Compartimos una reflexión de la Licenciada en Comunicación Social Paula Amartino acerca del uso de tapabocas o barbijos que apela a poner luz en la carga simbólica de los mismos y lo que ocurre cuando esta rebalsa, construye y resignifica.
/ Por Lic. Paula Amartino
¿Los barbijos o tapabocas podrían funcionar como una nueva forma de diferenciación social?
Sí, eso parece indicar el análisis de las prácticas de uso y consumo que los sujetos están evidenciando en este nuevo escenario de pandemia con dicho (necesario) objeto.
La flexible dinámica del mercado a través de los negocios de venta de cualquier rubro que conocen muy bien los patrones de comportamiento social – predominantemente aquellos dedicados a la indumentaria – han resignificado su segmento y ampliado la oferta con la llegada de barbijos de “diseño”. No tardará en llegar (si aún no existen) aquellos que ofrezcan incrustaciones de piedras Swarovski en ellos. Un ejemplo de esto ha sido la marca de la modelo Dolores Barreiro que ya puso a la venta unos tapabocas “re cancheros” que alcanzan los 15 mil pesos por unidad (?!).
Más allá de la necesidad real que el escenario actual demanda a los ciudadanos y ciudadanas, lo cierto es que este pedazo de tela que hoy utilizamos como elemento de asepsia de manera generalizada entre los ciudadano/as del mundo, en realidad debería ser analizado con mayor profundidad por los especialistas en la materia (socióloga/os, psicóloga/os u otros).
Eventualmente señalaré que el mismo pareciera estar siendo objeto de fetichización por el efecto del mercado capitalista: el “tapabocas” esconde un entramado de injusticias estructurales que se tiñen de miradas estéticas propias de los valores de una sociedad predominantemente individualista.
Y por más que esta reflexión resulte insignificante para cambiar nuestras prácticas narcisistas, sí pretende visibilizar la necesidad de tener una mirada crítica sobre ello y (por qué no) promocionar acciones de resistencia para contrarrestar la banalización de los barbijos y en definitiva de la vida toda.
Lic. Paula Amartino
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