El agua desempeña múltiples funciones en el organismo; es el medio necesario para transportar los nutrientes al interior de las células, regula las reacciones metabólicas, elimina toxinas, lubrica los músculos y las articulaciones, hidratada la piel, mantiene la temperatura corporal, mejora el tránsito intestinal y controla el apetito. La Lic. Lucía Cortinovis te cuanta sobre la importancia de ingerirla.
/Por Lic. Lucía Cortinovis
Las nuevas Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) recomiendan que del total de líquidos ingeridos por día, 8 vasos correspondan a agua segura (2 litros de líquido).
Estos requerimientos se incrementan cuando las temperaturas son altas (en primavera-verano) y durante la actividad física, si no se incorpora a partir de la ingesta una mayor cantidad de agua, el balance hídrico de nuestro cuerpo resulta negativo. Como consecuencia de esto nos deshidratamos
La deshidratación es una pérdida de agua en el organismo, esa pérdida de agua causa pérdida de sales minerales. Una deshidratación de tan solo el 2% del peso corporal, disminuye las tareas relacionadas con la atención, la memoria, el estado de ánimo y el rendimiento aeróbico durante el ejercicio físico.
Los niños y los adultos mayores son más vulnerables y tienen mayor riesgo de deshidratarse
Los niños al tener mayores pérdidas de agua insensibles respecto a la masa corporal, presentan una mayor necesidad de agua por peso corporal en comparación con los adultos, sobre todo durante el ejercicio. Considerando además que son más activos, transpiran más y perciben menos la sed cuando están entretenidos, es fundamental estimular desde edades tempranas la importancia del consumo.
Por otro lado en los adultos mayores se producen cambios fisiológicos que aumentan el riesgo de deshidratación .El contenido total de agua corporal se reduce debido a una menor masa corporal magra y a un mayor porcentaje de grasa corporal, disminuye la sensación de sed, un menor consumo de líquidos sumado a una mayor pérdida de fluidos y a un menor contenido de agua corporal pueden producir un desequilibro hidroeléctrolitico llevando a una deshidratación.
En el deportista la deshidratación provoca una disminución del rendimiento y un mayor riesgo de golpe de calor por esfuerzo (calambres por calor, desvanecimiento, agotamiento, insolación grave).
Es importante destacar, que la sed es un mecanismo tardío para recuperar el balance de agua perdido, especialmente en niños. Por eso tenemos que “beber antes de tener sed”.
RECOMENDACIONES PARA BEBER MÁS AGUA
Por Lucia Cortinovis - Lic. Nutrición MP 4151 - MN 8929
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