Esta semana Graciela Hrobow Briozzo nos cuenta una historia de ruptura de ecosistema a causa de la mano del hombre. Una imagen que refleja desasosiego
En 1946 la Armada Argentina introdujo 20 castores traídos de Canada y pensando en un negocio peletero, pero esto no sucedió sino que se reprodujeron ocasionando un daño ambiental.
Los castores habitan en el agua, teniendo preferencia por los bosques.
Tienen dientes profundos con los que cortan los árboles provocando diques con inundaciones.Los principales depredadores de ellos son los lobos y osos.
La situación en Tierra del Fuego es que no los pueden combatir.
Hacen sus madrigueras en lagos y ríos.
Estos roedores rompen la maderera de las lengas tirándolas generando un desastre ecológico.
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