La recomendación de la semana: “Juegos peligrosos”

Publicada originalmente en 1977, Ellos de Kay Dick es una distopía singular en la que fuerzas anónimas, conocidas como "ellos", se dedican a erradicar el arte y a perseguir tanto a artistas como a individuos. Tras caer en el olvido por sus discretas ventas, la novela fue redescubierta en 2020 y republicada con éxito, ganando una nueva apreciación. Kay Dick (1915-2001) fue la primera mujer en dirigir una editorial inglesa en 1941. Ellos, que en el original inglés amplía el título con la inquietante aclaración “secuencias del desasosiego”, marcó una ruptura con sus anteriores textos realistas y dejó un mojón insoslayable en la literatura contemporánea. Esta edición de Fiordo con traducción de Tomás Downey recupera el ritmo vibrante del original y obliga al lector a no despegarse del libro hasta terminarlo.
El relato presenta una atmósfera de peligro y ansiedad constante, personificada por "ellos" como grupos anónimos y omnipresentes que patrullan Gran Bretaña, destruyendo obras de arte y literatura. ¿Podrá llegar el día en que las bibliotecas en Oxford y la National Gallery sean saqueadas? ¿Es posible que una pintora sea cegada y otros artistas se enfrenten a la sordera, la amputación o el corte de lengua? ¿Quién de nosotros será el último en ser perseguido? La novela pone en primer plano esta atmósfera opresiva que permite  entrever (y también velar) una explicación detallada del origen o funcionamiento de todo régimen autoritario.

Ambientada en los pintorescos South Downs ingleses, un paisaje que Kay Dick, residente de Brighton, conocía íntimamente, el entorno bucólico contrasta agudamente con la trama salvaje, intensificando la sensación de inquietud. La campiña se presenta como un refugio a la barbarie, análoga a la creatividad artística. A pesar de la persecución, la obra subraya la indomable tenacidad del espíritu creativo: "La destrucción no cuenta. Uno siempre puede volver a crear". “¿Siempre?”, se pregunta el lector, “¿seguro?” En otras palabras, ¿se puede continuar haciendo cualquier cosa como si nadaEl estilo narrativo de Dick es deliberadamente fragmentado y desorientador, acentuando un sentido de malestar. Estructurada en nueve secciones cortas, la prosa elude la continuidad lineal, empleando oraciones y diálogos concisos que a menudo carecen de un contexto explícito, con cierta técnica de montaje que acentúa la impresión de estar frente a una amenaza permanente. aislándose del  mundo exterior?

El estilo narrativo de Dick es deliberadamente fragmentado y desorientador, acentuando un sentido de malestar. Estructurada en nueve secciones cortas, la prosa elude la continuidad lineal, empleando oraciones y diálogos concisos que a menudo carecen de un contexto explícito, con cierta técnica de montaje que acentúa la impresión de estar frente a una amenaza permanente.
Ellos ha sido elogiada como "espeluznantemente profética" por la propia Margaret Atwood, anticipando temas de distopías posteriores, como El cuento de la criada y prefigurando aquello que la precariedad económica o la tecnología pueden llegar a producir en la actualidad: desde silenciar la expresión creativa sin necesidad de violencia física hasta sumirnos en un estado onírico.

Aunque la misma Kay Dick afirmó en su momento que no se trataba de una obra abiertamente política, la novela invita al lector a reflexionar sobre el rol de la sociedad en la gestación de tales distopías. Eimear McBride, la prestigiosa novelista irlandesa, sostuvo: “Exuberante, hipnótica, compulsiva. Nos recuerda a dónde puede llegar el pensamiento de grupo”. Sam Knight, en The New Yorker, dijo: “Nueve episodios quedamente estremecedores situados en una Inglaterra rural distópica y radiante…Ellos es oscura, pero la luz nunca se apaga del todo
 

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