamente dicha, se trata de una terapia corta, generalmente entre 10/15 sesiones, dependiendo siempre de la causa que ha motivado a realizar la consulta y, por supuesto, de la voluntad del consultante y su pareja para realizar los ejercicios que se indican como parte del tratamiento. Al ser una terapia integral, se trabaja la parte clínica (biológica), con farmacología (no siempre), psicoeducación y con ejercicios a realizar en el hogar. La comunicación, el autoconocimiento y el respeto son los ejes centrales del tratamiento.

Debe haber un buen vinculo entre lxs consultantes. La terapia sexual no puede restaurar (por sí sola) un vínculo que está roto. La vida sexual es una parte muy importante en las parejas, pero recordemos que la sexualidad no es genitalidad únicamente; también son los vínculos saludables, el placer, el erotismo y el deseo.

Algunas veces las parejas no presentan ninguna patología a tratar, consultan simplemente porque quieren enriquecer sus encuentros, vincularse mejor, despertar la pasión que muchas veces la rutina adormece.

Disfrutar en pareja es una decisión de cada día. El “trabajo en equipo” puede ser muy enriquecedor para todxs y una bocanada de aire fresco que nos permita comunicarnos mejor con la persona que amamos.

Dra. Romina Barraza.

Médica UBA. Sexóloga Clínica

MN 154156/MP 552214

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