Con la captura de Franco Moreira, el novio de Keila y acusado por el femicidio, se produjo un importante paso en la investigación; pero el sujeto todavía no quiso declarar y será determinante saber el grado de participación de su amigo, Matías Oviedo.
Matías Oviedo huyó junto a Franco Moreira en la noche del 17 de octubre. Los dos varones se encontraban en la casa que la joven compartía con Franco en el barrio Las Praderas de Campana. Tras efectuar un disparo de escopeta en la cabeza, la abandonaron en estado agonizante y escaparon en un Renault Clio gris.
Matías Oviedo tiene 19 años y es oriundo del partido de Tigre. Desde hace tiempo mantiene una amistad con Franco Moreira, quien fue detenido desde fines de octubre cuando se presentó en la vivienda de un familiar y un hermano, que se encontraba colaborando con su búsqueda, dio aviso al personal policial de la DDI Zárate Campana que rápidamente desplegó un operativo para capturarlo en la localidad de Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar.
Poco se sabe sobre Oviedo, aunque fuentes consultadas sospechan que puede estar involucrado en otros hechos delictivos; con Moreira el panorama es más claro: desde hace tiempo no tenía ningún trabajo y se lo vincula con la venta de drogas, como una de sus actividades más recientes.
En la noche del femicidio, Franco y Matías se encontraban en una vivienda de Calle Carreto en Las Praderas. En circunstancias que aún son materia de investigación, Keila recibió el disparo que minutos más tarde le causaría la muerte. Franco tuvo la oportunidad de declarar ante la Justicia días después de su captura y brindar detalles sobre lo ocurrido, pero sin embargo prefirió guardarse el testimonio. Aunque todas las miradas apuntan a Moreira, teniendo en cuenta que era de su propiedad el arma utilizada en el asesinato, sus antecedentes de violencia y su fuga, será de gran importancia determinar que participación tuvo Oviedo en el femicidio.
Keila tenía 16 años y era jugadora del Otamendi Fútbol Club; hace algunos meses, influenciada de manera negativa por Franco, dejó su casa familiar en el barrio de Otamendi para pasar a convivir con su novio. Según se pudo relevar a través de testimonios recogidos en el barrio y el entorno de Keila, la joven sufría violentos ataques por parte de Moreira. Por eso, se presume la existencia de un patrón de violencia previo, que sumado a las características del crimen, fueron suficientes para que la Dra. Laura Brizuela de la UFI Nro. 2 del Departamento Judicial Zárate Campana, caratule el hecho como “Homicidio agravado por el uso de arma de fuego mediando violencia de género”, que son los términos jurídicos para hablar de femicidio.
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