A partir de febrero, el Gobierno de Javier Milei profundizará el ajuste sobre los sectores medios y bajos con una nueva quita de subsidios en las tarifas de gas y electricidad. Mientras millones de hogares verán dispararse sus facturas, las medidas fiscales del oficialismo siguen beneficiando a los sectores de mayores ingresos, con la reciente eliminación de impuestos a la compra de autos de lujo como símbolo de su política desigual.
El recorte de subsidios será brutal: en electricidad, los sectores de menores ingresos perderán el 65% del subsidio, mientras que la clase media afrontará una reducción del 50%. En el caso del gas, la quita alcanzará también el 65%, elevando el costo del BTU a 1,08 dólares para los más vulnerables y a 1,54 para los sectores medios. En total, 9,5 millones de hogares verán encarecerse la electricidad, con un impacto especialmente fuerte en los 6,3 millones de usuarios que ni siquiera logran cubrir la canasta básica. En gas, 5,3 millones de familias pagarán tarifas cada vez más altas.
Este ajuste, lejos de ser excepcional, se volverá una constante. Según la Secretaría de Energía, las subas seguirán a lo largo de 2025 con incrementos mensuales que responden a la presión de las empresas del sector. Desde el Palacio de Hacienda aseguran que estos aumentos son clave para garantizar la sostenibilidad del sistema, pero la realidad es que quienes más sufren son los sectores de menores ingresos, que deben destinar un porcentaje cada vez mayor de sus sueldos a pagar servicios básicos.
Mientras tanto, el Gobierno no aplica la misma rigurosidad con todos los sectores. En paralelo al tarifazo, anunció una significativa rebaja en los impuestos internos a los autos de alta gama. Desde la próxima semana, se eliminarán los impuestos internos para los vehículos de entre 41 y 75 millones de pesos, y se reducirá a la mitad la alícuota para los que superan los 75 millones. Así, la administración de La Libertad Avanza premia a la élite económica mientras ajusta a los sectores populares.
Esta decisión no es aislada. En el primer año de gestión, Milei eliminó el impuesto PAÍS, lo que abarató los viajes y compras en el exterior, redujo las alícuotas de Bienes Personales y recortó las retenciones a la exportación de granos, soja y sus derivados. Ahora, las exenciones impositivas se amplían a los autos de lujo y motos de alta gama, al tiempo que la clase media y los sectores vulnerables ven licuados sus ingresos por tarifazos incesantes.
El contraste es innegable: mientras el Gobierno ajusta a millones de argentinos con aumentos en electricidad y gas, facilita la compra de vehículos de lujo para los sectores que menos lo necesitan. La promesa de que “el ajuste lo paga la casta” se desvanece en cada factura que llega con aumentos impagables, mientras los beneficios se concentran, una vez más, en una minoría privilegiada.
(INFOCIELO)
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